domingo, 30 de junio de 2013

“Lo más 'trendy' es la lana”: qué echamos de menos de cuando no había internet

 
 
LOS SEIS CAMBIOS QUE HEMOS VIVIDO
 
Tras  tanta simulación hay una tendencia razonable a buscar lo auténtico.
Hay artículos en internet con más carga de profundidad que muchos tratados de filosofía larguísimos.
La mayoría de la gente no es que no desconecte porque no quiere, es que no le dejan.
El discurso sobre la ausencia creciente de contacto físico es cada vez más generalizado
 

“Abrir el buzón y recibir una carta que no era una factura o una notificación del banco, una carta con el sobre escrito a mano. El olor del periódico nuevecito en papel. Ir al cine a ver una peli. Buscar el significado de una palabra en el diccionario o un dato en un tomo gordote de una enciclopedia. Escribir a mano y con pluma a los amigos, eligiendo con mimo el papel y cuidando la caligrafía. Enviar y recibir tropecientas felicitaciones navideñas. Conservar una carpeta con los recortes de fotos bonitas que veíamos en las revistas”.
 
¿Por qué echamos de menos tantas cosas de la era preinternet? Creíamos que las nuevas tecnologías estaban cambiando las cosas a mejor. Pero cada vez más personas, como Carmen, que compartió las experiencias que echaba de menos de “la época anterior” en la página de El Confidencial en Facebook –otra paradoja de los nuevos tiempos– creen que internet ha traído más problemas de los que está solucionando.
 
Por supuesto, no es una idea compartida por todo el mundo. El psicólogo Luis Muiño cree que estas nostalgias por el pasado son una construcción mítica, “una melancolía que tiene que ver con algo que tú añoras de un pasado que has idealizado, pero que no responde a algo real”. No es un fenómeno nuevo. “La añoranza del pasado como lugar mítico es algo que ha pasado a lo largo de toda la historia del ser humano”, asegura Muiño. Quizás es la propia capacidad que tenemos para compartir esta añoranza la que la magnifica, pero ¿qué cambios sociales reales ha traído la era digital? ¿Estamos cambiando a mejor o el avance tecnológico está deshumanizándonos?
 
 
De lo cálido a lo frío: en busca de lo auténtico
 
Las cartas escritas, los vinilos, la fotografía analógica –“no sabías cómo quedaba hasta que no la revelaban y era entonces cuando volvías a recordarlo todo”, contaba Gonzalo en Facebook–, ver la tele en familia, “apurar las 200 pesetas de la cabina para llamar a tu novia desde Madrid”, como contaba Pepe¿Por qué echamos de menos tecnologías que, a todas luces, han sido superadas?
“La inmensa mayoría de las cosas son más efímeras con las nuevas tecnologías”, explica Muiño.
 
“Hay una gran diferencia entre escribir un email a la persona de la que estás enamorada que escribir una carta. Probablemente el email desaparezca. Incluso la sensación cuando lo estás escribiendo es efímera, no es la de estar escribiendo una carta, que era algo que sabías que esa persona iba a guardar toda la vida. Creo que hace que las cosas sean más eventuales, que funcionemos con más rapidez”.
 
Pero esta eventualidad no tiene por qué ser mala. “Creo que responde mejor a la realidad psicológica”, asegura Muiño. “Las emociones son efímeras y es bueno que funcione así. El momento en que estás escribiendo una carta y estás enamorado de una persona es un momento efímero y es bueno que no se convierta en algo físico, en algo palpable, porque realmente ese momento va a pasar”.
 
Para Jorge Lozano, semiólogo y catedrático de Teoría de la Información en la Universidad Complutense de Madrid, lo que realmente echamos de menos es el valor de lo auténtico: “Tras tanta simulación, tanto simulacro, tanta posibilidad de facsímil, tras tanta imposibilidad de alcanzar lo único, el aura de Walter Benjamin, la unicidad como autenticidad, hay una tendencia razonable a autentificar lo auténtico”.
 
Las nuevas tecnologías han hecho que la autenticidad sea un valor difícil de encontrar pues, tal como explica Lozano, “vivimos en una situación de simulación generalizada”. Esto ha hecho que la gente se desviva por buscar algo que le haga parecer auténtico, el dogma de lo hipster. “Lo más trend es la lana”, asegura Lozano. No se trata de nostalgia –“una pasión baja”, para el semiólogo– sino de “una necesidad de volver a ciertas narraciones, valores, diferencias y discriminaciones”, imposibles de hallar en la era digital.
 
