
Un 86% de las familias españolas considera a su perro o gato un miembro más del hogar, según el 2º Barómetro de hábitos y tendencias del petparent en España y Portugal, publicado por la Asociación española de la industria y el comercio del sector del animal de compañía (Aedpac) el pasado febrero. “Este fenómeno de humanización de este tipo de animales ha impulsado la oferta de productos y servicios de esta industria”, apunta Ignasi Solana, secretario general de Aedpac, para explicar los años dorados que vive el sector.
En el barómetro se recoge que, de media, el dueño de un perro se gasta en él 1.908 euros al año. En el caso de los gatos, la cantidad es algo menor, 1.728 euros. La mayoría del dinero se va en alimentación, seguido de veterinarios y de seguros. El cuarto lugar lo ocupan los cuidados estéticos y el quinto los productos de higiene, con porcentaje similares en ambas especies. “Es un mercado creciente. No hemos llegado aún a punto de burbuja o saturación porque es una realidad sólida. No es un capricho de dos días. Sí que es verdad que durante la pandemia tuvo un repunte, tanto porque permitía a la gente salir a pasear como por la compañía que daban. Pero no es una moda o una tendencia. Es algo que ha llegado para quedarse”, defiende Solana.
El secretario general de Adepac apunta que hay empresas, “como jugueteras o peluquerías”, que en los últimos años han virado sus negocios a las mascotas, y los complementos y cuidados que estas necesitan. Del mismo modo, sostiene que ha cambiado la sensibilidad que se tiene con los animales de compañía en general en la sociedad, con cada vez más espacios donde son bienvenidos. “En el caso de los hoteles, les supone una nueva forma de generar ingresos. Y en el de los centros comerciales, por ejemplo, les consigue una fidelización del cliente que va con su perro”.
El optimismo que desprende Solana sobre lo que califica como una industria “vigorosa” se ve respaldado por las previsiones para el sector en los próximos años. Como las de Morgan Stanley que cita Solana o las de Bloomberg Intelligence. Este último, en un informe de marzo de 2023, aseguraba que la industria de las mascotas iba a crecer de los 320.000 millones de dólares de ese año a los 500.000 millones en 2030. Achacaba la subida a la creciente demanda de alimentos y servicios de mayor calidad, “resultado de la continua humanización de los animales de compañía”. En lo que respecta al mercado de los alimentos, la previsión de Bloomberg Intelligence es que a finales de esta década llegue a los 135.000 millones, un 52% más que en 2023. Y se apunta a una mayor concienciación sobre los efectos de los alimentos en la salud de las mascotas.
Dicha tendencia la ve diariamente Ramón Sánchez, responsable de desarrollo de comida para mascotas de Kiwoko, empresa especializada en el cuidado de todo tipo de animales de compañía con 160 tiendas en España y 40 en Portugal. “Se ha notado un cambio bastante grande durante los últimos ocho o diez años en la compra de alimentación tanto para perro como para gato, incluso pequeños animales. Hay cada vez productos más desarrollados, con más ingredientes funcionales, que ayudan a la salud digestiva, a la de piel y pelo y a la bucodental”. El cliente, explica Sánchez, apuesta por estos productos y está dispuesto a pagar más porque “le trae un beneficio a su compañero de vida”. Son alimentos que se adaptan a cada etapa de la vida del animal, para que le aporte lo que necesita en ese momento.
Del mismo modo, ha detectado un gran crecimiento del segmento de la alimentación natural, en el que predomina la carne fresca, que hace el producto más apetecible, así como la fruta y la verdura. “Es resultado de aplicar las tendencias de alimentación humana al mundo de las mascotas. Como perros y gatos hoy en día son parte de la familia, los quieren tratar como se cuidan las personas”. Los extras o pequeños caprichos, como pueden ser yogures, helados y galletas, también se venden cada vez más. “Y están muy en boga los hechos a base de colágeno, generalmente de pollo, que les sienta muy bien para las articulaciones y los dientes”.
“Los piensos y las latas han liderado el mercado durante cien años porque son muy cómodos, pero cada vez hay más conciencia de que son ultraprocesados, por lo que no son tan buenos para la salud. Esto hace que la gente se esté pasando a alternativas como cocinar en casa”, relata Albert Icart, cofundador y director ejecutivo de Kibus, un robot de cocina para perros. Para solventar esa incomodidad de tener que preparar a diario comida para el can nació Kibus. “Nos inspiramos en Nespresso, que en su día ofreció un producto mejor y con más comodidad. Nuestro dispositivo es poco más grande que este tipo de cafeteras y se coloca en el suelo”, explica Icart. Los propietarios rellenar una vez a la semana el depósito de agua y el de comida, con las recetas de alimentos deshidratados que vende la empresa. Al darle a un botón, el aparato calienta el agua y prepara la cantidad exacta de comida que se le haya pedido. Una vez lista, sale en una bandeja que hace las veces de comedero. La suscripción mensual ronda los 60 euros al mes y el robot se presta de manera gratuita.
“Vimos que el mercado está cambiando, que, cada vez más, el perro es parte de la familia. Hay más productos y servicios en la industria, desde spa a funerarias, pasando por adiestradores o residencias caninas. Al ser un poco como hijos, es necesario cuidarlos bien. Es importante, como en el caso de las personas, la alimentación, el ejercicio e ir al médico cuando toca. Y en especial la alimentación te determina la salud”, cuenta Icart, que lleva unos cinco años desarrollando Kibus, hasta que llegó al mercado este año.
Esta startup es un ejemplo de las nuevas empresas, en parte creadas por gente joven, que están surgiendo al calor de la buena marcha y previsiones de la industria, según, Ignasi Solana. “El dinero va donde ve que hay dinero. Y cada vez hay más fondos de inversión que están entrando en el sector”, añade. Otro ejemplo de startup, en la que además ya han entrado dos fondos, es Nina Woof. En este caso surgió en 2022 porque sus fundadores vieron un hueco que demandaba cierta clientela. “Las personas apasionadas por la moda que querían productos veganos y sostenibles para sus mascotas”, detalla Andrea Núñez, una de las cofundadoras. Venden collares, correas, juguetes, productos para el cuidado del cuerpo y bolsas para desechos que son biodegradables. Estas últimas, cuyo pack de 90 unidades cuesta 20 euros, es el producto que más venden en Estados Unidos, uno de los más de diez mercados en los que están presentes a través de comercio online. “Estas bolsas son más caras porque se encarece su proceso de producción. Pero la gente está dispuesta a pagar un precio superior por no usar las de plásticos, más contaminantes”, sostiene Núñez. En España, el artículo más pedido es el bálsamo vegano para patas y nariz, que tiene un precio de 15 euros.
“Muchas marcas de lujo ya han comenzado a hacer productos para mascotas”, dice Núñez. Dior, Louis Vuitton o Hermés son solo tres de las firmas que comercializan correas, jerséis o cuencos para perros, sin olvidar los bolsos o mochilas para transportarlos. Dolce&Gabbana incluso ha lanzado un perfume especial para canes llamado Fefé, en honor “al fiel compañero” de Domenico Dolce, según se recoge en la página web de la empresa, donde se puede adquirir la loción por 99 euros. Una muestra más de la “humanización del animal de compañía” de la que hablaba Solana.
Manme Guerra
Madrid - 01 NOV 2025 - 05:45 CET
https://cincodias.elpais.com/fortunas/2025-11-01/del-perfume-de-dolcegabana-a-los-aperitivos-con-colageno-el-creciente-negocio-de-las-mascotas.html