domingo, 29 de junio de 2014

La mantequilla se pone nuevamente de moda


Los cocineros estrella, Internet y las dudas sobre las grasas trans impulsan el regreso


Visiones cambiantes sobre la nutrición están convirtiendo a la mantequilla en uno de los regresos más exitosos en la historia de la comida en Estados Unidos.
Cada estadounidense consumirá este año un promedio de 2,5 kilos de mantequilla —o manteca, como se la conoce en algunos lugares—, según datos del gobierno de EE.UU. Eso equivale a casi 22,5 barras por persona, para llegar a un total de 892.000 toneladas en todo el país, una cantidad que no se veía desde la Segunda Guerra Mundial.
En 2013, los estadounidenses compraron más mantequilla que margarina por tercer año consecutivo, y gastaron US$2.000 millones en distintas marcas, comparado con US$1.800 millones en untables y margarinas, según IRI, una firma de investigación de mercado con sede en Chicago.
El resurgimiento proviene en parte de legiones de gourmets caseros que encuentran inspiración en los chefs famosos y programas de cocina que abundan en la televisión y cuyas recetas incluyen mucha mantequilla. Los fabricantes del producto han alentado esa tendencia, usando canales y sitios web gastronómicos para promover lo que afirman es la simplicidad natural de sus productos.
Durante décadas, las familias optaron por untables de origen vegetal debido a preocupaciones sobre la concentración de grasa saturada que tiene la mantequilla, sólo para que hace poco se afirmara que las grasas insaturadas artificiales o trans presentes en la margarina son igual de malas para la salud. Muchos estadounidenses también cambiaron su visión sobre la importancia de reducir todo tipo de grasas para controlar el peso.
Los untables vegetales han tenido problemas recientemente debido a la percepción de que los productos son "más manufacturados y procesados, y menos sanos y naturales", señala Douglas Balentine, director de ciencia de nutrición de Unilever en América del Norte, una división de Unilever PLC, el mayor vendedor de untables que no son mantequilla.
Courtney Shanower, de 33 años, dueña de una pizzería en el estado de Ohio, dice que creció en una familia que compraba margarina.
"No usé mantequilla durante mucho tiempo porque cuidaba mi peso", dijo Shanower, madre de dos hijos. "Cuando cumplí 30 años comencé a pensar en la osteoporosis y el calcio, y pensé que no recibía la nutrición que necesitaba. Entonces dejé de contar las calorías y comencé a pensar en la nutrición".
Los humanos comen mantequilla desde hace milenios, al valorar su capacidad de conservación —dura más tiempo que la mayoría de la carne— y por su utilidad como saborizante. A comienzos de los años 90, el consumo de mantequilla en EE.UU. promedió más de ocho kilos por persona al año.
Un químico francés inventó la margarina en 1869 en respuesta al pedido de Napoleón III de una alternativa a la mantequilla. Inicialmente se fabricaba con grasa de animales que morían en el matadero, que era más barata que la leche usada para la mantequilla. Variedades modernas con aceites vegetales surgieron en la primera mitad del siglo XX, y se volvió más popular cerca de la Segunda Guerra Mundial, cuando la mantequilla quedó sujeta a los racionamientos.
A los productores de alimentos les gustaba el menor costo de la margarina. Expertos en salud impulsaron su ascenso al plantear preocupaciones sobre el colesterol y la relación de las grasas saturadas con las enfermedades cardíacas. En 1976, en su máximo apogeo, el consumo de margarina alcanzó los 5,4 kilos por persona, según datos del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés).
Técnicamente, tanto la mantequilla como la margarina contienen al menos 80% de grasas. Las alternativas a la mantequilla fabricadas de aceites de base vegetal se suelen denominar "untables" y tienden a contener menos grasas. Los componentes típicos de la margarina, como aceites de soya y maíz, suelen ser líquidos a temperatura ambiente. Para solidificarlos, los fabricantes cambian sus estructuras químicas usando hidrógeno. La hidrogenación parcial también puede producir grasas insaturadas, que según se ha comprobado pueden aumentar los niveles del colesterol dañino en los humanos.
Cuando el consumo de mantequilla cayó a menos de dos kilos per cápita en 1997, su nivel mínimo, los científicos enfatizaban cada vez más que las grasas trans podían presentar mayores riesgos que otras grasas para las enfermedades cardíacas.
"La batalla ha ido para un lado y para el otro", dijo el profesor y científico de alimentos Sean O'Keefe, del Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia. "En los años 60 y 70, antes de que realmente se pensara que las grasas trans eran malas, veíamos la margarina y decíamos que era más saludable porque no tenía tanta grasa saturada. Hoy sucede lo contrario".
Las firmas que producen margarina enfatizan que sus untables más suaves de hoy no suelen contener grasas trans —aunque muchas margarinas en barra aún las contienen— y afirman que su producto es más saludable porque suele contener menos grasas saturadas y calorías que la mantequilla.
El consumo promedio de mantequilla en EE.UU. superó en 2005 al de la margarina, cuyo uso cayó a 1,6 kilos por persona en 2010, el último año para el cual hay datos del USDA.
Unilever da pelea y hace poco lanzó nuevos productos de sus marcas de margarina que contienen yogur, aceite de canola y sal.
Algunos expertos en nutrición concuerdan en que el resurgimiento de la mantequilla podría no ser saludable, y quizás no perdure. "Cuando has pasado tiempo suficiente en el campo", sostuvo Alice Lichtenstein, investigadora de nutrición de la Universidad Tufts, "sabes que si el péndulo oscila en una dirección, puede oscilar en la otra".
http://online.wsj.com/news/articles/SB10001424052702304287704579647070657967530?tesla=y&tesla=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB10001424052702304287704579647070657967530.html

