Ultramarinos Quintín, en la esquina más conocida de la calle Jorge Juan, es un coqueto restaurante mediterráneo con puestos de fruta. OLMO CALVO
Jorge Juan es el lugar donde ver y ser visto. Ahora, la lujosa arteria de la capital extiende su influencia a calles adyacentes para convertir la zona en un destino de moda y para amantes del mundo gastro atraídos por restaurantes de moda como Amazónico, Luz Madrid o Mama Framboise.
El Miami Design District, el SoHo neoyorquino, el Cuadrilátero de la moda milanés, Champs-Élysées en París, Regent Street en Londres, la Avenida Liberdade de Lisboa, Friedrichstrasse en Berlín... La vuelta al mundo con más estilo, donde se sitúan las firmas más influyentes de la industria de la moda, los restaurantes exclusivos que copan las fotografías bajo la etiqueta #foodie en Instagram o las galerías de arte punteras ya pasa por un lugar con nombre propio en la ciudad de Madrid: Distrito 41. Esta zona sobresaliente de la capital, presidida por la calle Jorge Juan, reúne en el mismo espacio una original y lujosa propuesta de cultura, arte, compras y, especialmente, gastronomía.
Ahora, 10 años después del impulso dado por la Asociación de Comerciantes del territorio, que consiguieron hacerlo singular pese a las quejas vecinales por el ruido y a las luchas con el Ayuntamiento, la arteria por donde pasean los mejor vestidos quiere extender su influencia a otras vías para convertir el cinturón del ocio más it en destino para paladares gourmet, sibaritas y viajeros exigentes.
Pastelerías Mallorca, en el número 6 de la calle Serrano,
se acaba de adherir al Distrito 41.
Eje comercial
Ubicado en el Barrio de Salamanca, en plena Milla de Oro madrileña, el Distrito 41 -que debe su nombre a la clasificación numérica del Ayuntamiento- registra una población de 15.514 habitantes, según el padrón municipal del 1 de enero de 2017, y suma un total de 1.493 locales abiertos, de los cuales sólo una treintena forma parte de este colectivo que auspició el boom con eventos especiales, como el Mercado de las Flores de Navidad y Primavera y Las Noches de San Jorge Juan, o medidas como el fin de los aparcacoches en la puerta de los restaurantes, un servicio que muchos clientes pudientes esperan encontrar para su comodidad. Clemente Gómez de Zamora, socio fundador de Distrito 41 junto a Sandro Silva, propietario del exitoso Grupo Paraguas, asevera que no ha sido fácil: "Tanto vecinos como comerciantes hemos hecho sacrificios para dinamizar la zona y que pueda lucir así de cuidada. A costa de perder clientes, renunciamos a los aparcacoches ante las protestas cuando creaban situaciones complicadas en el tráfico, de ocupación de espacios aleatoriamente, marchas atrás en dirección prohibida...".
Al principio eran un pequeño grupo de amigos, ni siquiera sobrepasaban la decena, todos con negocios en la travesía. Pretendían mejorar una imagen que dista mucho de la actual. "El estado de sus aceras antes de 2010 era lamentable y tenía aparcamiento en superficie en ambos lados de la calzada", afirma Gómez de Zamora. Con el anuncio de la gran reforma de Serrano, estos empresarios se aventuraron a tratar de cumplir un fin que sabían "sería duro con las obras" pero, a la larga, "beneficioso". "Solicitamos al Ayuntamiento que, al mismo tiempo que se acondicionaba el barrio, Jorge Juan eliminase los estacionamientos en superficie y ampliase sus aceras para poder colocar terrazas". Tras varias negativas, el Consistorio accedió, aunque fueron "siete meses viviendo entre escombros y pavimentos levantados con accesos difíciles, algunos no llegaron a soportar las dificultades y tuvieron que cerrar para dar paso a otros".
D'S Damat, junto al punto gourmet de las Pastelerías Mallorca,
es una firma turca de moda masculina que acaba de aterrizar en la zona.
Meca de la gastronomía
Tras un tiempo dominada por pequeñas tiendas de toda la vida y galerías de arte que la crisis se llevó por delante, la calle Jorge Juan "nada tiene que envidiar a cualquiera de las mejores zonas de las principales ciudades del mundo", opina Gómez de Zamora. Desde la llegada de marcas de gran prestigio -Loewe, Hackett London, Aspesi, Marni...- y con la proliferación de restaurantes que apuestan por el diseño además del producto -La Bien Aparecida, La Máquina de Jorge Juan, Taberna Los Gallos, Babelia...-, la Asociación de Comerciantes desliza que han sido muchas las zonas de Madrid que han tratado de adscribirse a esta "almendrapremium", motivo por el que han decidido abrirse. De hecho, cuentan los comerciantes de la zona, el precio medio del metro cuadrado se sitúa en torno a los 1.300 euros al año. "De 12.000 euros que costaba el alquiler de un local, ahora se pagan unos 24.000".
