- "El modelo económico está roto, al igual que el de Japón hace tres décadas"
- El nuevo modelo será beneficioso a largo plazo, pero la transición será dura
- Si la crisis inmobiliaria se parece a la de España, el PIB se quedará 'congelado'
La economía de China se está desacelerando más rápido de lo esperado. Un modelo económico roto ha llevado a Pekín a buscar un cambio que está teniendo repercusiones notables sobre el mercado inmobiliario y el energético, que se unen a otros factores más estructurales (demografía, productividad..) que están poniendo a la economía en una situación relativamente frágil. La cascada de rebajas de previsiones económicas (tanto para 2021 como para 2022) para China es ya una realidad.
La búsqueda de una economía más sostenible y equilibrada a largo plazo va a tener (y está teniendo) importantes costes en el crecimiento a corto plazo. El impacto más visible hasta la fecha se está produciendo en el mercado inmobiliario chino, que se encuentra inmerso en una crisis que mantiene en vilo al país y a la economía mundial. Resulta difícil conocer con exactitud la debilidad real de la economía del 'gigante asiático' y qué pasará en el futuro. La crisis china es muy particular (es una explosión controlada), pero a su vez guarda parecidos con la sufrida por España o EEUU en 2008 o con la de Japón de finales de los 80.
La vivienda (construcción, servicios inmobiliarios...) ha sido el motor de crecimiento chino en los últimos años y la principal inversión de los hogares . El problema es que este motor ha funcionado a base de una gasolina de dudosa calidad: el endeudamiento de familias y empresas relacionadas con el inmobiliario. Pekín puso en marcha recientemente unas reglas financieras mucho más estrictas (tres líneas rojas que funcionan con algunas deficiencias), para dar comienzo al cambio de modelo económico, que las empresas del sector deben cumplir. Estas reglas han comenzado a provocar la explosión controlada del inmobiliario chino, según han descrito varios analistas. ¿Cuál será el alcance de esta crisis?
China se enfrenta a una desaceleración (que puede mutar a crisis) que tiene ciertos parecidos con la de España o EEUU de 2007 (en lo que se refiere a la vivienda y al endeudamiento del sector promotor) y también a la de Japón de finales de los 80 (factores demográficos, burbujas varias...). Mirando a lo que ocurrió en estas economías se puede intentar vaticinar que pasará en China en los próximos años.
Dos escenarios para el inmobiliario
Los analistas de Oxford Economics calculan a través de dos escenarios cuál puede ser el impacto de la crisis inmobiliaria en el PIB chino y la economía mundial . En el primero, la recesión del mercado inmobiliario queda en un susto como ocurrió hace seis años. En el segundo, la burbuja estalla al estilo de lo acaecido en España y EEUU en 2008, generando un impacto de calado tanto en la economía china, como en la global.
Louis Kujis y Tommy We, analistas de Oxford Economics creen que si la crisis de la vivienda sigue el patrón que se vio durante la recesión inmobiliaria de China en 2014-2015, el crecimiento del PIB de China se reduciría a un 3% interanual entre finales de 2022 y principios de 2023, en comparación con el 5,3% que muestra el escenario base. Por otro lado, el crecimiento del PIB global sería 0,7 puntos menor y los precios globales de los metales caerían de forma drástica. Los países particularmente expuestos a China y los exportadores de materias primas se verían especialmente afectados. Este escenario es relativamente benigno.
Sin embargo, estos expertos manejan otro escenario más peligroso, pero también menos probable. "Si la inversión residencial de China se derrumbara tanto como ocurrió en España y EEUU en la década de los 2000, el crecimiento del PIB se reduciría a un insignificante 1% en el primer trimestre de 2023, y el crecimiento del PIB global sería 1,6 puntos porcentuales más bajo que en nuestra línea de base. A medida que caigan las importaciones de materias primas de China, los precios de los metales industriales se hundirían. Como en el primer escenario, los países más afectados serían aquellos para los que las exportaciones a China son particularmente importantes (Alemania, por ejemplo) y los exportadores de materias primas".
No obstante, existe otro escenario más agudo. ¿Y si la crisis inmobiliaria se termina pareciendo a la de España en 2007 y 2008? "El crecimiento del PIB de China se reduciría al 1% en el primer trimestre de 2023, 4,3 puntos porcentuales menos que en el escenario base. El impacto en el crecimiento global también sería mucho mayor: 1,6 puntos porcentuales menor a finales de 2022 y principios de 2023".
El 'gigante asiático' reduciría sobremanera la importación y producción de todos aquellos metales relacionados con el sector de la construcción (hierro, aluminio, acero...), mientras que el impacto sobre la riqueza de los hogares afectaría también al consumo y a las importaciones, sacudiendo el crecimiento global y rebajando el precio de las materias primas. Además, la bolsa china comenzaría a cotizar el nuevo escenario, agravando el contagio a través del canal financiero.
