Fachada de la casa principal de las siete que hay en Horse Island. Engel&Völkers
Las consultas sobre el precio de los terrenos insulares de lujo han aumentado hasta un 30% desde marzo
Un clima envidiable durante buena parte del año, arena blanca, mar cristalino y, sobre todo, aislamiento, mucho aislamiento. Según los expertos, esto es lo que buscan los más ricos cuando compran una isla privada, algo que, en mitad de los rebrotes a causa de la pandemia, y con la amenaza de un nuevo confinamiento planeando sobre todos, es cada vez más frecuente. En concreto, según explican desde Private Islands, que alquila y vende más de 800 islas privadas, desde marzo se ha producido un aumento de las consultas que ronda el 30%.
Más prudente en cuanto a la cifra se muestra Alejandra Vanoli, directora general de VIVA Sotheby´s, compañía con sede en Madrid y en Menorca, Mallorca e Ibiza, aunque también ha observado el mismo repunte, que en su caso está entre el 15% y el 20%. La novedad en estos últimos meses, explica, está en que se ha incorporado un perfil de cliente de muy alto poder adquisitivo, cuya edad oscila entre los 40 y los 50 años. Con la incertidumbre de los rebrotes, este nuevo comprador ha empezado a interesarse por las islas privadas cuando hace un tiempo estas apenas hubiesen sido una opción poco menos que remota.
“Lo que se busca ahora va más allá de una segunda residencia, quieren un refugio y un lugar donde poder disfrutar de un entorno natural y paradisíaco con total privacidad y seguridad, sin correr riesgos ante el coronavirus”, ahonda Nacho García-Milla, consejero delegado de Cicerone Real State, empresa que, en busca de esa privacidad, ha cerrado recientemente un acuerdo con una importante empresa de aviones privados para evitar que sus clientes tengan que acudir a las islas en vuelo comercial.
Y eso que los precios siguen siendo, en muchos casos, prohibitivos. Aunque hay islas cuyo valor apenas alcanza los 80.000 euros, en las zonas de clima tropical, explica García-Milla, que tienen mucha más demanda por contar con buen tiempo todo el año, el precio medio suele rondar los tres millones de euros. “Comparo el precio de las islas de nuestras costas con los que tienen nuestros compañeros en Grecia, y aquí todavía se mantienen un poco elevados”, apunta Vanoli, quien recuerda el ejemplo de Tagomago, un islote de un kilómetro y medio de longitud y algo más de 100 metros de ancho ubicado en el extremo nororiental de la isla de Ibiza. Allí han disfrutado de sus vacaciones, entre otros, famosos como Cristiano Ronaldo o Justin Bieber, y hoy el espacio se vende por algo más de 150 millones de euros. La experiencia, sin embargo, lleva a Vanoli a tomarse los datos con cautela: “Llevo 24 años en esto, y si algo he aprendido es que no hay que dar mucha validez a los números. Estas negociaciones se suelen llevar con mucha discreción”.
Horses Island marca la tendencia
La cautela ha sido precisamente la nota dominante en la compra de Horse Island, una pequeña isla ubicada en el condado de Cork, en Irlanda, y en cuya operación, cerrada la semana pasada por 5,5 millones de euros, participaron las inmobiliarias de lujo Montague Real State, Knight Frank, Colliers International y Engel & Völkers. Buena culpa del éxito de la operación la tuvo Ron Krueger, director general de esta última precisamente en Irlanda: "Nos llamó la atención el gran interés que generó Horse Island. Vinieron compradores de toda Europa, de Asia y de Estados Unidos", explica. La mayoría de estos compradores, reflexiona Krueger, respondían al patrón de persona de muy alto poder adquisitivo que buscaba, ante todo, la privacidad que otorgan las siete propiedades que ocupan la isla, lo que incluye la vivienda principal, con seis dormitorios, y las dos casas de campo. La identidad del nuevo titular de estas posesiones, por ahora, se mantiene en el anonimato.
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