Lo que “el preso más guapo del mundo” nos enseña sobre la estupidez humana


La foto policial de Jeremy Meeks. (Stockton Police Department)

Las personas feas están más tentadas, o incluso empujadas, a cometer crímenes que las personas atractivas


Su nombre es Jeremy Meeks, tiene 30 años y, desde el pasado 19 de junio es conocido como “el preso más guapo del mundo”. Ese día, el Departamento de Policía de Stockton (California) publicó en su Facebook la ficha policial de Meeks, que había sido detenido por posesión ilegal de armas y pertenencia a banda armada. Los comentarios (que ya van por los 26.000), lejos de felicitar la labor de los agentes del orden, sólo apuntan una cosa: lo guapo que es el preso.
El resto de la historia sigue punto por punto el guión de los virales de internet: la foto se comparte a diestro y siniestro, los medios se hacen eco, el protagonista se entera y, claro, trata de sacar partido de la situación. Poco importa que Meek se enfrente a 11 cargos criminales, que en 2002 ya fuera encarcelado por robo y asalto a un menor, que en 2007 pasara por la cárcel debido a una suplantación de identidad, y que pertenezca a una de las bandas más peligrosas de California, los Crips. Lo que verdaderamente importa es que es escandalosamente guapo.

Un grupo de admiradoras ha montado un crowdfundingpara pagar su fianza, y bajo el lema Free Jeremy Meeks han recaudado ya 4.000 dólares; su página de admiradores en Facebook, en la que se pueden ver todo tipo de fotos de Meek con su familia e hijos como si fuera el mejor padre del mundo, va ya por los 180.000 “me gusta”;  y la cadena de televisión estadounidense ABC se ha preocupado por entrevistarle, para que el preso tenga la oportunidad de explicar que no es un ladrón.
Su popularidad ha atraído incluso a las agencias de modelos. Según informa The Mirror, el joven delincuente podría embolsarse más de 22.000 euros al mes gracias a los contratos que le están ofreciendo para trabajar en las pasarelas.
¿Tanto poder tiene una cara bonita?