 
Sin espacio para la reflexión: en busca de lo profundo
 
“Antes se vivía más relajado”, comentaba Rafael en el Facebook de El Confidencial. “Se viven todos los acontecimientos, hasta los personales, en tiempo real. Además te ves obligado a ello. Si no, estás fuera de órbita”. Todo es inmediato y ruidoso. Tal como comentaba Susana, “es imposible estar tranquilamente charlando con una amiga sin que suene el móvil de ninguna de las dos”.
 
El pensador estadounidense Nicholas Carr intenta reflejar en su libro Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? (finalista del premio Pulitzer en 2011) los problemas de dispersión mental que han traído las nuevas tecnologías. En su opinión, tal como ha explicado a El Confidencial vía correo electrónico, “los teléfonos móviles e internet tienen la capacidad de dividir nuestra atención, y nos hacen menos atentos”. No sólo en lo que respecta a nuestra habilidad para concentrarnos en una u otra tarea, además, en lo que concierte a nuestro trato con la gente. “Somos más maleducados”, asegura Carr, “y es debido a las tecnologías que nos distraen”.
 
Para Muiño, es evidente que internet fomenta la dispersión pero, en su opinión, esto es positivo, pues la creatividad siempre ha estado en la dispersión, en la cultura del “corta-pega”, en la síntesis continua. “Creo que la gente echa de menos lo que llaman “profundidad” pero, sinceramente, yo no la recuerdo”, asegura el psicólogo. “Al revés. Un libro de filosofía, habitualmente, tenía tres ideas y el resto era paja. Todos lo sabíamos. ¿Qué ocurre ahora con Internet? Que todo eso lo tienes que decir en una página. ¿Es menos profundo? Sinceramente, yo he leído artículos en internet que me parecen mucho más lúcidos y con más carga de profundidad que muchos tratados de filosofía larguísimos”.
 
El problema es que la mayoría de gente no se molesta en pararse a leer un artículo hasta el final, algo que se puede comprobar estadísticamente. La psicóloga estadounidense Krystine Batcho, una de las mayores expertas mundiales en los resortes de la nostalgia, colabora regularmente con el portal Psychology Today. Tal como ha explicado a El Confidencial,  siempre trata de recortar al máximo sus artículos porque la mayoría de la gente no se molesta en llegar hasta el final. Y esto, en su opinión, es un ejemplo perfecto para entender la manera en que procesamos la información hoy en día. “Cuando los lectores no se terminan un artículo se pueden perder el tema principal del que trata, o confundir el argumento que defiende el reportaje.
 
 Leer todo a trozos acaba provocando un pensamiento fragmentario, disconexo, que afecta a nuestro aprendizaje y a la forma en que nos comunicamos”.
Muiño reconoce que el peligro al que apuntan sus colegas estadounidenses es real, pero sólo para determinadas personas con ansiedad, para las que “esa excesiva dispersión les impide focalizarse en un solo estímulo”. Para el resto, asegura, Internet “favorece un buen nivel de estimulación”.
 
Además, explica el psicólogo, la alternativa a esta sobreabundancia de estímulos nunca sería aceptada: “Lo que le ocurre a las personas que intentan salirse de esa hiperestimulación impuesta en el mundo actual es que se aburren. Así de claro y no creo que haya nada de bueno en el aburrimiento. Todas estas ideas que propugnan que hemos perdido la focalización se olvidan del inmenso aburrimiento que suponía el tener sólo un estímulo sobre el que pensar durante horas”.
 
 
Trabajando a todas horas: en busca de la desconexión
 
“Éramos menos esclavos del trabajo; dejabas la oficina, a la hora que fuera, y tu jornada había acabado de verdad; ahora, con la Blackberry, no tienes un minuto de paz o tregua”. Este comentario de Jorge refleja la vida que para algunos se ha convertido en una jornada laboral continua con interrupciones personales episódicas.
 
El teletrabajo es en estos tiempos una realidad gracias a la generalización de internet. Se trata de una evolución que tiene luces y sombras, una moneda de dos caras sobre la promesa de la conciliación laboral y personal. En ese proceso se está difuminando la frontera entre esos dos ámbitos, tradicionalmente más delimitados en las sociedades latinas que en las anglosajonas, según explica Víctor Gil, sociólogo especialista en marketing y consumo.
 
Para Muiño, el problema de este escenario es que “la mayoría de la gente no es que no desconecte porque no quiere, es que no le dejan”. Todo queda fiado a la posibilidad de establecer pautas personales de sana desconexión. Las consecuencias de no hacerlo pueden ser cuadros de estrés, ansiedad y relaciones familiares y personales afectadas. Según Gil, es un mal uso de herramientas que deberían ayudarnos a “ser más eficientes (hacer lo mismo, por menos), pero a las que recurrimos en busca de eficacia (hacer más)”.
 
