domingo, 24 de abril de 2022

La amenaza a la hegemonía del dólar es real y está comenzando en Israel

Foto: Alamy



Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania y las sanciones internacionales al país de Vladimir Putin se viene cuestionando la hegemonía del dólar. Hace unas semanas, la primera subdirectora gerente el Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, advertía de que las sanciones podían derivar en una fragmentación del sistema monetario internacional donde la primacía del dólar se fuese diluyendo gradualmente. Y parece que ya se están viendo este tipo de movimientos.

Esta semana, el banco central de Israel ha ejecutado un movimiento inesperado en tanto que es la primera vez en la historia que lo acomete: adquirir yuanes como forma de reserva de divisas, al tiempo que está recortando la cantidad de dólares y euros. La moneda china supondrá el 2% de sus reservas totales, y a ello se suma la entrada de dólares canadienses y australianos (3,5% cada uno), cuya adquisición también es la primera vez que se realiza. Hasta ahora, el organismo israelí sólo había adquirido euros (que ahora supondrá el 20%), dólares estadounidenses (61%) y libras esterlinas.

"Necesitamos analizar la necesidad de obtener un rendimiento de las reservas que cubra los costos del pasivo", dijo en una entrevista a Bloomberg el vicegobernador del Banco de Israel, Andrew Abir.

En este sentido, JP Morgan ha registrado que la participación del dólar en las reservas de divisas mundiales está en mínimos de la serie histórica, al suponer solo un 59% en el cuarto trimestre de 2021, seis puntos menos que en 2015.

Hace unos días, el estratega de tipos de interés de Credit Suisse, Zoltan Pozsar, señalaba que sin una estabilidad de precios no existirá una supremacía del dólar. Pozsar argumenta que una subida continuada de tipos de la Reserva Federal, como prevén los analistas, podrían llevar a que algunas de las divisas que han establecido tipos de cambio fijos con el dólar, como el riyal de Arabia Saudí o el dólar hongkonés, podrían abandonar su ligazón con la divisa americana para no perjudicar su economía doméstica.

De hecho, Pozsar recuerda que al desvincularse podrían devaluar su moneda para facilitar la compra de unas materias primas que marcan máximos en muchos casos en el mercado internacional.

Quizá solo el renminbi chino tenga la capacidad de situarse como la nueva moneda hegemónica mundial, dado el comercio con Rusia que va en aumento, su posición como fábrica del mundo y el superávit comercial que registra. También cuenta con un sistema de pagos interbancarios independiente del de los grandes países occidentales pero que aún está muy lejos de servir como una alternativa a nivel mundial.

A la defensa del 'billete verde'

Sin embargo, esta misma semana el subsecretario del Tesoro de EEUU ha salido en defensa de la hegemonía de la divisa. Wally Adeyemo recordó en primer lugar que EEUU sigue siendo la principal economía del mundo, por lo que de forma natural su divisa es la más usada del planeta, señaló en un evento del Peterson Institute of International Economics.

Además, Adeyemo subrayó que las sanciones a Rusia no son unilaterales por parte de EEUU sino que están tomadas de forma conjunta con otras potencias, como la Unión Europea, por lo que no será solo el dólar quien se pudiera ver perjudicado. A ello suma la seguridad jurídica que ofrece el país de cara a los inversores, lo que hace que la confianza en su divisa no merme.

Finalmente, el vicesecretario del Tesoro ejemplificó la fortaleza del dólar con el propio caso del país gobernado por Putin: "Rusia ha tomado todas sus acciones desde la invasión en 2014 para alejarse del dólar. Sin embargo, las instituciones financieras rusas que hacen transacciones en todo el mundo, tratando de vender y comprar bienes y de asistir a las compañías que lo hacen, el 80% de sus transacciones internacionales aún involucra al dólar estadounidense", sentenció.

En un sentido similar, el economista jefe para EEUU de la consultora TS Lombard, Steven Blitz, declaró a Business Insider que China no querría asumir la responsabilidad que supone tener la divisa hegemónica. En este aspecto, Blitz considera que el hecho de que no haya muchas compañías chinas entre las grandes dominadoras del comercio mundial es un buen síntoma de que el país carece de poder para imponer el renminbi. De hecho, algunas grandes empresas chinas se han desplazado desde Hong Kong a Singapur, huyendo del gigante comunista.