El efecto halo del atractivo
El fenómeno protagonizado por Meeks no es nuevo, ni es el único criminal famoso por su atractivo ni el más peligroso. En los años 70 el estadounidenseTed Bundy mató a 36 mujeres gracias a su belleza física: seducía a sus víctimas para, después, violarlas y acabar con su vida.
Tanto Meeks como Bundy provocaban en las personas lo que se conoce como “efecto halo”, un sesgo cognitivo por el cual la percepción de un rasgo particular, en este caso el atractivo físico, influye en la interpretación del resto de rasgos. Sí, Meeks puede ser un criminal, pero es tan guapo que tendemos a pensar que es más talentoso, bondadoso, honesto e inteligente que el resto de sus compinches, máxime si estos no son tan guapos.
Se trata de un fenómeno bien estudiado, un prejuicio en el que todos incurrimos pero del que no nos percatamos. Si nos preguntan contestaremos que el hecho de que el criminal sea guapo no ha nublado nuestro juicio, aunque así haya sido. Un estudio de la Universidad de Cornell, publicado en 2010, mostró que los criminales feos tienden a recibir condenas más duras, de media 22 meses superiores a las de las personas atractivas que cometen los mismos delitos.
Meeks, en cualquier caso, es una excepción. Sí, hay criminales guapos, pero hay muchos más feos. En 2011, los profesores Naci Mocan, de la Universidad Estatal de Luisiana y Erdal Tekin, de la Universidad Estatal de Georgia, analizaron los perfiles de 20.745 personas, y su comportamiento entre 1994 y 2002. Descubrieron que las personas consideradas feas tenían una ratio de criminalidad mucho mayor que las consideradas guapas.
Se trata de un caso típico de profecía autocumplida: la sociedad tiende a pensar que las personas feas son más proclives al delito, por lo que son empujados a este tipo de comportamientos desde la más tierna infancia y, al final, acaban cometiéndolos. Diversos estudios demuestran que los niños más guapos reciben menos castigos que los más feos, aunque se comporten igual. Este tratamiento injusto hace que al final, como apuntaban Tekin y Mocan en su estudio, “las personas feas estén más tentadas, o incluso empujadas, a cometer crímenes que las personas atractivas”.
El preso más guapo del mundo es una de las excepciones que confirman la regla y, como tal, pensamos que ha habido un error. ¿Cómo es posible que alguien tan apuesto haya hecho nada malo? Una adolescente admiradora de Meeks lo resume todo en una frase: “Si su corazón es una prisión, quiero que me sentencien de por vida”. 


Las 7 estaciones de metro más bonitas del mundo



Muchos sistemas de metro del mundo suelen asociarse a espacios poco memorables, atiborrados de azorados pasajeros, que apenas si se detienen a mirar algún aviso publicitario en los andenes, mientras esperan su tren, recostados en paredes grises y a veces mugrientas.

Pero entre tanto apretujón y tanto ambiente de "sálvese quién pueda", hay algunos ejemplos brillantes de arquitectura y diseño subterráneo. Entre ellas, la estación Kraaiennest de Amsterdam, que se ganó recientemente el reconocimiento del Royal Institute of British Architects (RIBA) en su edición 2014.
A continuación algunas de las estaciones que califican, según una selección de BBC Culture, como las más bonitas del mundo.

La mejor luz natural: Formosa Boulevard, Kaohsiung

Formosa Boulevard en Kaohsiung, Taiwán
Son varias las estaciones que intentan superar la oscuridad propia de su condición subterránea y aprovechar la luz natural lo mejor posible.
La estación de Kraaienest -destacada por el RIBA- funciona como una "linterna para el vecinario local" con sus pantallas de acero cortadas con láser que permiten que la luz se filtre.
Otros proyectos que iluminan a los viajeros del metro incluyen una claraboya gigante abovedada en Nueva York (que será inaugurada a fines de 2014), las vidrieras multicolores de la artista Marcelle Ferron de la estación de Champ-de-Mars de Montreal, y un techo de cristal que cubre la St Quirin Platz en Múnich e integra la estación a un parque.
Pero la estación con la mejor luz del día es la de Formosa Boulevard en Kaohsiung, Taiwán. Creada por el artista Narciso Quagliata, la Cúpula de la Luz (en la foto) se compone de vidrios curvos de colores y es la más grande de su tipo en el mundo.


La más grandiosa: Komsomólskaya, Moscú

Estación de Komsomólskaya en Moscú
Cuando en 1870 el inventor estadounidense Alfred Ely Beach creó una estación para trenes de propulsión neumática, su diseño fue considerado revolucionario. Pero más allá de su funcionalidad para las llegadas y salidas de las máquinas, su estación hacía alarde de "un gran piano, candelabros y una fuente operativa repleta de peces dorados".
Ocultas en las entrañas de la Tierra, los candelabros son la fuente de luz de elección para las estaciones más importantes del mundo.
La estación Komsomólskaya de Moscú (en la foto) posee una cúpula gigantesca, columnas corintias y ocho mosaicos en el techo realizados por el artista Pavel Korin, que representan a los héroes rusos.
Korin y el arquitecto Alexey Schusev recibieron el premio Stalin por su trabajo en la estación, que fue inaugurada en 1952. El abundante uso del mármol y una estatua de Lenin en la estación Kirovsky Zavoden San Petersburgo elevaron todos los estándares en materia de impacto visual, mientras que la estación Zoloti Vorota de Kiev, inspirada en un templo antiguo, está decorada con mosaicos de las iglesias más antiguas de la ciudad.