El debate está servido y hay movimientos en diferentes sentidos. Por ejemplo, hace algunas semanas la presidenta de Yahoo!, Marissa Mayer, anunció la abolición del teletrabajo en la compañía y defendió su postura indicando que formar parte de esa empresa “no consiste sólo en el trabajo día a día, se trata también de las interacciones y experiencias que solo son posibles en nuestras oficinas”. Para algunos es una medida que empeora la conciliación laboral y personal; para otros, un intento de regular mejor jornadas laborales que, en el caso de los teletrabajadores, pueden ser más largas que las presenciales y menos productivas.

“Echo de menos la libertad no digital. Pasear por la calle sin que me suene el móvil, sin contestar mails, sin mirar Facebook. Echo de menos el olor de las páginas de un libro y la tranquilidad placentera de leerlo, en contra de la continua tensión de ver el último Twitter o la última noticia”.
En estos términos explicaba Patxi aquellas cosas que echa de menos de la época en la que no existía internet. No es el único que siente nostalgia por los tiempos analógicos. Los lectores de El Confidencial recopilaron en escasas horas decenas de testimonios en Facebook que ponen de manifiesto que, pese a que las nuevas tecnologías han facilitado muchos de nuestros quehaceres diarios, han traído contrapartidas con las que no contábamos.


Una comunicación impersonal: en busca del contacto humano

El calor de las conversaciones presenciales es recurrente en las ‘añoranzas analógicas’ que nos hacen llegar varios lectores, pero a eso se añade además una sensación de ‘exclusividad perdida’. Consuelo lo resume diciendo que “nadie mira a la cara de los que conversan, los ojos están puestos en la pantalla de los teléfonos”. Parece frecuente la sensación de no gozar ya de la atención plena de la persona que tienes frente a ti y que eso reste algunos puntos de ‘humanidad’ a los encuentros personales.

De hecho, no es infrecuente que personas que están en condiciones de hablar cara a cara lo hagan mediante aplicaciones de mensajería instantánea. El psicólogo Luis Muiño considera que las facilidades que ofrece la comunicación digital para algunas cosas (“decir que no” o “ser más gracioso”) llevan implícito el riesgo de que “las relaciones virtuales sustituyan a las reales”.

Para la psicóloga estadounidense Krystine Batcho, “la naturaleza impersonal de la comunicación en internet ha provocado en la gente una sensación de distancia psicológica que les libera para decir cosas que no dirían en persona”. Batcho reconoce que, en ocasiones, esto puede ser bueno, pero “a menudo es dañino e, incluso peligroso. Ha habido casos de suicidios de adolescentes provocados por las presiones que recibían vía internet”.

El discurso sobre la ausencia creciente de contacto físico es cada vez más generalizado, y se basa en la intermediación creciente de aparatos y diferentes aplicaciones tecnológicas para contactar con los demás. Pero el sociólogo Víctor Gil lo considera inexacto, porque lo que en su opinión echa de menos la gente “no es la era analógica, sino un modelo de sociedad cohesionada que ya había desaparecido mucho antes del auge de la sociedad digital”.

Según la teoría de Gil, estamos intentando recuperar la sociabilidad tradicional perdida a través de los entornos digitales, como forma de contrarrestar la deriva hacia el individualismo. En un contexto en el que cada cual hace su vida con un mayor número de posibilidades de ocio o de encuentros, el móvil se convierte a la vez en un dinamizador y un atomizador de la actividad social.


El límite decreciente de nuestro relato personal: en busca de la privacidad

Adrián se queja de que “haya manera de geolocalizar a alguien o que recibas un mensaje y el otro ya sepa si lo has leído o no”. La tecnología ha traído consigo una revisión a la baja de las condiciones en las que tratamos o tratan nuestra privacidad, de forma consciente en las redes sociales, y de manera más inconsciente en la gestión de nuestras comunicaciones a través de aplicaciones móviles o servicios en ‘la nube’.

Sin embargo, en ese mismo espacio Javi habla de que “si se cuidan y preservan momentos offline se puede aprovechar la vida de forma más completa, gratificante y en contacto con quien te interesa y cuando te interesa”. Muiño apoya esta tesis, y se atiene a la tradicional diferencia de percepción de la privacidad entre extrovertidos e introvertidos. En ese sentido, opina que “internet está siendo el lugar de los extrovertidos y poco a poco los introvertidos estamos encontrando nuestro lugar”.

Sin embargo, la nostalgia de una privacidad en retroceso se contrapone a una exhibición creciente por parte de los usuarios en las redes sociales, empujados unos por otros. El catedrático de Teoría de la Información en la Universidad Complutense de Madrid, Jorge Lozano, alude a la película El show de Truman para hablar de uno de los extremos entre los que considera que estamos oscilando, “entre el camuflaje y la exposición, entre el máximo de visibilidad y el máximo de mimetismo social”.

