martes, 6 de diciembre de 2011

La rápida desaceleración de China


Foto from BBC.co.uk


Hasta ahora parecía que estaba a salvo, pero la crisis económica europea también está afectando a China, el gigante asiático donde se fabrican la mayoría de los productos que se consumen en el mundo.
Hasta tal punto que el gobierno chino está empezando a preocuparse.
Los líderes de este país, son populares porque continúan mejorando los niveles de vida de sus habitantes.
Pero ahora, el hombre encargado de la seguridad nacional de China ha advertido que el país necesita protegerse de los problemas de una desaceleración económica ya que podría afectar a la estabilidad social.
Las cifras muestran que China está sufriendo una desaceleración económica y rápida, como indica en este análisis, Alistair Thornton, economista de IHS Global Insight con base en Pekín.
La economía China se está desacelerando. Y se está desacelerando de manera rápida
Durante las últimas semanas, el gobierno de China ha indicado que está cada vez más preocupado con el pronóstico económico global y local, y ha centrado toda su atención en estimular la economía del país, que empieza a languidecer.
Aunque, hasta hace poco, los políticos y tecnócratas habían estado luchando con uñas y dientes para calmar las cosas, no para calentarlas.
Controlar una desenfrenada inflación y un mercado inmobiliario a la baja han sido las prioridades del gobierno en 2011, al tiempo que lucha con las consecuencias de un masivo estímulo monetario lanzado para arrancar a China de la crisis financiera global.
El gobierno ideo medidas administrativas para dejar a los especuladores fuera del sector inmobiliario, también tomó medidas drásticas sobre la cantidad que los bancos podrían prestar, y aumentaron las tasas de interés para demostrar que iban en serio.
Y a principios de verano aparecieron las primeras señales de que las medidas estaban funcionando.
La inflación alcanzó su punto más alto en julio, y el primer ministro, Wen Jiabao, hizo titulares reivindicando victoria sobre los aumentos de precios.
El crecimiento se desaceleró aún más en el tercer cuarto del año, con datos mensuales más recientes mostrando una arraigada tendencia descendente. Al final el optimismo en el mercado inmobiliario empezó a disiparse.
Riesgo de la eurozona
Pero así como el gobierno se relajó ante la desaceleramiento global hace tres años, se había excedido en su respuesta a las consecuencias inflacionarias de esa expansión crediticia sin restricciones.
Parando muchos de los préstamos que siguieron haciéndose fuera del sistema bancario hizo que la desaceleración se intensificara.
En octubre, 34 de las 70 ciudades analizadas por la autoridad de estadísticas, sufrieron un descenso en los precios de las propiedades comparado con el mes anterior.
Los pronósticos de crecimiento en el sector industrial en China son un dos por ciento menor que en verano, y la producción de electricidad es un siete por ciento más bajo.
En noviembre, el sentimiento entre el sector manufacturero, había alcanzado un punto que no se había visto desde el cenit de la crisis financiera.
Para empeorar la situación, el mayor mercado de exportación de China se encuentra en una situación peligrosa.
En efecto, a pesar de todos los desafíos internos, es la eurozona lo que constituye la mayor amenaza para el crecimiento de China el año que viene.
Cambio de política
Con la desaceleración en marcha y unas perspectivas globales débiles, los líderes chinos han cambiado de juego, y se están concentrando en apoyar el crecimiento.
En un principio, las medidas de ajuste estaban diseñadas a ayudar a las empresas pequeñas y medianas que soportaron los efectos de las medidas crediticias de 2011, y dirigidas a reavivar los programas de construcción de viviendas asequibles apoyados por el gobierno, que tuvieron problemas para ponerse en marcha.
Pero, fue le reciente anuncio de que el gobierno estaba disminuyendo la cantidad de dinero que los bancos están obligados a guardas en el banco central lo que indicó un cambio verdadero hacia una relajación de la política monetaria.
Con más capital a su disposición, los bancos deberían empezar a prestar más.
Durante los próximos seis meses, el gobierno continuará liberando gradualmente dinero para los bancos, animando la actividad económica.
En realidad, China podría moverse más rápido a la hora de aflojar restricciones crediticias teniendo en cuenta que el capital está saliendo del país.
Igual que en la mayoría de mercados emergentes, los líderes chinos están buscando esa temperatura ideal- una economía que no es demasiado caliente como para que cause inflación y muy fría para que cause recesión.
El problema es que, con las actuales herramientas políticas, la economía es tan rígida como un buque cisterna.
Cuesta mucho hacer que cambie de dirección y una vez que está en movimiento, cuesta mucho hacer que cambie el rumbo.
Los políticos en Pekín están desesperados tratando de adivinar como prevenir el estancamiento del crecimiento económico sin empujar a la economía hacía otro ciclo inflacionario.

Por Alistair Thornton  from Economista de IHS 5 de diciembre de 2011

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