El consumo de pornografía puede crear dependencia y desincentivar el sexo en pareja o alentarlo, según se use (Marcos Calvo / Getty Images/iStockphoto)
Consumir porno tiene efectos positivos y negativos para la relación; la clave es no perder de vista que se visiona ficción
Buenos días, me da un poco de vergüenza escribir esto pero no sé dónde pedir ayuda… He descubierto que mi marido consume porno a diario. Sin querer he ido encontrando pistas, hasta que he acabado registrando su móvil y su ordenador. Consume todo tipo de vídeos ,y no sé si es bueno o malo. Siempre hemos sido muy abiertos en este tema, pero él no me ha dicho nada. Estoy muy perdida. Gracias.
Debemos ser conscientes que actualmente existe un uso generalizado de internet y de las redes sociales que provoca un fácil acceso (con mucha rapidez e inmediatez) al contenido pornográfico y sexual, permitiendo así un consumo masivo de pornografía.
Los pros
Una ayuda para superar prejuicios y enriquecer la sexualidad de una relación
En principio, ello no es ni bueno ni malo. La pornografía puede resultar una herramienta positiva o negativa dependiendo de cómo la usemos y desde el prisma que la analicemos.
Si nos focalizamos en lo positivo, el imaginario sexual puede expandirse, alimentando las fantasías. También se pueden coger ideas, nos puede permitir aumentar nuestros recursos para aplicar en las relaciones sexuales dentro de la realidad (sabiendo que lo que vemos en la pornografía es ficción). Todo eso puede generar una sexualidad más rica y variada en la pareja siempre que ambos estén de acuerdo en llevar a cabo todo aquello que nos propongamos.
Al mismo tiempo, puede ayudar a facilitarnos la excitación. Es un contenido que está preparado para generar deseo y adentrarnos en la sexualidad, así que puede ser un buen aliado en momentos que quizás nos falte un plus para “activarnos sexualmente”.
La presencia de este tipo de material también ha ayudado, desde el punto de vista social, a eliminar tabúes y prejuicios respecto al sexo. Cada vez se habla más sobre sexualidad, se saben más cosas, y eso hubiese sido muy difícil si no hubiésemos tenido el visionado del sexo tan a nuestro alcance. Otro punto positivo del cine X es la disposición a la práctica de actividades eróticas variadas e innovadoras, que hoy en día forman parte de nuestras prácticas reales.
También es importante diferenciar cómo usar este contenido, si de modo individual o en pareja. Por supuesto esto depende de cada uno, de sus preferencias y de su relación de pareja. El uso puede ser el mismo o muy distinto. A solas se tiende a usar para facilitar la excitación; y en pareja más como un juego y un añadido para incorporar un plus de novedad a la relación y el juego de pareja.
La clave
Ser consciente que estamos ante una ficción
Hay que tener presente que la pornografía es como el cine: no todo es 100% real. Al contrario, hay mucha trampa, lo que vemos es material editado, limpio, y donde solo se nos enseña lo más “interesante”. Nos traslada a un mundo ficticio, demasiado perfecto que nos puede acabar provocando frustración cuando lo comparamos con nuestra sexualidad real.
Se han hecho muchos estudios sobre la influencia de la pornografía en nuestra vida y una de las conclusiones es que el hecho de ver películas X con frecuencia nos lleva a percibir a nuestra pareja como menos atractiva.
No podemos olvidar el efecto del aprendizaje social, el aprendizaje por observación. La pornografía nos condiciona y afecta nuestro comportamiento. Algunos ejemplos actuales de cómo los estereotipos que aparecen en la pornografía han “contaminado” o condicionado la vida real son:
• La moda de eliminar el vello de las zonas íntimas
• Hombres heterosexuales y mujeres que experimentan con el sexo anal
• Tendencia a convertir las relaciones sexuales en un momento serio y pasional donde el humor ya no tiene lugar
• Aumento de la práctica de ciertas posturas incómodas y acrobáticas
Pero de lo que tenemos que ser realmente conscientes es de que la pornografía produce unos estereotipos muy marcados: nos indica qué es ser hombre y qué es ser mujer, reforzando patrones de conducta; nos dice cuáles son los cuerpos idóneos y cuál es la sexualidad correcta. Todos estos aspectos, entre otros, influyen enormemente en los patrones de conducta sexual de los adolescentes de hoy en día.
Los contras
El peligro de la adicción y frustrarse con el sexo “real”
El aprendizaje sexual de los jóvenes está cada vez más influido por la pornografía, principalmente porque tienen acceso a ella con mucha facilidad y, en segundo lugar, porque aún falta mucha comunicación y enseñanza sexual en las casas y en las escuelas. Esto conlleva que tengan ideas erróneas de lo que es la sexualidad real, lo que les genera presiones, inseguridades y falsos mitos.
Otro dato relevante es la creciente adicción y dependencia a la pornografía. Muchas personas se están acostumbrando a usar siempre la pornografía como forma de excitarse, y eso conlleva varias dificultades. La primera es que, al estar expuesto a tanta sexualización, después, los momentos íntimos que se generan en una relación real con la pareja no resultan excitantes. La sexualidad del día a día resulta poco motivadora, lo que implica falta de deseo y, en consecuencia, falta de lubricación o problemas de erección. En definitiva, se pierde el deseo sexual en pareja y se sustituye por la masturbación a través de la pornografía, por su facilidad y alta excitación.
Por otra parte, al obtener una rápida excitación y descarga, el porno genera mucha dependencia. El consumidor acaba teniendo una necesidad compulsiva: te excita en segundos, te hace desconectar de tus problemas, te relaja al llegar al clímax, tienes gran variedad de prácticas, etcétera. Y lo más complejo es que, en segundos, con un simple móvil, puedes acceder a ella en cualquier momento y lugar, lo que incide en la facilidad de generar el patrón adictivo.
Lo recomendable es usar el cine erótico como una opción, no como una necesidad (ni de aprendizaje, ni de excitación). Ahora hay una nueva tendencia en auge, el audiporno, que está revolucionando la industria pornográfica. Consiste en historias eróticas relatadas exclusivamente a través del oído. Lo positivo de esta alternativa es que fomenta la imaginación a través de la palabra. El oído es un sentido muy importante en la sexualidad, y no deberíamos reducirlo todo a la parte visual porno clásico.
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