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De los 60.000 euros mínimos requeridos antes de la crisis se ha pasado a 30.000, según la patronalAlgunas enseñas no exigen locales tan grandes y otras pagan el alquiler durante meses al cliente
Abrir una franquicia requiere hoy la mitad de dinero que antes de la crisis. La inversión mínima asciende, de media, a unos 30.000 euros en lugar de los 60.000 que se exigían hace unos años. Al menos, así lo estima Xavier Vallhonrat, presidente de la Asociación Española de Franquiciadores. Eduardo Tormo, director general de la consultora Tormo & Asociados, también cree que se ha vivido un ajuste para facilitar la entrada de emprendedores, aunque él lo estima algo inferior: la inversión mínima habría pasado, en su opinión, de 80.000 a 55.000 euros, es decir, se habría reducido en un tercio.
Superficie reducida
Para abaratar el coste, la mayoría de las franquicias no ha querido tocar el canon de entrada, que es el precio que paga una persona por franquiciar y que la enseña utiliza para costear actividades relacionadas con su expansión (como la asistencia a ferias o la aparición en medios especializados).Lo que han hecho es ajustar otros aspectos.
Según Eduardo Tormo, se ha reducido la superficie exigida: "Si antes se necesitaba un local de 300 metros cuadrados, ahora con 170 es suficiente", comenta. En otros casos, se ha optado por sustituir el establecimiento por un corner en un centro comercial o, directamente, se ha prescidindido del local, una fórmula que gana peso aunque no es apta para cualquier negocio.
Además, las condiciones económicas son más laxas. Por ejemplo, ya no hace falta pagar en el primer momento el stock de producto con el que se empieza; se puede abonar una vez que se empieza a vender.
Por otro lado, según Xavier Vallhonrat, "algunas empresas están abriendo locales más pequeños que exigen una inversión menor y que, por tanto, tienen una menor capacidad de oferta".
Telepizza ha optado por esta fórmula para entrar en pequeños municipios. Los nuevos locales ocupan unos 100 metros cuadrados y requieren una inversión de 100.000 euros, por debajo de los 150-200 metros y los 250.000 euros del modelo tradicional.
Según fuentes de la empresa, el objetivo es adaptarse a poblaciones de menos de 30.000 habitantes. "El modelo de negocio es el mismo: ofrecemos servicio a domicilio y en el local".
La obra, más barata
Lo que han hecho en la clínica médico estética Depilhair es centrarse en el coste principal: la obra. Según su director de expansión, Javier Rubio, "estamos buscando locales que ya estén adecuados y llegando a acuerdos con constructoras para ajustar precios". Si antes de la crisis, abrir uno de sus centros costaba unos 110.000 euros, ahora con 60.000 es suficiente. Aunque habría que sumar el alquiler de las máquinas, que se pacta caso por caso.
Para entrar en la cadena de escuelas infantiles Nemomarlin, la cantidad inicial (canon de entrada, obra, software) sigue siendo la misma que hace cinco años: 55.500 euros. A ellos habría que añadir los hasta 300.000 que cuesta la obra.
Su forma de apoyar al franquiciado es no asfixiarlo, tal y como explica su consejero delegado, Héctor Díaz. "No cobramos royalty de explotación [que asciende al 5 por ciento de la facturación] durante los cinco primeros meses o hasta que el cliente deje de perder dinero". En otros casos, la compañía se hace cargo del alquiler del local, que supone entre 4.000 y 7.000 euros al mes, hasta que el negocio alcanza el punto de equilibrio.
Pero no todas las enseñas han mejorado las condiciones para sus clientes. El director de franquicias de Carlin, Christian Lagardere, explica que abrir uno de sus establecimientos tipo, de 70 metros cuadrados y sin incluir el stock inicial, "supone entre 28.000 y 35.000 euros". "Reducir esa cantidad es complicado", añade. Carlin, una firma de artículos de oficina, suma 500 locales en seis países.
Según Xavier Vallhonrat, se pueden montar franquicias desde 3.000 euros, pero son negocios para complementar con otros, ya que no sirven para ganarse la vida. "Para que el negocio permita autoemplearse y obtener un rendimiento a final de año, la inversión debe estar entre los 20.000 y los 30.000 euros".
Los sectores 'con futuro'
¿Qué sectores están en alza? La apuesta reina son los servicios, dice el presidente de la patronal: "Los cuidados personales, los dirigidos a mayores y niños, y los domésticos". Hace unos años se vivió el boom de las franquicias de estética, un sector que ahora corre el riesgo de saturarse, añade: "Existe la posibilidad de que ocurra lo mismo que con las agencias inmobiliarias, ya que ambas son accesibles, al exigir una inversión que ronda los 25.000 euros". Aunque, eso sí, la estética no cuenta con el problema añadido de una crisis sectorial.
Respecto al perfil del franquiciado, cada vez es más maduro. Según los datos de Tormo, la presencia de personas de entre 45 y 55 años ha crecido desde el 14 por ciento en 2004 a un 22 por ciento actual. Esto se debe, en parte, a que la crisis ha dejado fuera del mercado laboral a gente de estas edades para las que la franquicia puede suponer la vuelta al trabajo.
Por María Domínguez from eleconomista.com 15/12/2010
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