- La reducción a la mitad de las recompensas plantea la viabilidad de la minería
- Algunos mineros tendrán que mudarse a países con energía más barata o cerrar
El halving de bitcoin es uno de los eventos más esperados en el mundo 'cripto' y los mineros son quienes probablemente estén aguardando con mayor expectación. Apenas faltan unos diez días para que se produzca dicho acontecimiento, del que depende la rentabilidad de las operaciones de los mineros. Y si no se cumplen las promesas alcistas del halving, los encargados de crear la cadena de bloques y de verificar las transacciones podrán verse arrastrados por este hito.
Los mineros son las tripas de las criptomonedas, los que mantienen toda la operativa en funcionamiento. Una de sus principales labores es crear nuevos bloques de la cadena de bloques (blockchain), la tecnología en la que se basa el ecosistema 'cripto'. Los mineros van desarrollando el registro de operaciones del bitcoin, en el que se añade un bloque cada diez minutos, haciendo efectivas todas las transacciones que incluye dicho bloque. Este proceso libera nuevos bitcoins que se ponen en circulación (actualmente 6,25 bitcoins por cada bloque) y proporciona una recompensa económica (dicha cantidad en la misma 'criptodivisa') a los mineros, como incentivo para que mantengan en marcha la cadena. Sin embargo, cada cuatro años o cada 210.000 nuevos bloques creados, la cantidad de dinero que reciben los mineros por cada nuevo bloque se divide entre dos. Eso es el halving.
Aunque para los inversores se concibe como un evento alcista, ya que la nueva oferta de bitcoins se va reduciendo, la menor recompensa amenaza con lastrar a los mineros. Esto se entiende porque la oferta de la criptomoneda está limitada a 21 millones, que se van poniendo en circulación progresivamente mediante la minería y la creación de nuevos bloques. Sin embargo, cada cuatro años, los tokens que se liberan y, por tanto, la recompensa de los mineros, se reduce a la mitad.
En 2008, el botín por crear un bloque era de 50 bitcoins. En 2012, tras el halving de ese año, de 25 bitcoins. En 2016, de 12,5 bitcoins. En 2020, de 6,25 bitcoins. Y ahora, a mediados de abril, cambiará a 3,125 bitcoins. Y esto es lo que pasarán a recibir los mineros dentro de unos días por realizar la misma tarea. Por eso, la rentabilidad de sus operaciones depende de cada fase de minado y del precio de la 'cripto'.
El halving pretende que el precio del bitcoin suba, ya que la oferta es limitada y cada vez salen al mercado menos tokens, mientras que el interés por las criptomonedas crece. El suministro limitado y una mayor demanda es lo que generaría esa tendencia alcista. Sin embargo, este planteamiento no está asegurado y los mineros tienen que cruzar precio y recompensa para que sus operaciones sean viables. Con el paso del tiempo, los alicientes para minar se van a reducir a la mitad, por lo que el precio tiene que compensar la merma del botín.
"La reducción en la recompensa de bloque significa que los ingresos por la minería disminuyen, lo que puede hacer que la minería sea menos rentable, especialmente para aquellos con costes operativos altos o hardware menos eficiente", explica un informe de Bit2me que analiza las oportunidades y desafíos del halving. Para remediarlo, las empresas de minería tienen que cambiar sus equipos a otros más eficientes, que consuman menos energía, mudarse a países con electricidad más barata o cerrar sus operaciones.
Esta última es otra de las consecuencias del halving, que acabará por sacar del mercado a las empresas de minería menos rentables, que no serán viables, incluso, con un entorno de precios más alto. Paralelamente, una menor competencia implica una mayor posibilidad de resolver la ecuación que da lugar al siguiente bloque y acceder a la recompensa.
Las dos caras del halving se han reflejado en las cotizaciones. Aunque el bitcoin ha subido más de un 60% en lo que va de año, ronda los 70.000 dólares y viene de renovar máximos históricos, en parte gracias a este hito cuatrienal, las firmas de minería cotizadas se mueven a la inversa. Por ejemplo, Marathon Digital Holdings pierde casi un 24% en el mismo tiempo. Riot Platforms baja un 36% desde que empezó el curso. Argo Blockchain se deja más de la mitad de su valor en el parqué o Bitfarms Limited baja en torno a un 40%.
Y todo, pese a la revalorización del bitcoin, lo que muestra el dispar impacto que tiene el halving en el activo en sí y en los mineros que, pese a un mayor precio de la 'cripto', se resienten en bolsa. Esto podría reflejar dudas sobre la viabilidad del negocio a más largo plazo, pese a un ascenso puntual del bitcoin.
Un análisis de Deutsche Bank también alerta sobre la situación en la que quedarán los mineros tras el halving, que ahora están disfrutando de ingresos récord gracias al entorno de precios. Sin embargo, estos necesitan que el bitcoin continúe su senda alcista para mantener sus márgenes, ya que los costes de minar un bitcoin subirán cuando se produzca el evento.
Además recibir recompensas por minar bloques, los mineros también reciben comisiones por cada una de las operaciones incluidas en dicho bloque. Es decir, si una cartera de criptomonedas quiere enviar dinero a otra, estos agentes tendrán que procesar esa operación y lo harán por orden, escogiendo antes a quienes más comisión ofrezcan.
Al cobrar comisiones por ello dan prioridad a unas solicitudes u otras. Cuanto más se ofrezca por la validación, antes se confirmará la transacción. Por eso, otra de las consecuencias del halving es que las comisiones podrían encarecerse a medio plazo, ya que estas compañías acabarían discriminando a quienes no pongan sobre la mesa una comisión mínima. Recientemente, en el último mes, la media de comisiones por cada transacción oscila en torno a los cuatro dólares, un 200% más en tasa interanual.
En todo caso, las repercusiones del halving son difíciles de predecir, como también lo es la volatilidad esperada. Aunque desde su concepción el precio del bitcoin ha escalado y el halving ha sido un catalizador, la incertidumbre sobre los precios arrastra a los mineros, que no pueden garantizar la rentabilidad de sus operaciones.