Esa opinión es refrendada por Gil, que considera que “ahora entramos en una nueva fase de ‘racionalización’ y búsqueda del equilibrio entre esas pulsiones contradictorias: sociabilidad vs. individualismo”. Aún falta perspectiva, pero en pocos años hemos pasado de no facilitar datos reales en internet a una transparencia sobrevenida que está cambiando la sociedad y la forma en la que sus miembros se relacionan entre sí.


Demasiadas opciones: en busca de alguien al que creer

“En la era analógica elegías una opción, un grupo de amigos o un plan y los disfrutabas enteramente”, explicaba Jesús en nuestro pequeño sondeo. “Con lo digital las opciones crecen y elegir una es seguir constantemente tentado por las otras mediante el teléfono. Esa vacilación provoca ansiedad e infelicidad, y lo podemos comprobar en tanto que empecemos a dejar el teléfono apagado”.

Esta sobreabundancia de información tiene varias consecuencias. No sólo es más difícil elegir, además, las autoridades intelectuales, que nos ayudaban a saber qué hacer en cada pequeña parcela de la vida, han desaparecido. Las discusiones terminan siempre en Wikipedia. Y, mientras, el fraude y la desinformación campan a sus anchas.

“Gracias a internet, obviamente,  puedes acceder a millones de documentos”, explica Lozano. “Pero cuando tienes 250.000 documentos, como ha ocurrido con Wikileaks, ¿qué haces con ellos? ¿Quién los analiza? ¿Por qué presupones que vas a encontrar grandes secretos? Internet sobre todo sirve, y mucho, para que el que sabe lo que quiere buscar y puede hacerlo de un modo admirable. Para el resto, depende. O tengo criterios de selección o me sale Falete”.

Quizás los principales damnificados de esta sobreabundancia de información han sido los sabios, los intelectuales, cuya autoridad cada vez es más discutida. Para Muiño el cuestionamiento de la autoridad intelectual es uno de los fenómenos más importantes que ha traído internet. “Un profesor de universidad experto en literatura victoriana probablemente no sabe nada que yo no pueda mirar en internet”, asegura Muiño. “El gurú intelectual es para mí un remanente del siglo XX que va a dejar de existir. Cuando se murió Sampedro tuve la sensación de que era el último con un aura de intelectual”.

Esto, en cualquier caso, tiene contrapartidas positivas. Como señala Muiño, la desinformación va acompañada de una menor capacidad para el fraude: “Antes había mucha gente que no tenía validez intelectual, pero tenían los datos, y se les consideraba sabios. Creo que los sabios han dado información falsa durante mucho tiempo que nadie podía rebatir. Ahora es más fácil detectar a los farsantes. Es muy difícil saber 10 cosas y montarte toda una construcción intelectual porque te desmontan mirando en la Wikipedia”.

Todo esto, explica Batcho, tiene no obstante serias consecuencias a nivel emocional: “Discutir sin la posibilidad de buscar la respuesta en Google era una situación social en la que las personas compartían ejemplos y lecciones de su propia experiencia vital. Aprendíamos cosas de la gente que de otro modo nunca habríamos sabido. No sólo aprendíamos sobre un asunto, aprendíamos sobre el otro. Parte de esta experiencia se puede encontrar en las redes sociales, pero no lo que se transmite la expresión facial o el tono de voz. Una lágrima en el ojo de alguien nos puede decir cosas que no nos puede decir un post de Internet”.


Un cambio irreversible

No cabe duda de que la tecnología ha cambiado nuestras vidas, pero lo cierto es que lleva cambiándola desde que los primeros hombres aprendieron a usar el entorno en su provecho.

Tal como ha explicado a El Confidencial el escritor estadounidense Nicholas Carr, los griegos clásicos se enfrentaron hace miles de años a un problema similar. “Sócrates estaba preocupado por que la por entonces nueva tecnología de la escritura pudiera dañar la memoria personal, pero no logró prever los múltiples beneficios que traería. En efecto, se debilitó la memoria personal, pero se fortaleció la memoria cultural. La razón por la que recordamos a Sócrates es porque Platón escribió sobre él. Los cambios tecnológicos siempre tienen efectos positivos y negativos. Y no es distinto hoy en día”.


 

¿Realmente no se puede nadar después de comer?

 
 
Todavía recuerdo cuán lento pasaba el tiempo cuando era niña y estaba en la playa, y tenía que esperar una hora después de terminar de comer mis emparedados antes de que me permitieran volver al agua.
 

La razón, me decían siempre, era que nadar con la barriga llena era peligroso pues a uno le podía dar un calambre o una punzada de dolor que le impidiera nadar, así que se podía ahogar.
 

