Mariposa niobe (Foto: Jose Luis Gallego)
La caída en picado de algunas especies, como en el caso de las abejas o las mariposas, supone un freno a la capacidad de reacción frente al calentamiento global
Los insectos cumplen un papel esencial en nuestro entorno y despreciarlos es un signo de la biofobia cultivada sobre todo en entornos urbanos. Pero, incluso quienes se mantienen escépticos respecto a los argumentos que defienden dicho papel y prefieren armarse con sprays y cremas para ahuyentarlos, acaban beneficiándose de la importante función que los científicos atribuyen a los insectos en la lucha contra la crisis climática.
El potencial de los insectos como sustitutos en los piensos puede ser crítico en la lucha contra la crisis climática
Un grupo de investigadores de las universidades de Montana y Wyoming en Estados Unidos, de la Universidad de Tours en Francia y de la Universidad Stellenbosch en Sudáfrica ha examinado los singulares mecanismos a los que insectos como las termitas o las hormigas, entre otros, recurren para adaptarse al calentamiento global.
Conocer para proteger
En su estudio, publicado en julio en la revista científica Trends in Ecology & Evolution, los especialistas argumentan que, si estudiamos de cerca el comportamiento de los insectos, podemos mejorar nuestra capacidad de predicción de los impactos futuros del cambio climático.
Conocer con precisión los efectos del calentamiento sobre la biodiversidad ayudará a discernir qué especies proliferarán, algo que según los expertos será crucial para entender fenómenos como las plagas que afectarán a los cultivos o los transmisores de enfermedades que puedan propagarse y comportar un riesgo para los humanos.
Los autores explican que, en el enfoque tradicional al analizar las respuestas biológicas al cambio climático, el clima se entiende como algo externo que ocurre y afecta a los organismos. Sin embargo, apuntan, los organismos “pueden influenciar parcialmente su propia experiencia climática moviéndose dentro de mosaicos locales de microclimas”. Y, si bien es cierto que este dato se incorpora cada vez más a los estudios, los investigadores arguyen que “poca atención se ha centrado en cómo los organismos alteran los microclimas a través de fenotipos externos”, como por ejemplo estructuras que son construidas.
Conservar a los insectos para combatir la crisis climática (EFE)
"Hemos visto cómo las termitas y las hormigas construyen montículos que captan el viento y la energía solar para impulsar el flujo de aire a través de la colonia, lo que estabiliza la temperatura, la humedad relativa y el nivel de oxígeno que experimenta la colonia”, aducen los investigadores.
Insectos para frenar la deforestación
Por su parte, un reciente informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) destacó la forma en que estos seres pueden ayudar a resolver el problema de la deforestación, fenómeno que a su vez contribuye al cambio climático puesto que los árboles absorben y retienen CO2 (uno de los principales gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global).
La oficina británica de WWF halló que emplear la proteína de los insectos para alimentar al ganado puede reemplazar hasta el 20% del consumo de soja de Reino Unido en 2050.
La mayor parte (el 87%) de la soja que importa la Unión Europea se destina a la alimentación del ganado. En 2017, España fue el segundo país de la UE que más soja importó: un 18% del total de las importaciones ese año fueron a parar a España, que es el principal productor de piensos de los 27 con más de 850 fábricas.
El principal problema ambiental que acarrea la soja es la tala masiva que se lleva a cabo para producir este alimento, especialmente en Sudamérica. El informe de WWF recuerda que un 40% del terreno arable del mundo se destina al cultivo de piensos para ganado.
Por eso organizaciones conservacionistas como Greenpeace han denunciado en repetidas ocasiones el impacto que tiene la ganadería industrial —que depende en buena medida de piensos de soja— en estos bosques amazónicos que la humanidad no se puede permitir perder: uno de los puntos de inflexión que preocupan a los científicos del clima es la reducción de masa forestal en la Amazonía.
El estudio de los insectos revela su importante función en la acción climática (EFE)
Con todo, las especies de animales más amenazadas a nivel global son insectos. Según el último Atlas de los Insectos, elaborado por la ong Amigos de la Tierra en 2020, un 41% de estos animales invertebrados está en declive. Las causas van desde la pérdida de hábitat hasta la contaminación química, pasando por el propio calentamiento global. Amigos de la Tierra atribuye el descenso poblacional de los insectos al creciente uso de pesticidas, que desde mediados del siglo pasado se ha multiplicado por cinco. A día de hoy, los datos muestran que en Europa el 9,2% de las 2.000 especies de abejas y el 7% de las 482 clases de mariposas están amenazadas.
Por
Marta Montojo, Washington D.C.
28/07/2021 - 05:00
Cambio climático: El destacado papel de los insectos contra la crisis climática (elconfidencial.com)
www.elconfidencial.com/medioambiente/clima/2021-07-28/crisis-climatica-planeta-medio-ambiente-insectos_3203272/