Los mejores murales: Universidad de Chile, Santiago

Estación Universidad de Chile, Santiago de Chile

Debajo de la universidad donde estudiaron dos premios Nobel, los poetas Pablo Neruda y Gabriela Mistral, la estación de la Universidad de Chile en Santiago (en la foto) exhibe el amplio mural Memoria Visual de la Nación, realizado por el pintor Mario Toral.
Sus seis paneles cubren 1.200 metros cuadrados y representan a los conquistadores españoles, las vidas de los mineros y la represión durante el gobierno militar, dándole a las plataformas del tren una atmósfera de iglesia renacentista.
En Corea del Norte, las imágenes que cubren las paredes del subterráneo tienen un aire más oficial.
La estación Puhung de Pyongyang dedica una pared entera a un mosaico llamado El Gran Líder Kim II Sung entre los Trabajadores. Otros murales incluyen Una Mañana de Innovación y Canción de la Buena Cosecha.

Los arquitectos más famosos: Canary Wharf, Londres

Estación de Canary Wharf, Londres

El año pasado, uno de los grandes nombres de la arquitectura, Zaha Hadid, ganó un concurso para diseñar una estación de metro en Arabia Saudita. Como ella, otros "arquitectos estrella" han intentado lucirse en los sistemas subterráneos de transporte.
La estación londinense de Canary Wharf (en la foto), que también podría calificar para la "mejor toma en una escalera mecánica" -y que aparece en películas como "Love, actually" y "28 días después"- fue completada en 1999 y ganó varios premios de arquitectura.
La estación fue diseñada por Norman Foster, y forma parte de la remodelación y extensión de la línea Jubilee que juntó a grandes arquitectos bajo la coordinación de Roland Paoletti.
Otro arquitecto importante, Richard Rogers, se encuentra detrás del diseño de una estación de Taiwán que nos lleva a las entrañas de la naturaleza.
El diseño luce bancos de hierba y una corriente de agua que rodea a las escaleras mecánicas de la estación del Central Park, dejando un vestíbulo abierto que atrae a la luz natural y al aire fresco.

El mejor arte: T-Centralen, Estocolmo

Estación T-Centralen, Estocolmo

El sistema de metro de Estocolmo ha sido llamado el "mayor museo de arte del mundo".
En cada estación hay obras de arte, y las paradas más profundas, cortadas en roca pura, cuentan con arcos con forma de cueva.
El núcleo de la T-Centralen (en la foto) fue pintado por el artista finlandés Per Olaf Utvedt, y las paredes de color rojo y el techo del Solna Centrum crean una estación que parece más del inframundo que del mundo subterráneo.

La mejor iluminación: Westfriedhof, Múnich

Estación Westfriedhof de Múnich

Dubai nunca escatima en ostentaciones, y de hecho el llamativo sistema de metro del emirato está basado en cuatro elementos. Una de las estaciones está repleta de curvas que representan dunas de arena; otra tiene un furioso resplandor que asemeja el interior de un volcán. Pero la más desmesurada es la estación BurJurman, que tiene un aspecto acuático con candelabros gigantes en forma de medusa.
En el otro extremo, la estación Westfriedhof de Múnich (en la foto) tiene su propio conjunto de lámparas, que si bien son de gran tamaño, son discretas, realizadas por un diseñador con credenciales impecables: la iluminación de Ingo Maurer ha sido exhibida en Europa, Japón y Estados Unidos, y varios de sus diseños aparecen en la colección del Museo de Arte Moderno.
En el año 2001 creó 11 pantallas gigantes de aluminio, coloreando el cemento de las paredes y las plataformas de la estación.
Ocho años más tarde, Maurer desarrolló el concepto de iluminación para el cruce Münchener Freiheit, donde un techo de acero inoxidable espejado y luces LED azules hacen que los pilares parezcan brillar desde su interior.

Las mejores superficies de paredes: Toledo, Nápoles

Estación de Toledo, Nápoles

Para el encanto retro-futurista, nada mejor que las paredes con hoyuelos del metro de Praga.
Pero hay una ciudad italiana que se lleva el primer lugar, con un proyecto que ha transformado su sistema de metro en un espectáculo visual. La iniciativa "estaciones de arte" en Nápoles ha desafiado a los arquitectos y diseñadores más afamados como Karim Rashid, Sol LeWitt y Anish Kapoor, con el fin de renovar sistema de metro.
El aclamado arquitecto catalán Oscar Tusquets Blanca diseñó la estación de Toledo (en la foto), que fue inaugurada en 2012, con mosaicos del artista William Kentridge y un paisaje marino realizado por Robert Wilson compuesto de paneles de pared LED.
En la pared que se encuentra entre la planta baja y los niveles más bajos, miles de azulejos Bisazza pasan del celeste al azul oscuro a medida que los pasajeros bajan las escaleras.
Un consejero de la ciudad dijo al diario The New York Times: "Las obras de arte han sido respetadas, no han sufrido actos de vandalismo", lo que es considerado un "milagro público", especialmente en una ciudad que "tiene la capacidad de autodestruirse".