¿Será cierto?

Las causas de los calambres todavía no se entienden bien.
No hay evidencia de que hacer ejercicio después de comer dé calambre pero lo que sí sabemos es que el ejercicio vigoroso dirige el flujo de sangre del aparato digestivo hacia la piel y los músculos de los brazos y las piernas.
 
Así que si la comida todavía no ha sido completamente digerida, puede producir nauseas.
Es la misma razón por la que el miedo extremo da ganas de trasbocar. La respuesta de lucha o huida hace que se abandonen procesos menos urgentes como la digestión, desviando el flujo de sangre a los músculos para que uno se pueda defender físicamente o correr más rápido que nunca.
Los estudios sobre los calambres se han hecho con atletas en carreras de larga distancia o que estaban participando en triatlones, actividades que exigen mucho más vigor y resistencia que el tipo de chapoteo en el agua al que se dedican los niños en las vacaciones.
Los nadadores profesionales se aseguran de no competir con el estómago lleno, pero también de que han comido lo suficiente para tener la energía necesaria para desempeñarse óptimamente.
Cuando los nadadores de larga distancia o de aguas abiertas tienen que ir muy lejos, incluso comen durante la carrera. Si les dan calambres, son más bien resultado del esfuerzo excesivo; no parece estar relacionado con los alimentos.
 

Esas punzadas

¿Y esas punzadas que dan en los lados del cuerpo? En español se les conoce de varias maneras, como "flatos de corredor", o "dolor de caballo o de yegua" o "dolor de vaso".
Aunque se sienten a veces igual que un calambre, los investigadores diferencian entre los dos.
Tienen un nombre médico: "dolor abdominal transitorio vinculado al ejercicio" (DAT), pero aún no se entiende completamente bien de qué se tratan.
En Australia, el científico de deporte Darren Morton ha dedicado su carrera a investigar el tema.
Descubrió que los nadadores élite son más proclives a sufrirlo que los corredores.
La gente que ha ingerido una comida grande una o dos horas antes de la carrera eran más propensos a tenerlos, así hayan esperado la hora requerida antes del ejercicio.
La buena noticia es que entre más viejo sea uno, menos le dan.
 

El estómago hinchado

Sin embargo, hay una teoría que podría explicar los DAT vinculados al ejercicio.
Morton notó que muchos atletas de larga distancia sentían el dolor durante la carrera poco después de pasar por la estación de bebidas para rehidratarse.
Decidió hacer un experimento, en el cual la gente tenía que tomar más fluidos que lo usual justo antes de hacer ejercicio.
Los que más se sintieron hinchados o sentían las punzadas eran los que tomaron jugo de frutas reconstituido.
Morton especula que el jugo hace que el estómago se hinche y eso pone presión en el peritoneo parietal, la capa exterior de la pared abdominal.
Es un área particularmente sensible, lo que puede explicar el dolor.
Si un estómago hinchado puede irritar el área y causar un DAT entonces, en principio, la comida podría hacer lo mismo.
 

Volvamos al agua

Si a uno le da un DAT o un calambre, ¿hay alguna evidencia de que se ahogaría?
 
Si un niño está en aguas pandas, se puede parar. Además es posible flotar en la espalda si uno tiene un DAT.
Un niño sólo estaría en peligro si estuviera en aguas profundas, lejos de algo de lo que se pueda agarrar, sin saber nadar lo suficientemente bien para poder flotar: una situación en la cual meterse al agua no es conveniente, habiendo comido hace una hora o no.
Las estadísticas muestran que efectivamente muchos niños se ahogan en todo el mundo cada año. En China es la causa principal de muerte accidental entre los niños.
Sin embargo, comer no figura como un factor que contribuye.
En su lista de los principales riesgos, el Centro para el control de la enfermedad de Estados Unidos, por ejemplo, incluye la inhabilidad de nadar, la falta de verjas alrededor de las piscinas, la falta de supervisión. Entre los adultos, otra causa principal es el ingerir alcohol antes de nadar.
A pesar de ello, hay otras buenas razones para no fomentar nadar justo después del almuerzo: para evitar sentirse mal y evitar el sol cuando está en su punto más caliente, por ejemplo.
Así que decirle a los chicos que se pueden ahogar porque acaban de comer puede ser una manera de lograr que le hagan caso.
Pero según la evidencia, no parece estar respaldado por la ciencia.


Claudia Hammond   Columnista, BBC Future   Última actualización: Sábado, 29 de junio de 2013

sábado, 29 de junio de 2013

‘The New Yorker’ dedica su portada a la causa gay, con Epi y Blas como icono

 
 
La prestigiosa revista norteamericana escoge a los personajes infantiles como icono para celebrar la sentencia a favor del matrimonio homosexual.
 
