miércoles, 5 de noviembre de 2025

La nueva "relación especial" entre EEUU y Reino Unido: sus mercados laborales sufren una 'epidemia silenciosa' que hace desaparecer trabajadores

 

Trabajadores municipales en la ciudad de Nueva York. Foto: iStock


  • El concepto de "relación especial" se ha usado durante años en diplomacia
  • Pero ahora la mayor 'relación' entre ambos es una elevada inflación salarial
  • Déficit de trabajadores por prejubilaciones en EEUU y bajas en Reino Unido


En el ámbito diplomático es muy habitual oír hablar de la "relación especial" entre EEUU y Reino Unido. La actual primera potencia mundial y la que lo fue justo antes disfrutan desde hace décadas de un vínculo multifacético que tiene raíces históricas y que abarca cooperación en política, economía, cultura y, de manera muy importante, en seguridad e inteligencia. Aunque su relación comenzó con una guerra entre colonia y metrópoli con la que EEUU se independizó de Reino Unido, en los siglos posteriores se ha abonado un terreno fructífero, con alianzas múltiples, valores compartidos y una influencia cultural significativa. Aún hoy en día hay ejemplos como la prontitud con la que Reino Unido firmó un pre-acuerdo comercial con la Administración Trump frente a las dudas de otros socios comerciales. Sin embargo, más allá de este volátil papel timbrado comercial, la relación más 'especial' que tienen hoy ambos países es la de una elevada inflación (para los parámetros de una economía avanzada) fruto de la 'epidemia silenciosa' que afecta al mercado laboral de cada una.

"La relación especial más importante es la que explica por qué la inflación se mantiene persistentemente alta en estas dos economías, y solo en estas dos. Dicha relación especial es el cambio en la composición de los mercados laborales tanto de EEUU como del Reino Unido. Un cambio que ha generado escasez de mano de obra que no se refleja en los datos generales", introduce Dhaval Joshi, estratega jefe de BCA Research en un informe en el que emplea con cierta ironía esta histórica "relación especial" como percha para abordar el mal que aqueja a ambos países.

La tesis de Joshi es que, bajo la superficie de los datos principales, se ha estado cociendo un gran cambio que, lógicamente, tiene consecuencias. Observando los datos generales, los mercados laborales de EEUU y el Reino Unido se han normalizado a su estado pre-pandemia. La relación entre vacantes y desempleo en EEUU ha vuelto a los niveles previos al covid, mientras que la tasa de vacantes en el Reino Unido también ha regresado a su nivel anterior al covid. Esto induce a pensar que, en principio, la inflación salarial en EEUU y el Reino Unido también debería haberse normalizado a sus niveles previos a 2020.

Sin embargo, advierte enseguida Joshi, los datos principales son engañosos, ya que, en realidad, la composición de los mercados laborales de EEUU y el Reino Unido ha experimentado un cambio significativo en los últimos años. Por empezar con el caso de EEUU, la 'epidemia silenciosa' que ha hecho desaparecer a multitud de trabajadores no ha sido otra que el considerable aumento de las jubilaciones anticipadas, que ha provocado una caída del 2,2% en la participación de los estadounidenses mayores de 55 años. Dado que hay más de 100 millones de estadounidenses mayores de 55 años, el resultado es un déficit de más de 2,2 millones de estadounidenses mayores en la fuerza laboral.

Los trabajadores estadounidenses más jóvenes han cubierto algunos puestos vacantes, pero las habilidades y la experiencia de muchos trabajadores mayores son difíciles de sustituir (solo hay que pensar en un cirujano, abogado o profesor de renombre), explica el economista de BCA. "Estas carencias difíciles de cubrir implican que la inflación salarial en EEUU es mayor de lo que sugieren los datos principales del mercado laboral", apostilla Joshi. La brecha abierta durante la pandemia (se ha hablado de la Gran Prejubilación) no se puede cerrar ahora mismo.

