¿Qué queremos hacer en la cama y no contamos? ¿Qué sueños o deseos sexuales esconde nuestra mente? Puede que '50 sombras de Grey' no sea la respuesta.
Quizás no te hayas enterado de que el viernes se estrenó la esperadísima 50 Sombras de Grey (Sam Taylor-Johnson, 2015), aunque esto sólo es probable si llevas dos meses en la Antártida aislado de toda civilización humana y rodeado de pingüinos y cetáceos –y puede que ni con esas hayas esquivado el bombardeo mediático–. Pues sí.
La película basada en la excitante novela de Erika Mitchell (quien escribió el libro bajo el nombre de E.L. James) llega a la gran pantalla cargada de dominación, sumisión, sadismo y masoquismo dispuesta a triunfar como ya hizo el libro. Con 20 millones de copias en todo el mundo y algo más de 100 millones de lectores, Mitchell ha conseguido con su saga que más personas se animen a confesar sus fantasías sexuales y, más aún, a intentar llevarlas a la práctica sin tapujos.
Los deseos mejor guardados de la gente parecen no tener tanto que ver con estas turbias escenas de sadomasoquismo
Entre San Valentín y el ansiado film, este puede ser todo un fin de semana de experimentar en pareja y dar rienda suelta a la imaginación bien inspirados por los profesionales. Sin embargo, por mucho que se comenten las excitantes prácticas sexuales entre la atractiva Anastasia y su Grey, lo cierto es que los deseos mejor guardados de la gente parecen no tener tanto que ver con estas turbias escenas de sadomasoquismo.
La ciencia lleva décadas estudiando con qué les gusta fantasear a hombres y mujeres y, aunque es imposible estudiar con precisión las variadas fantasías de millones de personas de numerosas culturas, varios estudios sugieren que cuando se trata de pensamientos y deseos sexuales no somos tan aventureros ni originales como cabría esperar.
Fantasías sexuales de andar por casa
¿Qué queremos hacer en la cama –u otros lugares– y no nos atrevemos a contar? ¿Qué sueños o deseos sexuales esconde nuestra mente? Un grupo de investigadores de la Universidad de Quebec trató de dar respuesta a estas eternas preguntas para conocer las fantasías sexuales más comunes entre hombres y mujeres.
El estudio, publicado en el Journal of Sexual Medicine, contó con la participación de 1.516 hombres y mujeres de entre 20 y 40 años residentes en Quebec a los que se les preguntó si alguna vez habían fantaseado con alguna práctica sexualinusual.
Las fantasías más comunes se amoldan más a lo realizable que a algo inalcanzable
Según los resultados del estudio, los deseos ocultos son diferentes según el sexo. Mientras las mujeres fantasean sobre todo con ser dominadas sexualmente en situaciones en las que ellas son el principal objeto de deseo (el éxito de Cincuenta sombras de Grey no es casual) o con practicar sexo en entornos diferentes (tanto románticos como inusuales), los hombres se decantaban por (¡sorpresa!) hacer un trío.
¿Deseos ocultos o tópicos generalizados?
Parece que dos grandes clásicos, soñar con tener sexo con dos mujeres para ellos y la sumisión masculina para ellas, siguen siendo los deseos sexuales más generalizados… Y, las cosas como son, no son demasiado innovadores.
¿Quizás la película se excede en originalidad o es que las fantasías más comunes se amoldan más a lo sencillamente realizable que a algo inalcanzable? Para muestra, la lista de los deseos sexuales más comunes
Top 10 fantasías femeninas:
- Tener sexo en un sitio romántico
- Tener sexo en un sitio inusual
- Que te hagan sexo oral
- Hacerle sexo oral a un hombre
- Ser masturbado por tu pareja
- Masturbar a tu pareja
- Hacer el amor con un conocido que no es tu marido
- Ser dominada sexualmente
- Hacer el amor en un espacio público
- Hacer el amor con más de tres personas, hombres y mujeres
Top 10 fantasías masculinas:
- Dar y recibir sexo oral
- Hacer el amor con dos mujeres
- Hacer el amor con alguien que no es tu pareja
- Hacer el amor en un sitio inusual
- Ver a dos mujeres hacer el amor
- Eyacular sobre tu pareja
- Hacer el amor en un lugar romántico
- Hacerle sexo oral a una mujer
- Masturbar a tu pareja
- Hacer el amor con más de tres mujeres.
Ellas lo desean pero no quieren que se haga realidad
Una de las conclusiones más sorprendentes del estudio es que mientras a la mayoría de los hombres les encantaría que sus fantasías se hiciesen realidad, las mujeres prefieren que estas escenas deseadas e imaginadas se queden en su mente.
Las mujeres en general distinguen claramente entre la fantasía y el deseo
En palabras de Cristiano Joyal, principal autor de la investigación, que esto se debe a que “las mujeres en general distinguen claramente entre la fantasía y el deseo”. Son conscientes de que algunas de esas “películas mentales” podrían no ser del todo agradables si se diesen en la vida real ya que muchas están relacionadas con situaciones de subordinación descontroladas (como, por ejemplo, ser dominadas por un desconocido).
Entre el 30% y el 60% de las mujeres confesaron tener fantasías relacionadas con la sumisión y dominación –ser atadas, azotadas o forzadas a tener relaciones sexuales– por lo que la posibilidad de llevar estos actos a la vida real podría derivar en dolor físico poco agradable. De ahí que, como explica Jessica Orwing en Business Insider, “la mayoría dijeron que preferían leer y pensar en ello en vez de vivirla”.
¿De Venus y Marte o con los pies en la Tierra?
El estudio también refleja que a los hombres les gusta mirar –claro, ¡de ahí la industria del porno!– y ansían fantasías más sexuales y activas muchas veces relacionadas con ser promiscuos (un tercio de los entrevistados confesaron haber fantaseado con más de 1.000 personas a lo largo de su vida). Por su parte, ellas sueñan con una puesta en escena especial, en su mayoría íntima y emotiva, en la que, además, su papel sea más pasivo que otra cosa.
A los hombres les gusta mirar y ansían fantasías más sexuales y activas
¿Datos concluyentes y representativos? Pese a que se trata de una muestra considerable de población, lo cierto es que la investigación analizó las respuestas de un pequeño y selecto grupo de personas en su mayoría heterosexuales.
Como dice Orwing “los resultados probablemente no reflejan con precisión las fantasías de otros grupos más diversos”. También podemos pensar que, quizás, los participantes reprimieron sus verdaderas fantasías sexuales, o simplemente asumir que, en algunas ocasiones, la ficción supera la realidad común compartida.
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