 
El semanario The New Yorker ha celebrado la histórica decisión del Tribunal Supremo de EE UU a favor de los derechos de los matrimonios homosexuales con una imagen de los personajes de Barrio Sésamo, Epi y Blas (Beto y Enrique en América Latina), abrazados frente a una pantalla de televisión con los nueve jueces del alto tribunal. La portada que sugiere que la pareja de marionetas es gay ha generado una marea de comentarios a favor y en contra de la elección de la revista.
 
La portada ha sido diseñada por Jack Hunter, quien publicó el dibujo en Tumblr, antes de que The New Yorker la utilizara para el número de esta semana, bajo el título: Un momento de felicidad. “Es muy emocionante constatar cómo la actitud hacia los derechos de los homosexuales han evolucionado a lo largo de mi vida”, comentó el artista a la revista. “Es genial para nuestros hijos, un momento que debemos de celebrar”, recalcó en alusión a la sentencia del Supremo del pasado miércoles que declaró esta semana inconstitucional la parte de la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA) que definía el matrimonio como una unión sólo entre un hombre y una mujer, impidiendo a las parejas casadas homosexuales recibir los mismos beneficios federales que las heterosexuales.
 
La ilustración juega con la idea instalada en el imaginario colectivo de que Epi y Blas son algo más que amigos, Esa noción era tan generalizada que, en 2011, se lanzó en Facebook una campaña impulsada por Change.org, para presionar a los productores de Barrio Sésamo para que permitieran casarse a la pareja. El programa, inmediatamente, emitió un comunicado insistiendo en que Epi y Blas solo eran buenos amigos. “Aunque se identifiquen con personajes masculinos, se trata de marionetas y como tales no tienen ninguna orientación sexual”.
 
The New Yorker se caracteriza por recoger en sus incisivas portadas los asuntos de máxima actualidad. La semana pasada ilustró la controversia por los programas de vigilancia del Gobierno de EE UU filtrados por un analista de la CIA con un dibujo que mostraba al Tío Sam espiando a través de una ventana a una mujer mientras chateaba desde su móvil y su portátil. La elección de los personajes de Barrio Sésamo no ha pasado desapercibida.
 
En Twitter muchos han ensalzado la perspicacia de la revista. Mía Farrow, por ejemplo, consideraba que era “una de las mejores portadas del New Yorker”. Sin embargo, otros han censurado a la publicación por falta de sutileza sosteniendo que, al elegir a dos personajes infantiles con una sexualidad cuestionada, en lugar de centrar la atención sobre la importante decisión del Supremo, se desvía hacia una polémica insustancial. Otros, cuestionan la elección alegando que Epi y Blas “no han hecho nada por la defensa de los derechos homosexuales” y que The New Yorker debería haber elegido a verdaderos iconos del movimiento gay.
 
 

"La monogamia con una única empresa ha fallecido"

 
 
Gregory Cajina: El coach acaba de publicar el libro 'Rompe con tu zona de confort' con el que anima a tomar las riendas de la vida más allá de las áreas de seguridad y comodidad.
 
La zona de confort es un espacio que se enmarca dentro de nuestra vida cotidiana y donde nos sentimos cómodos. No nos la ha impuesto nadie, de hecho, los límites que hay en esta zona y que nos impiden arriesgarnos no existen, somos nosotros los que los creamos en nuestra cabeza. Esta es una de las teorías de las que parte el coach Gregory Cajina en el libro Rompe con tu zona de confort y con el que hace 52 propuestas para que aprendamos a tomar las riendas de nuestra vida. Cajina propone medidas para equilibrar los objetivos personales, profesionales y financieros, y nos invita a que nos replanteemos algunos de los escenarios cotidianos que nos pasan desapercibidos y que nos frenan en la consecución de nuestras metas. Para el autor, “la inspiración es fácil conseguirla, pero no consigue nada, la motivación nos orienta, pero en última instancia lo que consigue los objetivos y el cambio real únicamente es la determinación”.


-¿Sobrevivimos más que vivimos?

-Pienso que sí. Por el sistema educativo que tenemos, el sistema laboral, o la gente con la que nos relacionamos adquirimos una serie de hábitos que nos llevan a buscar la rutina. Si la rutina funciona y nos acerca a aquello que queremos, bienvenida sea esa rutina. En el momento en el que la rutina nos conduce a hacer lo mismo, de forma continuada, y nos lleva a la frustración porque no estamos consiguiendo lo que realmente queremos, ya no estás viviendo, estás sobreviviendo.