Además, llevan tiempo advirtiendo los analistas de BCA, el número real de trabajadores de más edad desaparecidos es aún mayor. Solo en el primer año de la pandemia, EEUU sufrió un exceso de mortalidad de 573.000 personas, de las cuales la inmensa mayoría pertenecía a la cohorte de mayor edad. Dado que la tasa de participación de esta cohorte de edad avanzada se sitúa en torno al 40%, este exceso de mortalidad podría explicar la desaparición de otros 200.000 trabajadores de edad avanzada, apuntan. "Teniendo en cuenta los 2,3 millones de trabajadores que faltan de los 38 millones de trabajadores de edad avanzada actuales, uno de cada 17 trabajadores estadounidenses de edad avanzada ha desaparecido", calculaba el propio Joshi en un informe el año pasado.

Mientras tanto, en el Reino Unido, la 'epidemia silenciosa ha sido otra: se ha producido un aumento considerable de trabajadores que padecen una enfermedad crónica o una afección que limita su capacidad laboral. Han abundado los titulares que se han referido al británico como un mercado laboral literalmente enfermo. "Esto significa que muchos trabajadores supuestamente a tiempo completo están solo parcialmente activos, al limitar su trabajo, o no están activos en absoluto, al estar en una baja por enfermedad de larga duración. El resultado es una importante escasez de trabajadores", esclarece Joshi.

Otro reciente informe de BCA lanzaba la señal de advertencia: una cifra récord de casi tres millones de británicos -uno de cada 20 de la población en edad de trabajar- afirman padecer una enfermedad de larga duración que les impide trabajar. Esto significa que no tienen trabajo ni lo buscan. Por primera vez en casi dos décadas, el número de británicos que están laboralmente inactivos debido a una enfermedad de larga duración supera al número de los que están inactivos por ser estudiantes. Pese al impacto de estas cifras, la inactividad debida a una enfermedad de larga duración es solo una parte de la historia, ya que no refleja a los que están dentro del mercado laboral. El número de trabajadores que trabajan a tiempo parcial debido a una enfermedad o incapacidad de larga duración se ha duplicado en los últimos diez años hasta alcanzar casi el medio millón.

Buscando el origen de este fenómeno, un informe del Gobierno británico titulado 'Ausencia por enfermedad en la función pública, 2024' revela que, desde el inicio de la pandemia, el número de empleados públicos británicos de baja por enfermedad de larga duración ha aumentado en una quinta parte. El incremento se concentra en los trabajadores más jóvenes. Mientras que la pérdida de actividad de los empleados sénior de baja por enfermedad de larga duración es solo del 0,7%, la pérdida de actividad de los empleados más jóvenes asciende hasta el 2,8%. La causa principal son las enfermedades mentales.

En la misma línea, otra investigación de la Autoridad del Gran Londres (GLA) titulado 'Baja por enfermedad de larga duración y el mercado laboral londinense-London Datastore' revela que 460.000 londinenses empleados, uno de cada diez trabajadores de Londres, padecen actualmente una enfermedad que limita su capacidad laboral (WLHC, por sus siglas en inglés). Esto supone unos 160.000 trabajadores londinenses más con una WLHC en 10 años. "El dato más llamativo es el aumento del número de londinenses afectados por una condición de salud mental que limita su capacidad laboral, que ha aumentado en un 60%. Y este aumento de las WLHC ha sido impulsado por los adultos jóvenes", resaltaban en ese informe Joshi y los suyos.

En términos puramente económicos, este déficit composicional de trabajadores ofrece una explicación perfecta para la alta inflación en EEUU y el Reino Unido. Si al otro lado del Atlántico continúa (medida por el IPC) en un resiliente 3% interanual que algunos analistas consideran ya la 'nueva normalidad' en EEUU, en el otro extremo del Canal de la Mancha, la inflación coquetea con el 4% interanual. Ambos valores se alejan del objetivo del 2% que mayoritariamente se marcan los bancos centrales y que por ejemplo luce una eurozona en la que su instituto emisor presume de estar en una "cómoda situación", sin tener que tocar los tipos de interés de momento, anclados en ese 'perfecto' 2%.

