Steve Jobs, Boll Gates o Mark Zuckerberg son algunos de los multimillonarios que no acabaron sus estudios universitarios LVD
La carrera más común entre los más ricos del mundo es ingeniería, según un reciente estudio.
Hay un dicho conocido en el mundo
universitario para motivar a los estudiantes que reza así: “si crees que
estudiar es caro, entonces inténtalo con la ignorancia”. Al parecer a más de
uno no le ha ido nada mal con esta segunda opción. Una reciente recopilación de
datos llevada a cabo por el portal Approved Index (que sirve de datos para los
célebres rankings de la revista Forbes) revela que un tercio de las 100 personas
más ricas del mundo no tiene título universitario.
EE.UU., la primera economía del
planeta, sigue siendo la tierra prometida para los multimillonarios, donde
viven casi cuatro de cada diez entre las personas más ricas del mundo. En
cuanto al perfil tipo, su edad en promedio es de 67,5 años, tiene tres hijos y
opera en el sector de la tecnología. Lo de la carrera universitaria, al
parecer, es opcional. Entre los hombres más ricos del mundo, los que no han
pisado la facultad tienen una fortuna que en promedio ronda los 24.000 millones
de dólares (22.000 millones de euros al cambio de hoy).
Se estima que en el mundo hay 2.325
personas multimillonarias, con un patrimonio neto de 6.82 billones de
euros, lo que representa un décimo de la riqueza mundial. Y que supera la
capitalización de todas las empresas del índice bursátil Dow Jones, según datos
del banco UBS.
Ojo: estas personas que
triunfaron (por lo menos en cuanto a ingresos económicos se refiere) no lo
hicieron sin esfuerzo. Llegaron a ser millonarios gracias a su espíritu
empresarial y otras habilidades. Su biografía lo certifica. Bien es cierto que,
como demuestra esta estadística, gracias a las nuevas tecnologías hoy es
posible sacar adelante un proyecto válido y rentable sin haber terminado
necesariamente los estudios.
El dato invita a la reflexión.
Porque más de alguien se habrá preguntado si en estos momentos sacarse una
carrera todavía supone un valor añadido y competitivo en el mercado laboral. No
es de sorprender que a la luz de estas cifras más de algún joven pueda estar
desanimado.
En particular, el caso de España
es significativo, porque tiene un número de licenciados superior a la media de
la UE. Durante la última década, la población universitaria creció cada año a
un ritmo del 8%, según datos de Funcas. Pero las ofertas de trabajo acorde a su
formación escasean. Se calcula que en España el 25% de los trabajadores están
“sobreeducados”. Hacen trabajos pocos cualificados y con ingresos modestos,
pese a tener un título en el bolsillo.
De hecho, una investigación de la
UPF del 2011 ya indicaba que un 17% de los graduados confesaba que si tuviera
que tomar otra vez la decisión de cursar estudios universitarios “no lo haría
con bastante o mucha probabilidad”.
Sandra Nieto, investigadora de la
UB, lo resumía así: “ya no tienes garantizado un trabajo por tener un título.
Lo de ‘estudias esto y llegará lejos ya no vale’. Hace veinte años, los
universitarios eran los que más tenían la vida resulta. Ahora compiten entre
ellos”.
Por no de hablar de los
celebrados másters. Como el archiconocido MBA (Master en Business
Administration). Según informaba un estudio del Foro Económico de Davos de esta
semana, los estudiantes que conseguían un MBA a mitad de los años noventa
podían ver sus salarios triplicados en tan sólo cinco años. Hoy este incremento
es la mitad. Difícilmente uno va a convertirse en millonario sólo por haber
cursado un MBA.
Eso sí: hincar los codos no es
garantía de hacerse ricos, pero siempre ayuda. Porque no sólo es cuestión de
dinero. Según contaba a este diario en 2011 el profesor Guido Stein del Iese,
“esto de montar un negocio en Internet sin tener una carrera está muy bien,
pero en todo caso no te va a formar como persona”.
¿Entonces qué carrera escoger?
Evidentemente, la que a uno más le gusta. Pero si los padres quieren que sus
hijos triunfen y que también tengan estudios superiores, entonces mejor que
estimulen a sus retoños para que adquieran familiaridad en los números y la
aritmética. Porque si se miran los datos de Approved Index, entonces se
descubre que la carrera universitaria más común entre los ultrarricos es ingeniería,
con un 22%.
Casos célebres
Steve Jobs. Cursó sólo un semestre en la Universidad de Portland. Fundó Apple y acabó años después dando charlas a los recién licenciados.
Bill Gates. Uno de los hombres
más rico del mundo. Abandonó la Universidad de Harvard después de unos años
para dedicarse, con éxito, a Microsoft.
Mark Zuckerberg. El joven más
rico de la historia. Ingresó en la Universidad de Harvard en 2003. No fue
necesario acabarla, porque creó la mayor red social de Internet, Facebook.
Michael Dell. El padre de la
venta directa por Internet. Quiso ser médico y estudió en la Universidad de
Tejas. Los ordenadores eran su pasión…y acabaron siendo su negocio.
Walt Disney. Abandonó la escuela
secundaria para dedicarse a los dibujos animados. Y cambió la infancia de
millones de niños.
Larry Ellison. Dejó dos veces la
Universidad, debido también a muchos problemas familiares. Fundó Oracle y ahora
se dedica también a ganar la Copa América de Vela gracias a su dinero.
Sheldon Adelson. El magnate de
los casinos que al final no invirtió en España estudió una breve temporada en
el City College de Nueva York y lo dejó. Su apuesta…salió a cuenta
Roman Abramovich. Huérfano,
abandonó sus estudios para dedicarse al petróleo. Y al fútbol. No le ha ido
mal.
Richard Branson. Es “Sir” y fundó
su primera compañía a los 22 años. Nunca pensó en asistir a la Universidad,
algo que veía incompatible con su espíritu empresarial.
Economía | 16/04/2015 - 09:19h | Última actualización: 16/04/2015 - 14:50h
http://www.lavanguardia.com/economia/20150416/54429952699/tercio-multimillonarios-no-tiene-titulo-universitario.html
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