BBC - Viernes, 27 de junio de 2014
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/06/140625_vert_tou_estaciones_metro_bonitas_yv.shtml

sábado, 28 de junio de 2014

Qué puede decir la piel de gallina de nuestras emociones


Piel erizada

Un equipo de investigadores en Corea del Sur desarrolló un sistema de monitoreo capaz de medir la piel de gallina en tiempo real.

El dispositivo utiliza un polímero conductivo transparente que se pega a la piel para cuantificar cúanto se eriza y cuánto dura el efecto.
El mecanismo trabaja registrando una caída en la capacitancia del sensor, es decir, en su habilidad de almacenar una carga eléctrica, causada cuando el polímero se deforma por el abollamiento de la superficie cutánea.
Los ingenieros dicen que el dispositivo puede ser utilizado para estudiar las emociones de la gente.
La investigación fue realizada por el Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea y los detalles del estudio han aparecido en la publicación Applied Physics Letters.

Otra información más

El artículo explica que el delgado y flexible sensor, de forma cuadrada, cuyos lados miden unos dos centímetros, fue probado en el brazo de un sujeto a quien se le pidió agarrar hielo con sus manos para inducir la reacción.
Aunque, por su naturaleza, la piel de gallina obedece a un estímulo físico, los investigadores indicaron que otros científicos han demostrado previamente que esta reacción puede ser estudiada para deducir cambios en el estado emocional del sujeto, provocados por causas tan diversas como un tipo de música o una película.
Los científicos reconocen que es necesario más trabajo para poder relacionar las medidas obtenidas por el dispositivo con estados emocionales específicos, y agregan que solo ciertas reacciones pueden erizar la piel.
Pero en su artículo los expertos sugieren que esta tecnología puede terminar siendo usada para crear un conjunto de publicidades personalizadas, música y otros servicios que se basen en la reacción de los usuarios.
"En el futuro, las emociones humanas serán contempladas como cualquier otra información biométrica, incluyendo la temperatura del cuerpo o la presión arterial", dice el profesor Young Ho-cho en el estudio.

"Manipulación"

La idea no es nueva.
En el pasado, el desarrollador de juegos de computadora Valve experimentó con la idea de crear un control con sensores que midan los estados psicológicos de las personas, sugiriendo que podría ser usado para realizar cambios en el transcurso del juego dependiendo de si los jugadores sentían miedo, aburrimiento o fascinación.
Estudios de filmación desde hace años modifican la edición de sus películas basados en las reacciones de la audiencia en exhibiciones previas al estreno y en 2013 una productora de películas británica avanzó por esta dirección con Many Worlds (Muchos Mundos), un filme cuyo final era determinado por las ondas cerebrales de un voluntario que porta un sensor en su cabeza.
Pero un experto en interacciones entre computadoras y humanos ha expresado su preocupación ante la idea de un pequeño y discreto sensor que pueda volver masivas estas técnicas.
"Lo que quizás me parece la aplicación más cínica de todo esto es la maximización por parte de la industria del entretenimiento de cada respuesta emocional estándar", dice Bernie Hogan, de la Universidad de Oxford.
Hogan añade que esta industria siempre intenta provocar en nosotros esa clase de reacciones emotivas. "Ahora pueden medir exactamente el momento de la reacción y descartar todo lo demás".
"Esto solo puede conducir a mayor manipulación emocional sin sentido", concluye.

"Sueño"

Desde el mundo del márketing, sin embargo, la idea suena atractiva.
"Este es un sueño para el marketinero moderno que no solo quiere que la gente compre un producto o pague por un servicio, pero que también sienta un compromiso emocional con la marca", señala Simon Myers, socio de la consultora Prophet.
Para Myres, existe un aspecto positivo en esta clase de estudios.
"Mientra la gente puede estar horrorizada, y con razón, por estos avances, existe un beneficio en ellos y es que millones de dólares gastados en publicidad y comunicación pueden, por fin, pasar una auditoría muy humana y basada propiamente en el consumidor".