"Si añadimos el déficit de mano de obra composicional a los datos principales, las tasas reales de escasez de mano de obra en EEUU y el Reino Unido siguen siendo significativamente superiores a las registradas antes de la pandemia. Estas verdaderas tasas de escasez de mano de obra explican casi a la perfección por qué la inflación salarial en EEUU y el Reino Unido sigue siendo significativamente más alta que antes de la pandemia", resuelve Joshi.

En las economías de EEUU y Reino Unido, dominadas por los servicios, la inflación salarial es el principal motor de la inflación de los precios. Y dado que la inflación salarial se mantiene obstinadamente más alta que antes de la pandemia, la inflación subyacente (menos volátil al excluir la energía y los alimentos) también se mantiene obstinadamente más alta que antes de la pandemia, ilustran los economistas de BCA. En EEUU, el indicador de crecimiento salarial de la Fed de Atlanta muestra repuntes del 4%. Aunque la dinámica se ha relajado mucho desde el 6,7% que se llegó a registrar en 2022, este nivel se sitúa por encima del 3% habitual antes de la pandemia. En Reino Unido, los últimos datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) muestran un repunte del 4,7% excluyendo bonus.

Hay que elegir: inflación o recesión

El gran problema es que estas dinámicas no son un fenómeno puramente cíclico, lo que pone a ambas economías y a sus bancos centrales ante un gran dilema: inflación o recesión. "El déficit de trabajadores en EEUU y Reino Unido debido a los cambios en la composición del mercado laboral -ausencia de trabajadores de más edad en uno y ausencia de trabajadores enfermos en otro- parece estructural. Esto significa que ambos mercados laborales deben flexibilizarse mucho más que antes de la pandemia si sus bancos centrales quieren alcanzar su objetivo de inflación del 2%", afirma sin paños calientes Joshi.

En EEUU, calculan los expertos de BCA, la tasa de desempleo frente a la tasa de puestos vacantes debe aumentar entre un 1% y un 1,5% más. En el Reino Unido, la tasa de puestos vacantes debe caer otro 1%. Dada la estrecha relación inversa entre la tasa de puestos vacantes y la tasa de desempleo, esto implica que la tasa de desempleo del Reino Unido debe aumentar al menos un 1%, señalan. El resultado, hablando en plata: si la Fed y el Banco de Inglaterra quieren alcanzar sus objetivos de inflación del 2%, sus economías deben entrar en recesión. Dicho de otro modo, la Fed y el Banco de Inglaterra se enfrentan a una difícil elección. O bien alcanzar el objetivo de inflación del 2% a costa de una recesión. O bien evitar una recesión a costa de renunciar al objetivo de inflación del 2%.

¿Qué está haciendo cada uno? "Las acciones hablan más que las palabras, y las acciones de la Fed nos dicen que ha elegido la segunda opción: evitar una recesión a costa de renunciar al objetivo de inflación del 2%", explica Joshi. Al telegrafiar profundos recortes de los tipos de interés cuando tanto la inflación como las expectativas de inflación a corto plazo se mantienen en el 3-4 %, y la economía está lejos de la recesión, la Fed "ha renunciado de facto a su objetivo de inflación del 2%", remacha.

Las medidas del Banco de Inglaterra son más ambiguas. A diferencia de la Reserva Federal,el BoE ha rebajado las expectativas del mercado de recortes profundos, que no se antojan lo más apropiado dada la persistencia de la inflación. "Esto sugiere que, para el Banco de Inglaterra, una recesión o una situación cercana a la recesión podría ser un precio que valdría la pena pagar para evitar que la inflación se desancle de forma permanente", cierra el estratega de BCA.