Después de cumplir una década, en la que han pasado de ser "el distrito anónimo con buenas sensaciones a un verdadero referente con el apoyo de la Dirección General de Comercio del Ayuntamiento", Distrito 41 aspira a duplicar el número de socios y a posicionarse como zona gastro y de shopping en el foco del turista cualificado. Pero no se trata de que sólo visiten la ciudad millonarios o de que haya 40 restaurantes en 25 metros, aclaran. "Eso no tendría sentido. Aunque queda un camino por recorrer, Madrid está en condiciones de competir con cualquier gran capital en términos de restauración y compras, además de poder presumir de una actividad cultural fantástica. Queremos gente que venga a disfrutar. La iniciativa privada es un complemento importantísimo para reforzar la actividad pública porque tenemos objetivos comunes: que nuestra ciudad sea más limpia, más habitable y más reconocida internacionalmente".
El corazón de Jorge Juan está dominado por la gastronomía. El mítico Pan de Lujo hoy es el exótico Amazónico, con el refrescante sello del interiorista catalán Lázaro Rosa-Violán. Esta jungla frecuentada por aristócratas, directivos del Ibex 35 y artistas confirma que Sandro Silva, también propietario de la esquina más famosa del barrio, con Ultramarinos Quintín, llegó para quedarse. Otro ejemplo de notoriedad desde su apertura en octubre de este año es Lux Madrid, del Grupo La Máquina, que elige las mejores zonas para posicionar sus restaurantes, certifica su director general, Javier Rueda: "Buscamos lugares donde comer bien esté asegurado y Jorge Juan ya es un referente gastronómico. Lux Madrid está en boca de todos, como vaticinamos". Por su parte, Alejandro Montes, chef de Mamá Framboise, ha seleccionado la zona para situar su establecimiento insignia, decorado con un tren en movimiento que pende del techo y es continuo objeto de todas las miradas. "Aquí mantenemos nuestro espíritu de alta pastelería en la mejor zona de Madrid y ampliamos nuestra propuesta de cocina con distintos menús".
Imagen de la calle Jorge Juan, que desde la gran obra en Serrano
no permite el aparcamiento en ambos lados de la calle.
Nuevas incorporaciones
La explosión de actividad de una entidad "democrática y participativa", que tiene hasta "dos trabajadores propios en la calle asegurando que los clientes no hagan excesivo ruido al salir de los locales y que la basura esté recogida", cuenta Gómez de Zamora, atrae a calles colindantes que se han quedado atrás siendo anteriormente más importantes, como Hermosilla, Claudio Coello y hasta Serrano. "El asociacionismo es importante en todos los sectores. Unidos somos más fuertes. Se mejora desde la familia, pasando por el Ayuntamiento, la región, la Comunidad y el Estado", reflexiona.
La Asociación de Comerciantes estudia la adhesión de nuevos miembros que compartan sus valores: "Ética, honradez, atención al cliente y que no deseen especular ni el éxito fácil". Pastelerías Mallorca y la firma turca de moda para hombre D'S Damat acaban de entrar. También se ha lanzado una revista como medio de promoción y consecución de ingresos, ya que sólo se financian con las aportaciones de los socios. "Se edita dos veces al año con una tirada de 18.000 ejemplares y queremos llegar a 30.000, con un contenido destinado al consumidor objetivo". Su siguiente reto es la creación de una app.
JORGE JUAN Y MÁS ALLÁ
- La inauguración de la nueva calle Serrano, el 25 de septiembre de 2010, supuso un antes y un después para la Asociación de Comerciantes, que logró su objetivo de ganar espacio en las aceras desterrando el aparcamiento para coches a ambos lados de Jorge Juan tras siete meses de obras. Sandro Silva, asociado desde la fundación y propietario del Grupo Paraguas, fue uno de los protagonistas de la multitudinaria fiesta cuando cocinó sus famosas verdinas en un coqueto puesto al más puro estilo "street food". Siete años después de la reforma y 10 desde el inicio de las actividades de lo que hoy se conoce como Distrito 41, los empresarios abren su abanico desde la calle Alcalá hasta Ortega y Gasset con el deseo común de seguir mejorando la zona del momento.
- CRISTINA GALAFATE 9/01/2018
- http://www.expansion.com/fueradeserie/gastro/2018/01/09/5a4cf24f468aeb1d298b45c5.html
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