Buda Gigante de Lesha (kiwisoul / Getty Images/iStockphoto)
Son lugares menos conocidos pero no por ello menos sorprendentes
El Taj Mahal, las pirámides de Guiza, la Alhambra o el Machu Picchu son algunos de los sitios patrimonio mundial de la Unesco más conocidos por el gran público. Sin embargo, más allá de estos, existen otros muchos monumentos menos populares pero igualmente extraordinarios que también requieren una protección especial.
Gracias a su “valor universal excepcional”, 1.121 lugares de 167 países de todo el mundo -este año se han añadido 29 sitios al listado- han sido reconocidos por esta organización por su por su carácter natural, cultural y mixto. Son lugares maravillosos que hay que preservar de la destrucción y el deterioro. Entre ellos, hemos querido compartir contigo cinco que posiblemente no conozcas. ¿Nos acompañas?
Parque nacional Mesa Verde, Colorado. EE.UU.
No se trata de los restos de una kasba en tierras africanas ni de las ruinas de antiguas construcciones asiáticas, es Cliff Palace, uno de los poblados del parque nacional Mesa Verde, un sitio arqueológico de incalculable valor situado en el condado de Montezuma, en el actual sudoeste del estado de Colorado. Y es que el lugar fue habitado a lo largo de más de 700 años por la civilización anasazi, un misterioso pueblo amerindio que lo abandonó de forma repentina durante la segunda mitad del siglo XIII.
Durante su estancia en Mesa Verde, primero ocuparon las cimas de la meseta y más tarde construyeron las impresionantes viviendas de los acantilados, escondidos en las paredes del cañón; unas edificaciones que hoy pueden ser visitadas. Una de las formas más recomendables de recorrer el parque, que ocupa 211 km2, es en un visita guiada. Las vistas desde lo más alto resultan espectaculares.
El buda gigante de Leshan, China
Seguramente la Gran Muralla China es el monumento patrimonio de la humanidad más reconocido e impresionante de China , pero quienes viajan hasta la provincia de Sichuan -un auténtico microcosmos en el gran país asiático- no pueden dejar de visitar el buda gigante de Leshan. Es una descomunal escultura tallada en un acantilado de piedra de 71 metros de altura que data del año 803, cuya construcción se prolongó durante nueve décadas.
Se trata del buda Maitreya más alto del mundo y se erigió en la confluencia de los ríos Min, Dadu y Qingyi con el objetivo de convertirlo en un sitio seguro para los barcos que navegaban por estas aguas. Tras unos meses cerrado al público para ser sometido a tareas de restauración, en primavera se reabrió de nuevo.
Volcanes de Kamchatka, Rusia
¿Habías oído hablar de la península de Kamchatka? Es un territorio de 1.250 kilómetros situado en Siberia, en el este de Rusia , que se adentra en el océano Pacífico. Apenas explorada, está considerada una de las regiones con mayor actividad volcánica de la Tierra, con una treintena de cráteres activos, entre ellos el Kliuchevskói que, con 4.750 metros de altura, es el más grande del hemisferio norte.
Desde 1996 los volcanes de Kamchatka y su entrono -cuya belleza está fuera de cualquier duda- fueron incluidos en el catálogo de la Unesco como patrimonio de la humanidad, por su gran variedad de especies y paisajes.
Lalibela, Etiopia
Lalibela, uno de los lugares sagrados para la cristiandad etíope, cuenta con uno de los grandes tesoros del país: las iglesias excavadas en la roca viva. Convertidas en una de las principales atracciones turísticas, los once templos, hundidos a 40 o 50 metros, fueron construidos directamente de arriba hacia abajo en el siglo VII.
Talladas en bloques únicos en forma de cruz, cada una de las iglesias es distinta entre sí, aunque cuentan con aberturas que permiten la entrada de luz. Sus orígenes están rodeados de un halo de misterio y suele afirmarse que son, en realidad, un homenaje a Jerusalén, el antiguo centro de cristianismo. Todo apunta que una de ellas, la de Beta Girorgios (la casa de San Jorge), con 15 metros de altura, es el templo monolítico más grande del mundo.
Uluru, Australia
Quines en el pasado tuvieron la oportunidad de visitar el monolito rojo más famoso de Australia pueden considerarse unos afortunados. Y es que este lugar sagrado para los aborígenes y una de las principales atracciones del país, el Uluru , ha sido cerrado al público . Los anangu han ganado la batalla al turismo 40 años después de que se les reconociera como propietarios tradicionales de este pedazo de tierra. A partir de ahora sólo será posible observarlo desde la distancia.
Este monolito de 348 metros de altura y 9 kilómetros de perímetro, situado en el Territorio Norte, es conocido también como Ayers Rock. Fue declarado patrimonio de la humanidad en 1987.
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