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- Los costes laborales crecen más deprisa que en el resto de Europa
- El crédito barato está distorsionando los precios de la vivienda
- Se está produciendo una mala asignación de los recursos en la economía
La economía de Alemania lleva años creciendo a un ritmo fuerte. Se podría decir que ha sido uno de los pocos países que ha salido de la crisis mucho más fuerte y en una posición de clara ventaja: una tasa de paro del 3,7% frente al 8% de 2008, un PIB per cápita de 35.300 euros frente a los 32.500 de 2008 o un superávit por cuenta corriente de 150.000 millones frente a los 25.000 millones de superávit de 2007.
Sin embargo, todo ciclo tiene un fin y el de Alemania podría llegar por un recalentamiento de la economía, por una pérdida de competitividad producto de una política monetaria excesivamente laxa para un economía a pleno rendimiento.
Desde el diario germano Handelsblatt destacan que los buenos tiempos no duran para siempre. De hecho, varios economistas consultados por este periódico han vertido diferentes opiniones que se pueden sintetizar en la siguiente frase: no se dejen deslumbrar por el nuevo milagro alemán.
Las semillas de la crisis
Stefan Kooth, economista del Instituto de Kiel para el Mundo de la Economía, destaca que "el boom económico en Alemania lleva dentro las semillas de una crisis". Este experto señala que una economía que crece con fuerza durante mucho tiempo puede presentar desequilibrios importantes aunque los precios se mantengan bajo control.
La política monetaria expansiva del Banco Central Europeo (BCE) ha derribado los tipos de interés, lo que ha permitido que muchos modelos de negocio e inversiones sean rentables gracias al dinero barato, no porque hayan sido ideas o negocios especialmente ingeniosos o de gran valor. "Existe un riesgo importante de que se produzca una mala asignación de los recursos", señala Henning Vöpel, director del Instituto de Hamburgo de Economía Internacional.
Los críticos con la complacencia que muestra el gobierno y las empresas argumentan que se está dando por hecho que el sello de calidad Made in Germany seguirá atrayendo al mundo eternamente. Esta complacencia impide que el gobierno de Merkel se tome en serio los retos de la economía como son el envejecimiento o la digitalización. En lugar de eso, el gobierno ha complicado la vida a las empresas subiendo impuestos, creando regulaciones innecesarias y con unos costes energéticos elevados.
En los últimos años, mientras que varios países de la Eurozona emprendían reformas, en Alemania se ha aprobado un salario mínimo, se han igualado los costes entre contratos temporales e indefinidos y se han incrementado las cargas burocráticas, según explican desde el diario Handelsblatt.
Estos cambios del gobierno han intentado reducir la desigualdad y probablemente han contribuido a luchar esta lacra, pero también ha reducido la flexibilidad de las empresas para contrarrestar una caída de la actividad económica. Además, los años de fuerte crecimiento económico en Alemania han ido acompañados de incrementos de los costes laborales, mientras que se espera que la productividad caiga por debajo del crecimiento salarial en 2018.
Por último, una parte importante del crédito en los últimos años se ha vertido en el sector inmobiliario, una rama de la economía con escaso valor añadido y cuya producción no es exportable. El Bundesbank cree que podría existir un pequeña burbuja "limitada" a ciertas zonas.
Las propiedades están sobrevaloradas en las grandes ciudades entre un 15 y un 30%, mientras que los alemanes siguen usando sus ahorros para invertir en vivienda. Si el mercado inmobiliario inicia una corrección, " crecen los riesgos de que los precios se devalúen, los tipos de interés cambien y los créditos se conviertan en fallidos", asegura Claudia Buch, vicepresidenta del Bundesbank.
19/01/2018
http://www.eleconomista.es/economia/noticias/8878628/01/18/El-milagro-economico-de-Alemania-puede-terminar-en-catastrofe-para-el-sello-Made-in-Germany.html
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