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Un nuevo estilo de dirección, sin duda. Thierry Breton, exministro francés y actual CEO de Atos, ha decidido que el correo electrónico es una rémora para la productividad y por ello, ha anunciado algo insólito en el mundo de la empresa: el uso del correo electrónico en Atos quedará prohibido antes de 18 meses.
No crean que el paso es sencillo, no sólo por las implicaciones relativas a hábitos de uso y costumbres, sino también por las dimensiones de la corporación: serán 80.000 empleados repartidos en 42 países los que se despedirán definitivamente del correo electrónico. Adiós al spam, adiós a los virus, pero sobre todo, adiós definitivo a la pérdida de tiempo.
¿E-mail sentenciado a muerte?
Por ahí van los tiros. En el reparto de horas de la jornada laboral, cada vez es mayor el tiempo que dedicamos a lidiar con la bandeja de entrada. El famoso “inbox zero” (vaciar la bandeja de entrada) representa ya una suerte de karma que los trabajadores persiguen de forma incesante. Una meta casi inalcanzable, por cierto, ya que la entrada de correos electrónicos es permanente. Breton ha debido darse cuenta de ello y ha decidido que muerto el perro, se acabó la rabia. El parisino enarbola la bandera del célebre Think Different de Steve Jobs: “el e-mail ya no es una herramienta adecuada. Ha llegado el momento de pensar de forma diferente”, afirma.
El directivo estima que apenas un 10% de los correos electrónicos que circulan por Atos es importante. Sin embargo, sigue siendo necesario gestionarlos de alguna manera. Los usuarios se ven obligados a desgranar el contenido importante de toda la basura que día a día inunda sus cuentas de correo corporativas. “El efecto del e-mail en la productividad puede ser devastador”, reconoce Breton. Se prohíbe el uso del correo, pero... ¿cómo será la comunicación a partir de ahora en la empresa? El asunto tiene su trampa: el directivo pretende sustituir el mail por canales menos saturados como la mensajería instantánea, una suerte de red social “similar a Facebook” y de uso interno, y la voz. Breton reivindica el uso del teléfono y las reuniones cara a cara para solucionar los problemas.
Bien pensado, la medida adoptada por el directivo de Atos tiene su lógica si nos atenemos a la realidad actual de los más jóvenes. El uso del correo electrónico entre adolescentes está siendo completamente relegado debido a la fuerza de las redes sociales o los sistemas de mensajería instantánea (piense en WhatsApp). Casi nos da la risa floja cuando Sheryl Sandberg, responsable de operaciones de Facebook, vaticinó el fin del correo electrónico allá por junio del año pasado, y parece que alguien por fin le ha tomado la palabra. Hablar de la desaparición del correo como tal puede resultar puede resultar excesivamente osado, pero lo cierto es que este medio de comunicación está abocado a transformarse desde el momento en el que su gestión cuesta más dinero que el rendimiento derivado de su uso. Una cuestión de costo-beneficio que parece tener una clara solución para Atos. ¿Funcionará la medida? En dieciocho meses salimos de dudas.
¿E-mail sentenciado a muerte?
Por ahí van los tiros. En el reparto de horas de la jornada laboral, cada vez es mayor el tiempo que dedicamos a lidiar con la bandeja de entrada. El famoso “inbox zero” (vaciar la bandeja de entrada) representa ya una suerte de karma que los trabajadores persiguen de forma incesante. Una meta casi inalcanzable, por cierto, ya que la entrada de correos electrónicos es permanente. Breton ha debido darse cuenta de ello y ha decidido que muerto el perro, se acabó la rabia. El parisino enarbola la bandera del célebre Think Different de Steve Jobs: “el e-mail ya no es una herramienta adecuada. Ha llegado el momento de pensar de forma diferente”, afirma.
El directivo estima que apenas un 10% de los correos electrónicos que circulan por Atos es importante. Sin embargo, sigue siendo necesario gestionarlos de alguna manera. Los usuarios se ven obligados a desgranar el contenido importante de toda la basura que día a día inunda sus cuentas de correo corporativas. “El efecto del e-mail en la productividad puede ser devastador”, reconoce Breton. Se prohíbe el uso del correo, pero... ¿cómo será la comunicación a partir de ahora en la empresa? El asunto tiene su trampa: el directivo pretende sustituir el mail por canales menos saturados como la mensajería instantánea, una suerte de red social “similar a Facebook” y de uso interno, y la voz. Breton reivindica el uso del teléfono y las reuniones cara a cara para solucionar los problemas.
Bien pensado, la medida adoptada por el directivo de Atos tiene su lógica si nos atenemos a la realidad actual de los más jóvenes. El uso del correo electrónico entre adolescentes está siendo completamente relegado debido a la fuerza de las redes sociales o los sistemas de mensajería instantánea (piense en WhatsApp). Casi nos da la risa floja cuando Sheryl Sandberg, responsable de operaciones de Facebook, vaticinó el fin del correo electrónico allá por junio del año pasado, y parece que alguien por fin le ha tomado la palabra. Hablar de la desaparición del correo como tal puede resultar puede resultar excesivamente osado, pero lo cierto es que este medio de comunicación está abocado a transformarse desde el momento en el que su gestión cuesta más dinero que el rendimiento derivado de su uso. Una cuestión de costo-beneficio que parece tener una clara solución para Atos. ¿Funcionará la medida? En dieciocho meses salimos de dudas.
Por José Mendiola from elconfidencial.com 02/12/2011
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