-Para referirse a la zona de confort utiliza la imagen de una caja que nos oprime. ¿Quién nos ha metido ahí dentro? ¿O es que nacemos con ella?

-Cuando un niño nace asume que puede hacer cualquier cosa. Fíjate que tenemos la imagen de ese niño que quiere meter los dos deditos en el enchufe y todos nos apresuramos a evitarlo y corregirle. Eso esta muy bien, obviamente, pero a la vez se traslada un mensaje: no experimentes, el mundo ahí fuera es peligroso. Al final, nos acabamos imaginando una serie de barreras que nadie nos ha impuesto, pero que nosotros decidimos que están ahí. Los límites no están fuera, están dentro de la cabeza; algunos de ellos son aprendidos, y muchos otros están basados en miedos que provienen del pasado. Al final, es una cuestión de opción, de decisión.

-Y nosotros optamos mayoritariamente por crearnos esos límites…

-Son límites que físicamente no existen, simplemente existe aquello que nosotros decidimos que exista. A través del “cómo podríamos”, del “por qué no” o del “y si”, acabamos rompiendo unos límites que, quizás nos digan que tenemos, pero que en última instancia no existen.

-En nuestra sociedad actual el que rompe con sus límites es un loco o un temerario…

-Absolutamente. La definición de pionero es la de un tipo que está solo. Curiosamente, todos tenemos una cierta admiración por el héroe, pero lo miramos desde fuera. Cuando alguien consigue un reto importante todo el mundo quiere seguirle y ser como él. No antes.

-Cuando nos ponemos excusas para no salir de esa zona de confort, ¿estamos engañando a alguien?

-En coaching llamamos “esquesas” a las excusas, siempre empiezan por “es que”…Al final, no engañamos a nadie más que a nosotros mismos. La mente tiende a buscar aquellas razones que son coherentes con nuestras decisiones, por lo que, si decidimos no hacer algo, nos inventamos las razones. Crees que tienes razón pero te estás engañando y limitando de nuevo.

-¿Existe algún momento bueno para tomar decisiones y salir de esa caja?

-Momentos perfectos no los habrá nunca. De la misma manera que buscamos razones para cada razón, buscamos razones para no hacer nada. Hay un dicho castellano muy curioso que es “lo bueno es enemigo de lo mejor”. La decisión en sí es muy fácil: sí, lo hago. Los pasos a seguir o la determinación ya es algo que lleva mucho más tiempo. No hay momentos perfectos, hay momentos óptimos, y no hay mejor momento óptimo que aquel en el que uno dice que ya es el momento, sea porque quiere o porque está harto.

-¿Es más fácil dar ese paso si entendemos que nada nos pertenece?

-La sociedad en la que vivimos tiende a aprovecharse de uno de los factores de más motivación que tenemos: la búsqueda de la seguridad. Buscamos seguridad financiera, nos inventamos una hipoteca con una casa a 40 años, por ejemplo. En última instancia, invito a la gente a que piense por la noche antes de dormir si lo que tiene refleja lo que es. Gandhi ya decía aquello de que no hay suficientes recursos para satisfacer la codicia de un solo individuo. ¡Cuánta razón!

-Entiendo entonces que la seguridad total no existe…

-En términos de coaching lo que nosotros buscamos es la máxima autoconciencia de uno mismo. Confianza en uno mismo no es ni más, ni menos, ni quiere decir tenerlo todo atado. Lo que quiere decir es que, o tienes los recursos a tu alcance para conseguir aquello que te propongas o, en caso de que no los tengas, tienes la certeza absoluta de que sabrás lograrlos. Tienes la confianza de que, aún no teniéndolo todo controlado, sabes que de alguna manera podrás salir adelante.

-¿No saber lo que queremos nos tiene que preocupar, o es una fase más de nuestra vida?

-Es muy importante identificar cuál es nuestra misión vital. Igual que las empresas tienen misiones, los individuos también las tienen. El propósito vital de las personas es sumar qué es lo que quiere hacer en la vida con lo que va a ganar él y su comunidad con ello. Los objetivos a veces caen, pero el norte nunca cambia de sitio.

-¿Existen objetivos imposibles?

-No, simplemente plazos inadecuados. Si hiciéramos caso a toda la gente que en algún momento nos dice que algo es imposible, todavía seguiríamos en la cuna. Lo que ayer era imposible, mañana es perfectamente posible. No me atrevería nunca a decirle a nadie que algo es imposible.

-¿Cuándo puede ser positivo romper o saltarse las reglas?

-Cuando la reglas dejan de servir debemos darnos el permiso moral para romperlas y crear de nuevas. Hay reglas que están establecidas por personas que simplemente están cómodas en su estatus. En muchas empresas hay gente que está muy frustrada, no porque no sea competente o no sepa hacer las cosas, sino porque hay alguien que le dice “siéntate en tus dos metros cuadrados y haz aquello para lo que te pago”. Mamamos reglas de nuestro entorno y ni siquiera lo sabemos hasta que a alguien se le ocurre romperlas.

