martes, 7 de enero de 2020

Suecia prepara la primera criptomoneda europea estatal

Suecia prepara la primera criptomoneda europea estatal

Un café de Estocolmo informa a los clientes de que no se aceptan pagos en metálico (STAFF / Reuters)


La e-krona responde a la fuerte caída del uso del dinero en efectivo

El Banco Central de Suecia (Riksbank) iniciará este año una prueba piloto para desarrollar la que podría convertirse en la primera criptomoneda estatal de Europa, la denominada e-krona (corona digital). La autoridad monetaria sueca hace dos años que examina las posibilidades, así como los pros y contras, de lanzar una divisa electrónica como respuesta a la acelerada reducción del uso del dinero en efectivo en el país escandinavo. Suecia podría convertirse en el primer país del mundo sin efectivo, según un estudio que vaticina que en el 2023 las transacciones en metálico supondrán menos de un 7% del total y los comercios dejarán de aceptarlo.


Según una encuesta realizada por el propio Riksbank, en el 2018 sólo un 13% de los ciudadanos había pagado en metálico en su última compra, un porcentaje que en el 2010 era del 39%. A la vez, un 40% afirmó que no había usado dinero en efectivo en todo el último mes. El declive del cash en Suecia es mucho más acusado que en ningún otro país –la cantidad de efectivo en circulación se ha reducido a la mitad desde el año 2007–, y cada vez son más los comercios y restaurantes que ya no aceptan pagos en metálico.

Futuro


El objetivo es evitar que un monopolio privado controle las plataformas de pago electrónico


El medio de pago electrónico más utilizado es la tarjeta de débito, aunque crece a ritmo trepidante la popularidad de Swish, un servicio de pago a través del móvil que permite transacciones instantáneas entre personas o de personas a comercios. Ya tiene siete millones de usuarios –una cifra extraordinaria teniendo en cuenta que Suecia tiene algo menos de diez millones de habitantes– gracias a un crecimiento exponencial en los últimos cinco años, que ha contribuido al ocaso del efectivo: en el 2014, cada sueco retiraba unos 2.000 euros anuales de los cajeros automáticos, una cifra que se redujo a la mitad en el 2018, mientras que las operaciones con Swish han pasado de suponer unos 100 euros por persona y año en el 2014 a 2.000 euros en el ejercicio del 2018.
La imparable digitalización del dinero supone un desafío para el Riksbank, que se ha visto obligado a ponerse las pilas para adaptarse a un probable y cercano futuro sin efectivo. Argumenta que la e-krona permitiría ofrecer un medio de pago seguro como alternativa al mercado digital privado, ya que el banco central emitiría la moneda electrónica y no tendría riesgo de crédito o liquidez. El objetivo es, pues, evitar el monopolio de las entidades privadas, que ahora controlan las plataformas de pago electrónico.
Imagen de una granja de minado de criptomonedas en Rusia
Imagen de una granja de minado de criptomonedas en Rusia (Andrey Rudakov / Bloomberg)

A pesar de que considera que la criptomoneda estatal sería necesaria y positiva, el Riksbank no ha tomado aún la decisión de implementarla. Quiere esperar a terminar con éxito la prueba piloto y evaluar los cambios legales que serían necesarios para dar la luz verde definitiva al proyecto. El ensayo empezará este mismo año con la creación de un entorno de pruebas donde desarrollar y testar la moneda electrónica, para lo que el Riksbank se asociará con la compañía irlandesa Accenture.
Durante el primer año se creará una plataforma de pago con una interfaz de usuario que permitirá, por ejemplo, transacciones con la divisa digital desde un teléfono móvil, una tarjeta o un reloj inteligente. La plataforma también contendrá simulaciones de proveedores de servicios de pago y puntos de venta minorista, según informó el banco central a mediados de diciembre. Está previsto que la prueba se alargue hasta finales del 2020, aunque el organismo regulador estudia que pueda prorrogarse hasta seis años más si es necesario.

Riesgo de “exclusión financiera”


En un informe sobre la criptomoneda estatal publicado a finales del año 2018, el Riksbank resalta que hay que tener en cuenta que existen ciertos colectivos –como personas de edad avanzada así como individuos que sufren algún tipo de discapacidad– a los que por diversas razones les resulta difícil utilizar soluciones digitales, por lo que corren el riesgo de “exclusión financiera” en una sociedad sin efectivo y un mercado totalmente privatizado.
Además, el informe argumenta que un banco privado, a diferencia de un banco central, puede declararse en quiebra, y que no se puede esperar que los agentes privados puedan dar respuesta a todas las necesidades de pago que puede tener el cliente.

“Los bancos centrales, por otro lado, siempre pueden cumplir con sus obligaciones en la moneda nacional, ya que tienen una capacidad ilimitada para crear dinero nuevo. El dinero del banco central es, por lo tanto, un activo libre de riesgos y, al mismo tiempo, un medio de pago”, sostiene el Riksbank. Los bancos comerciales suecos están temerosos por esta iniciativa y también por la aprobación de la UE de una ley que permite a gigantes como Amazon Facebook operar en el mercado de pagos.

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