El coste de la homofobia para el desarrollo



La protección legal a los colectivos homosexuales es también una cuestión económica


Existen vínculos entre la pobreza y la homofobia en países que condenan estas relaciones



Al ser un homosexual que vivía en Nigeria, mi mayor desafío fue tener que elegir entre mi sexualidad y mi trabajo. En 2004 iniciaba mi carrera como actor. Acababa de salir de la universidad y me dieron un papel enRosas y espinas, una telenovela en horario de máxima audiencia en Galaxy Television, una de las cadenas más populares del país. Mi personaje era Ricardo, el único hijo de una familia adinerada que mantenía una relación con la sirvienta de la casa. Fue entonces cuando empezaron a circular rumores sobre mi vida privada, así que decidí que era hora de sincerarme. Para hacerlo, acepté ir al programa de entrevistas más popular de Nigeria y hablar en él de mi sexualidad.

Casi de inmediato, mi personaje fue eliminado de la serie. Y, junto con mi empleo, también se esfumó mi seguridad financiera. Al igual que muchos hombres homosexuales y lesbianas en África, tuve que elegir entre la libertad económica y el encarcelamiento mental.
Ese año, Nigeria y Uganda aprobaron leyes draconianas contra los homosexuales, lo que desató un debate mundial sobre Derechos Humanos. Este debate también se inició en el Banco Mundial, cuyo presidente, Jim Yong Kim, recientemente ha declarado que la discriminación institucionalizada "es perjudicial para la gente y para las sociedades".
Las palabras de Kim generaron críticas y controversia. En países como Uganda y Nigeria oímos decir a menudo que la oposición a la discriminación contra hombres y mujeres homosexuales, bisexuales y transexuales (LGBT por su sigla en inglés) por parte de los gobiernos no es más que una manera de imponer valores "occidentales" en África. Pero esto supone que la homosexualidad es "antiafricana". Y, a pesar de la falta de evidencia de que algún país o continente no tenga gente LGBT (y una amplia evidencia que demuestra lo contrario), es una presunción aceptada por una cantidad cada vez mayor de líderes africanos.
En 2006, el entonces presidente de Nigeria Olusegun Obasanjo fue uno de los primeros en hacerlo. El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, siguió sus pasos cuando convirtió en ley un proyecto antihomosexual en 2014. Otros líderes, desde el presidente de Gambia, Yahya Jammeh, hasta el de Zimbabue, Robert Mugabe, se han manifestado en el mismo sentido.
Estas actitudes oficiales han generado un sufrimiento significativo a los homosexuales y las lesbianas de África. De hecho, el precio de la homofobia hacia la gente gay en muchos países africanos es dolorosamente evidente: sanciones legales, ostracismo social y justicia callejera.
Sin embargo, lo que los líderes homófobos de África no entienden es que la protección legal a los colectivos gais no es solo una cuestión de Derechos Humanos, sino también una cuestión económica. Kim tiene toda la razón y la investigación ha comenzado a medir los costos económicos de la homofobia al explorar los vínculos entre el sentimiento antigay y la pobreza en países donde las leyes y las actitudes sociales condenan las relaciones entre personas del mismo sexo.
M.V. Lee Badgett, un economista de la Universidad de Massachusetts-Amherst, presentó los hallazgos iniciales de un estudio sobre las implicaciones económicas de la homofobia en la India durante una reunión del Banco Mundial, en marzo de 2014. Badgett estimó que la economía india podría haber perdido hasta 23.100 millones de dólaresen 2012 en costes de salud directos debido a problemas de depresión, suicidio y disparidades en el tratamiento del VIH causados por el estigma y la discriminación contra los homosexuales.
Además de estos gastos concretos, ser diferente puede generar violencia, pérdida de empleo, rechazo familiar, acoso en las escuelas y presión para contraer matrimonio. Como resultado de esto, muchos homosexuales tienen menos educación, menos productividad, menores ingresos, una salud peor y una expectativa de vida menor.
En Nigeria, yo comencé el Proyecto Independiente para Derechos Iguales (TIERS) en 2005 con la intención de responder y atender a la creciente cantidad de personas que estaban perdiendo el empleo debido a las sospechas sobre su sexualidad. Durante nuestro primer año ofrecimos apoyo a decenas de ellas. Un joven, Olumide, recibió una vivienda después de que su familia lo echara de su casa por ser gay. Otro, Uche, fue despedido de su empleo como cocinero después de que se revelara su sexualidad. TIERS lo ayudó con el alojamiento y con una cantidad de dinero para montar su propio negocio de servicio de comidas. Aunque ya han pasado casi 10 años, todavía no pueden usar sus nombres reales por razones de seguridad.
En toda África, los costes económicos de la discriminación aumentan de forma paralela a la creciente presión sobre empleadores, propietarios, proveedores de atención médica, instituciones educativas y otros para que excluyan a la gente LGBT.
Hoy, el Banco Mundial y otras agencias de desarrollo están planificando las prioridades de desarrollo global que vendrán después de losObjetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que oficialmente terminan en 2015 e incluían puntos específicos para promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres como una estrategia para lograr el crecimiento económico. De cara al futuro, el Banco debería adoptar el mismo enfoque sobre los derechos de la gente LGBT y hacer que los países que quieran recibir préstamos brinden protección legal a la orientación sexual y la identidad de género.
Generar reconocimiento por los derechos de las mujeres en los ODM no corrompió a las culturas africanas imponiendo valores "occidentales". De hecho, fortaleció a muchos países africanos, que ahora son líderes mundiales desde el punto de vista de representación de mujeres en el gobierno. Si se intenta aplicar una protección similar para la gente LGBT, la inversión y la ayuda internacional pueden mejorar el desempeño económico y robustecer el respeto por los derechos humanos básicos.
El Banco Mundial, siempre cauteloso en no involucrarse en cuestiones "políticas", enfatiza que no es el encargado de hacer cumplir los Derechos Humanos. Pero también reconoce, y cada vez más, su propio papel como facilitador a la hora de ayudar a los miembros del Banco a cumplir con sus obligaciones en tal área. Los derechos de los LGBT debería ser un caso que sentara jurisprudencia.
La ayuda a los gobiernos que permiten que ciertos grupos sociales sean excluidos puede implicar costes económicos muy reales. A la hora de considerar nuevos préstamos se deberían tomar medidas para asegurar que los beneficios sean lo más inclusivos posibles.
Si el Banco —que actualmente le presta a Nigeria casi 5.500 millones de dólares y espera otorgar otros 2.000 millones de dólares en cada uno de los próximos cuatro años— avanzara en esta dirección, otras entidades de financiamiento podrían seguir sus pasos. La gente LGBT de África necesita desesperadamente de estos aliados poderosos en su lucha por los Derechos Humanos y económicos.

