viernes, 12 de noviembre de 2021

Los mercados tiemblan ante el riesgo de estanflación: estos son los activos para vencer al monstruo

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  • El oro ha ofrecido una rentabilidad real del 22% en periodos de estanflación
  • Otras opciones menos rentables son las materias primas o la vivienda
  • La renta variable y los bonos son los activos que más han sufrido



Los mercados están empezando a dudar de la transitoriedad de la inflación. El dato de IPC de EEUU ha sorprendido al alza esta semana, generando una venta masiva en los bonos y haciendo retroceder a las acciones. Los inversores comienzan a hacerse preguntas y a mover parte de su capital hacia los activos que han funcionado mejor durante los periodos de mayor inflación. Aunque aún no existe certidumbre sobre la futura evolución de los precios, lo que sí se puede decir ya es que la inflación está durando más de lo previsto y está alcanzando cotas que estaban en las previsiones de muy pocas instituciones.

El IPC se ha situado en EEUU en el 6,2% en octubre, máximos no vistos desde diciembre de 1990. Este dato provocó un leve seísmo en los mercados que sin embargo deja ver por dónde 'pueden ir los tiros' si la cosa se pone fea con la inflación. Los bonos retrocedieron de forma notable (subió el interés), las acciones cayeron también en Wall Street, mientras que el oro fue el gran triunfador de la jornada.

Sean Markowicz, responsable de estrategia, estudios y análisis de Schroders, ha elaborado una especie de manual o nota en la que describe el comportamiento de cada tipo de activo según el ciclo de la inflación. Este experto explica que, en general, existen cuatro fases diferentes del ciclo económico basadas en la evolución de la producción y la inflación: goldilocks o ricitos de oro (cuando la economía no está ni muy caliente ni muy fría, por lo que soporta un crecimiento notable con baja inflación), desinflación, reflación y estanflación. En cada ciclo hay que estar invertido en unos activos u otros para sacar partido a los movimientos del mercado.

Este economista cree que evaluar el comportamiento de las clases de activos durante cada fase utilizando el PIB puede ser bastante complejo, puesto que la producción es un indicador que se publica con retraso.

"En consecuencia, sustituimos el crecimiento por el Índice Económico Líder (LEI, por sus siglas en inglés) de la Conference Board de EEUU, que está diseñado para señalar los puntos de inflexión en los datos económicos con mayor eficacia que el PIB". Este índice, junto con la inflación, deja entrever que el ciclo está en una fase de transición desde la reflación hacia la estanflación (inflación alta y crecimiento moderado o estancado), un monstruo al que temen los ahorradores.

El oro sería el activo más rentable en un periodo de estanflación

El departamento de análisis de Schroders ha calculado cuál ha sido el rendimiento real (descontando inflación) en cada parte del ciclo a lo largo de las últimas décadas. Por ejemplo, durante los periodos de estanflación, el oro (+22,1%), las materias primas (+15%) y los fondos de inversión inmobiliaria (REITs) (+6,5%) han sido los que mejor se han comportado. En cambio, la renta variable ha tendido a sufrir (-1,5%).

"Esto tiene sentido, pues el oro se considera a menudo un activo refugio, por lo que tiende a apreciarse en tiempos de incertidumbre económica. Los tipos de interés reales también tienden a bajar en periodos de estanflación, ya que las expectativas de inflación aumentan y las de crecimiento disminuyen. Unos tipos reales más bajos reducen el coste de oportunidad de poseer un activo de rendimiento cero como el oro, lo que aumenta su atractivo para los inversores", sostiene Markowicz.

Las commodities (por ejemplo, las materias primas y la energía) son una fuente de costes para las empresas, así como un componente clave de los índices de inflación. Por lo tanto, suelen obtener buenos resultados cuando la inflación también aumenta (a menudo porque son la causa del aumento de la inflación). Sin embargo, las rentabilidades son más débiles durante periodos de estanflación en comparación con los periodos de reflación, en los que se benefician del viento de cola adicional del aumento de la demanda y del buen momento de la economía en general.

Invertir en vivienda

Del mismo modo, los fondos de inversión inmobiliaria ofrecen una cobertura parcial frente a la inflación a través de la transmisión de los aumentos de precios en los contratos de alquiler y los precios de los inmuebles.

Aunque la reflación ha tendido a ser positiva para la renta variable (+14,6%), la estanflación ha resultado más problemática (-1,5%), a medida que las empresas luchan contra la caída de los ingresos y el aumento de los costes.

"Los bonos del Tesoro son una incógnita. En teoría, deberían beneficiarse de la caída de los tipos reales, impulsada por el descenso del crecimiento. Sin embargo, el aumento de la inflación se come sus ingresos, presionando al alza los rendimientos y a la baja los precios", asegura el economista de Schroeders.

En la práctica, la medida en que esto perjudique a la rentabilidad de los bonos dependerá de su duración y de su rendimiento inicial (los rendimientos más altos proporcionan un mayor colchón para absorber las subidas de tipos). Los datos históricos reflejan esta compleja interacción de factores: los bonos del Tesoro han ofrecido una rentabilidad real anual baja pero positiva (+0,6).

De modo que si el inversor está adelantando un escenario de estanflación, el oro puede ser una buena opción para obtener algo de rentabilidad. Quizá la opción más peligrosa es en estos tiempos es la liquidez (depósitos, fondos monetarios, efectivo...), dado el elevado nivel de represión financiera: los tipos de interés oficiales están cerca del 0%, mientras que la inflación se encuentra en máximos de las últimas décadas. Tener el dinero en liquidez es perder poder adquisitivo día a día.