"Todo ello provocaría que las importaciones de materias primas de China se estancasen, los precios mundiales de los metales serían un 55% más bajos, respecto al escenario base, en el segundo semestre de 2022, y los precios del hierro serían un 73% más bajos. Como en el primer escenario, los países más afectados serían aquellos para quienes las exportaciones a China son económicamente importantes y los exportadores de materias primas", aseguran desde Oxford Economics.
Parecidos con Japón...
Por otro lado, Richard Cookson, antiguo gestor de fondos en Citi o HSBC, señala en una columna de Bloomberg que la crisis de China tiene varios parecidos con la que se fraguó en Japón hace varias décadas. La demografía está siguiendo una tendencia similar (envejecimiento masivo). Por otro lado, el crédito al sector inmobiliario y a empresas estratégicas, que al principio generó un círculo virtuoso, termina desembocando en un círculo vicioso, como en Japón: empresas poco productivas que necesitan más crédito para sobrevivir.
"Los problemas actuales de China son inquietantemente similares y, en algunos aspectos, peores que los de Japón. Los problemas demográficos son un ejemplo. Se habla mucho de los efectos devastadores del envejecimiento de la población sobre el crecimiento potencial japonés. La población en edad laboral de Japón comenzó a caer a mediados de la década de 1990, y su población general comenzó a reducirse en 2008. La población en edad laboral de China ya alcanzó su punto máximo hace 10 años y su población general probablemente ya se esté contrayendo. El arrastre demográfico subyacente de Japón se produjo después de que estallara su burbuja; en China ha sido un lastre durante años", aseguran Cookson.
...diferencias
No obstante, China siempre tiene sus particularidades, lo que también ha creado algunas diferencias con el boom inmobiliario que vivió Japón hace décadas. El crecimiento de los precios inmobiliarios japoneses en la década de 1980 superó con creces el crecimiento del PIB, mientras que en China ha sucedido lo contrario durante los últimos 10 años, según apunta Yuki Masujima, analista de Bloomberg Economics. Los precios inmobiliarios de Japón en relación con el PIB se duplicaron con creces entre 1980 y 1990, cuando los precios alcanzaron su punto máximo, mientras que en China esta relación no ha existido en los últimos diez años ante la moderación de los precios de la vivienda, asegura este experto.
Eso sugiere que la creciente demanda de viviendas e inmuebles en China ha estado respaldada por una mayor productividad en otras áreas de la economía. Pero ahora llega el momento de la verdad: el crecimiento económico chino se está desacelerando y parece que continuará desacelerándose durante la próxima década, por lo que es importante mantener los precios de las propiedades bajo control para evitar un aumento en la relación precio/PIB, agrega Masujima.
Y algunos agravantes
Sin embargo, el debate es amplio. Al igual que existen diferencias que ponen a China en una mejor posición, también existen similitudes que dejan a Pekín en un lugar mucho peor o, al menos, mucho más peligroso. Ahora que el el modelo basado en el endeudamiento se ha vuelto insostenible, las autoridades buscan forzar un cambio creyendo que así pueden controlar la explosión de las diferentes burbujas de la economía (vivienda, acciones, crédito...). China está ahora en ese punto, las empresas han comenzado a desapalancarse, comenta el columnista de Bloomberg.
"A medida que las empresas se vean obligadas a ahorrar, su economía tendrá dificultades, tal vez más que la de Japón, y no solo por motivos demográficos. Por un lado, el sector inmobiliario es mucho más importante para el crecimiento de China (de lo que lo era para Japón). Los gobiernos locales han dependido de la venta de terrenos para cubrir sus gastos y se han destinado enormes cantidades de préstamos a la construcción", señala Cookson. El derrumbe de este sector puede golpear a los balances de los bancos y a la concesión de crédito al resto de la economía.
Pese a todo, Cookson cree que China podrá evitar lo que el denomina como "una crisis total". El antiguo gestor de fondos sostiene que el PIB avanzará a un ritmo mucho más lento o incluso podría quedar congelado durante un periodo de tiempo, pero no se debería producir una recesión en toda regla (dos trimestres consecutivos de retrocesos del PIB). Aunque la crisis de China tiene parecidos con la de Japón o la de España, el Gobierno cuenta con importantes herramientas para controlar la explosión.
10/11/2021 - 11:07
https://www.eleconomista.es/economia/noticias/11471422/11/21/El-modelo-roto-de-China-revive-los-fantasmas-de-la-crisis-de-Japon-y-de-la-burbuja-inmobiliaria-de-Espana.html