 Londres 26 JUN 2014 - 19:18 CEThttp://elpais.com/elpais/2014/06/20/planeta_futuro/1403262285_422111.html

La evolución social de los 'cuernos' y las consecuencias del adulterio


¿Es la visión negativa del adulterio algo del pasado?


Un 17,2% de los adultos han tenido alguna relación extramatrimonial, según datos del CIS

El adulterio es un sustantivo que reúne un gran número de rasgos negativos. Al fin y al cabo, su segunda acepción, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, es “falsificación, fraude”. Se trata de mucho más que de mantener una relación con otra persona fuera del matrimonio, sino que lleva siempre implícita una parte de engaño, ya sea hacia los demás o hacia uno mismo. O, al menos, así era hasta que recientemente un grupo de filósofos ha comenzado a defender el adulterio como un comportamiento casi virtuoso.
Encabezados por el filósofo y divulgador Alain de Botton, el grupo ha encontrado su altavoz en la revista The Philosopher Mail, que ha saltado a la fama mundial no tanto por su divulgación de los matices del pensamiento humano, sino por su defensa sin paliativos de la infidelidad como herramienta para la mejora personal. “Antes de que empecemos a decir que es algo malo, deberíamos aceptar que también, en algún punto, por un tiempo al menos y para alguna gente tiene que ser profundamente tentador”, sugería un editorial en las páginas de dicha publicación.
Según defiende el autor de Religión para ateos(RBA, 2011), la alta exigencia respecto a la pareja ha provocado que hayamos puesto demasiado alto el nivel del adulterio, lo que sólo ha causado frustración. “Más que obligar al que engaña a decir que está muy arrepentido, el engañado debería empezar por pedir perdón por forzar a su pareja a mentir al establecer la vara de medir de la honradez en un lugar prohibitivamente alto, algo que sólo refleja la inseguridad del celosohaciéndola pasar por una norma moral”, explicó el autor.
El problema, sugiere dicha lectura, se encuentra en esa norma socialmente compartida que tan sólo significa que quien exige dicho compromiso es una persona altamente insegura, y que se ampara en la costumbre para evitar la traición de su pareja. Lo de De Botton es parte provocación, parte argumentación: en una sociedad como la occidental donde el adulterio ha sido tan tabú como frecuente –según una investigación del CIS realizada en 2008, un 17,2% de los adultos han tenido en alguna ocasión una relación extramatrimonial–, quizá sea el momento de comenzar a replantearse el sentido de la infidelidad.

