Son muchas las marcas que lo han eliminado de sus productos para lavar su imagen ante un futuro incierto
El futuro de la alimentación será sin aceite de palma o no será. Así lo defienden las ONG’s ambientalistas, los consumidores comprometidos con la causa y, por sorpresa, algunas marcas de alimentación, que se han subido al carro eliminando el aceite de palma de su producción para lavar su imagen del pasado.
Cada vez son más las voces que cargan contra el aceite vegetal con más mala prensa de mundo, pero la realidad es más bien otra. Si hacemos caso a los grandes números, la producción mundial de palma aceitera ha pasado de 15 millones de toneladas en 1995 a 66 millones en 2017.
La producción mundial de palma aceitera ha pasado de 15 millones de toneladas en 1995 a 66 millones en 2017
Y lo más remarcable, voces autorizadas certifican que nada ha cambiado pese al ruido mediático: “la producción de aceite de palma está creciendo rápidamente y sus productores y consumidores constituyen una de las industrias más grandes de la alimentación. Es poco probable que estos desaparezcan”.
No lo dice cualquier persona. Son palabras de Marion Nestle, en exclusiva para Comer en La Vanguardia. La mujer que planta cara a las multinacionales de la alimentación para defender una nutrición independiente y una de las personas más influyentes en el mundo de la alimentación, no es tan optimista con la visión ingenua de un futuro sin aceite de palma.
“El aceite de palma plantea dos grandes problemas”, asegura la doctora Marion Nestle. “Primero, sus altos niveles de ácidos grasos saturados aumentan el riesgo de cardiopatías coronarias y, en segundo lugar, su producción es altamente dañina para el medio ambiente, así como para la salud humana”. La doctora hace referencia a la deforestación, a la destrucción de material orgánico, a los campos en llamas para ahorrar costes de producción y a la consiguiente neblina de la quema.
Todos esto efectos negativos siempre se han relacionado con el aceite de palma producido a gran escala; desde que era una mercancía muy apreciada por los comerciantes británicos durante la Revolución Industrial hasta que se convirtió en un ingrediente aglutinador para los alimentos procesados en la actualidad.
El aceite de palma plantea dos problemas: sus altos niveles de ácidos grasos saturados y su producción altamente dañina para el medio ambiente
Por esta y varias razones, el poderoso “lobby” que defiende los intereses del sector ha mudado de piel para blanquear los efectos negativos del aceite de palma ante la opinión pública.
El aceite de palma sostenible (con sus siglas en inglés RSPO) pretende marcar una brecha con un pasado con más sombras que luces. “Hasta la fecha, las mejoras en la sostenibilidad son pequeñas, demasiado pequeñas para hacer mucha diferencia. El nuevo informe de la OMS insta a la acción gubernamental para regular las prácticas de producción de esta industria y para reducir el consumode alimentos procesados basado en el aceite de palma”.
Marion Nestle hace referencia al informe titulado La industria del aceite de palma y las enfermedades no transmisibles publicado el pasado mes de enero, que no ha gustado nada a la industria de la palmera aceitera.
En sus páginas se analiza cómo la industria del aceite de palma está promoviendo la obesidad y las enfermedades crónicas. “Este análisis ilustra muchos paralelismos con la naturaleza de las prácticas adoptadas por las industrias del alcohol y el tabaco”, resume la doctora.
Nocilla, Trapa o Nutriben y marcas blancas de supermercados como Alcampo, Aldi o Mercadona han abandonado el aceite de palma en algunos de sus productos
Son muchas las marcas que se han querido avanzar a una especie de caza de brujas en la alimentación. Nocilla, Trapa o Nutriben y marcas blancas de supermercados como Alcampo, Aldi o Mercadona han abandonado el aceite de palma en algunos de sus productos, optando por alternativas como el aceite de soja, aceites hidrogenados, manteca de coco, aceite de girasol o manteca de cacao.
Ingredientes más caros para la producción a gran escala, pero más sostenibles y respetuosos con los nuevos consumidores que exigen cambios y señalan con listas negras, como esta del blog Carro de combate , a los que no mueven ficha.
Un caso muy particular es el de la última campaña publicitaria de una marca de chocolates españoles. La Fundación Española de Aceite de Palma Sostenible ha interpuesto una demanda por publicidad engañosa y desleal. “¿Una fotografía irrepetible?” es la pregunta que acompaña a la imagen de una modelo vestida de azul con cara de rabia en medio de una selva primigenia.
La campaña de la chocolatera española pretende demostrar que esta foto en la selva de Borneo no se podrá repetir en unos meses por culpa del cultivo indiscriminado de palma, que habrá quemado ese lugar.
Para la Fundación Española de Aceite de Palma Sostenible la alarma social es injustificada
Ante la polémica suscitada, la empresa española ha emitido un contundente comunicado oficial reafirmando su postura: “No vamos a dejarnos intimida r por grupos de presión formados por grandes multinacionales y no tenemos ninguna intención de retirar la campaña “.Para la Fundación Española de Aceite de Palma Sostenible la alarma social es injustificada. Desde este organismo remarcan que el aceite de palma sostenible “tiene como objetivo reducir el impacto de la producción sobre los hábitats naturales, y mejorar las condiciones de los trabajadores y las comunidades indígenas”.
Horacio González, asesor de la Fundación, hace autocrítica: “sí, en el pasado se han llevado a cabo prácticas que no eran las adecuadas, pero ese fue precisamente uno de los motivos para los que surgiese el aceite de palma sostenible con la colaboración de gobiernos nacionales, ONGs y empresas”.
Basándose en un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), titulado Aceite de palma y biodiversidad, rechaza las alternativas para abandonar el aceite de palma porque “provocarían mayor deforestación por el incremento de tierras que deberían emplearse para su cultivo”.
Las tendencia de mercado indican que cada vez hay más consumidores atentos a la letra pequeña de la etiqueta para ver si el producto deseado lleva aceite de palma o no
Respecto al informe de la OMS, González contraataca citando a las Naciones Unidas: “algo que quizá la opinión pública no conoce es que el aceite de palma contribuye al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas: erradicación del hambre y la pobreza, calidad en la educación, salud y bienestar de países en vías de desarrollo, igualdad de géneros y reducción de las desigualdades en el mundo, al mismo tiempo que a una producción y consumo responsables”.
Las tendencia de mercado indican que cada vez hay más consumidores atentos a la letra pequeña de la etiqueta para ver si el producto deseado lleva aceite de palma o no. Incluso las marcas que lo han eliminado de su proceso de producción lo anuncian en un lugar destacado al lado del logotipo como nuevo valor de la marca.
Algo que no inquieta a la fundación: “no vemos ninguna razón por la que haya que eliminar el aceite de palma de la industria alimentaria, ni tampoco hay un motivo que justifique su sustitución”.
Y es que todo se reduce a una ecuación de costes y beneficios. El aceite de palma es muy versátil y da mucho juego a la industria alimentaria para llegar a conseguir determinadas texturas como la cremosidad de las margarinas o el crujir de los snacks, y posee también un sabor y olor neutros. “Es más, la industria alimentaria no ha llegado a descubrir ninguna otra grasa vegetal como la de palma que sea naturalmente sólida a temperatura ambiente, con su disponibilidad y estabilidad”.
https://www.lavanguardia.com/comer/materia-prima/20190212/46362348038/aceite-de-palma-medio-ambiente-salud-deforestacion-sostenibilidad.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.