La evolución social de los cuernos
Vivimos una época peculiar en lo que concierne a la infidelidad. Como hemos recordado en otras ocasiones, el amor en general y el matrimonio en particular cambiaron sensiblemente durante el siglo XIX. En las sociedades tradicionales, la unión de un hombre y una mujer no tenía como objetivo su realización personal, sino el mantenimiento de provechosas relaciones con familias afines. En dicho contexto, el amor más puro parecía encontrarse tan sólo fuera del matrimonio, por lo que el adulterio, si bien debía maquillarse a los ojos de la sociedad, no parecía tan negativo como durante el último siglo. Era habitual que aristócratas y reyes gozasen de las atenciones de “queridas” mientras, de cara a los súbditos, mantenían las apariencias.
La sociedad industrial y el fin de las estructuras propias de la Edad Media provocaron que el amor, como sentimiento, se convirtiese en el centro de la relación entre hombres y mujeres. La voluntariedad del acto es, en este contexto, lo más importante: puesto que el matrimonio se elige libremente, el compromiso con la otra mitad de la pareja es aún más fuerte, en cuanto que romperlo sería traicionar a la propia palabra. Como recuerda De Botton en un artículo publicado en la BBC, “no es una coincidencia que el nuevo ideal de matrimonio fuese creado y respaldado abrumadoramente por una clase social concreta, la burguesía, que representaba a la perfección ese equilibrio entre libertad y compromiso”.
Ello no quiere decir que desde entonces haya descendido el número de adulterios, pero sí, que se trataba de una conducta socialmente sancionada. De hecho, como recuerda De Botton, la infidelidad es “el pararrayos de la indignación moderna”.
En realidad, recuerda el suizo, la sociedad ha cambiado mucho: es más, vivimos en un mundo en el que la promiscuidad ya no sólo no es tabú, sino que resulta deseable, por lo que “es muy inusual que alguien que ha crecido en un ambiente libre y hedonista, que ha experimentado el sudor de las discotecas, de la noche a la mañana, por un certificado, renuncie a todos los futuros descubrimientos sexuales”. Entra dentro de lo normal desear a los demás, y poner en práctica ese deseo, por lo que hay cosas peores que el adulterio, sugiere De Botton. Por ejemplo, no escuchar a la pareja o dejar de hacerle caso.

Las consecuencias de la infidelidad
Como buen provocador que es, el suizo ha tenido que enfrentarse a las críticas de muchos detractores. Los puntos débiles de su argumentación saltan a la vista, como es que la razón por la que se ha de ser fieles no es un mandato externo, sino un compromiso personal. Fórmulas como las relaciones abiertas o la poligamia son formas más sinceras de afrontar las relaciones extramatrimoniales, en cuanto que sientan unas mismas bases desde el principio. Al apelar a “un alto mandamiento”, De Botton sugiere que es la ley quien nos obliga a portarnos bien, cuando es una elección personal.
Diversas investigaciones han puesto de manifiesto lo perjudicial que resulta el adulterio, en cuanto que el engaño sexual, con la intimidad que acarrea (y la voluntariedad de quien incurre en ella) es altamente perjudicial para ambos miembros de la pareja. Aunque no sea necesariamente, como se suele pensar, una señal de que algo no marcha en la relación (según un estudio publicado en la revista Sex Roles, el 56% de hombres y el 34% de mujeres infieles calificaban su matrimonio como “feliz”), sigue siendo una de las principales causas de divorcio.
¿Cómo influye a hombres y a mujeres? Como puso de manifiesto un estudio publicado en la revista Evolutionary Psychology, los hombres sienten más culpa después de una infidelidad física en la que no se siente nada por la persona con la que se ha tenido sexo, mientras que las mujeres sufren más después de una infidelidad emocional, a pesar de que tanto unos como otros creían que su pareja se sentiría más dañada después de una infidelidad con contacto físico.
Sea como sea, quizá el de De Botton es un interesante punto de vista no tanto para seguirlo a pies juntillas como para reflexionar sobre el coste (y el beneficio) de la infidelidad, que todo el mundo, lo elija o no, habrá de pagar. Como sugería Helen Croydon, columnista de The Guardian, aunque “una vida de ligue en serie” no la haría feliz, “una ‘talla única’ para todas las relaciones es poco útil”. 

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-06-27/la-evolucion-social-de-los-cuernos-y-las-consecuencias-del-adulterio_150921/