-Asegura en el libro que la monogamia con la empresa se extinguirá…

-Sí. Es más, te diré que ya ha fallecido. Las historias de personas que empiezan como botones y acaban siendo directores generales del banco ya han muerto. Vivimos en una sociedad en la que, aunque la empresa te ofrezca un contrato indefinido, no deja se ser un despido con un precio. Cuando antes asumamos esto, antes podremos adquirir competencias, experiencia, contactos, formación, a través de los cuales podamos ofrecer algo diferente a diferentes empresas. Las empresas son conscientes de esto e intentan retener a personas a las que saben que les está empujando un espíritu emprendedor. Cada vez hay más personas que están optando por tomar las riendas de su vida profesional y personal.

-Hay personas que finalmente no tiran adelante un proyecto vital o profesional porque su entorno lo ha censurado. En este caso, ¿tenemos que cuestionarnos más el núcleo de personas con las que nos relacionamos?

-Posiblemente sí. Hay un axioma que reza aquello de “tú eres en función de con quien estás”. Muchas veces sucede que en cuando alguien decide romper con su rutina y hacer un gran cambio se encuentra muy solo, porque la gente que tiene a su alrededor le tiene metido en una caja con una etiqueta que le define.  Lo que es bueno de hacer es intentar relacionarte con el máximo número de personas que ya vivan en el universo en el que quieres estar.

-¿Hemos sacrificado en exceso nuestras vidas para contentar a los demás?

-Sí. Quizás por la religión, o por los valores educativos y morales, tendemos a poner siempre por delante a los demás, y consideramos que si primamos algo en primera persona del singular estamos siendo egoístas y egocéntricos. Hay una línea muy delgada entre tener una confianza muy alta y ser un arrogante. Para poner un símil, cuando nos dan instrucciones en un avión en caso de accidente te dicen “primero ponte tú la máscara, y luego ayuda a los demás”. Es decir, primero cuídate, protégete, ten clara cuál es tu misión, cuáles son tus objetivos, asegúrate de que tu estás bien anclado en el suelo, y luego podrás ayudar a los demás. En nuestra cultura parece que sea lo contrario, y al final todo el mundo anda desquiciado porque nadie se está erigiendo en el líder que se necesita.

-Es curioso ver como hemos evolucionado como sociedad pero cada vez necesitamos más cosas para ser felices. ¿Es realista pensar que esto cambiará algún día?

-Es fácil que nosotros busquemos mimetizarnos. Es un círculo que no tiene fin: buscamos mimetizarnos, ser más que los demás por culpa de una sensación de vacío que tenemos entre nosotros. Cualquier cosa que compres, sea cual sea, la habrás aburrido en cuestión de seis meses porque lo que pesa es el estímulo. Hay un momento en el que ese estímulo no es suficiente, y necesitas subirlo. Pienso que nosotros somos nómadas de serie. Sabemos que el mundo es inseguro, que no podemos cambiar el mundo, pero sí que me puedo cambiar a mí. Si yo acepto eso y me adapto, es más posible que sea más feliz y esté más dispuesto a exponerme a experiencias que sean buenas para mí y para mi entorno, antes que intentar aferrarme a cosas seguras que dejarán de serlo antes o después.    
 

Albert Domènech   27/06/2013 - 00:03h | Última actualización: 28/06/2013 - 07:59h
http://www.lavanguardia.com/vida/20130627/54376991217/gregory-cajina-monogamia-unica-empresa-fallecido.html#ixzz2XUp7GDgc

viernes, 28 de junio de 2013

Millonarios: ¿cuántos son? ¿dónde están? ¿en qué invierten su dinero?

 
 
Según la consultora Capgemini, hay once millones de personas en todo el mundo que tienen más de un millón de dólares; 144.600 de ellos, en España.
 
Asia-Pacífico supera por primera vez a Norte América como la región económica con mayor concentración de millonarios.
 
 
Uno de los indicios menos científicos pero más utilizados para medir la riqueza de un lugar determinado es la concentración de ferraris en sus calles. A principios de siglo, casi todos los artículos que se escribieron sobre el imperio de los petrodólares y el poder emergente de las fortunas de los emiratos árabes arrancaban poniendo de manifiesto la sorprendente diversidad de coches deportivos de alta gama que se podían ver nada más aterrizar en Dubai, Abu Dhabi o Qatar.
 
El año pasado, según los datos presentados por la compañía de il cavallino rampante, Estados Unidos se mantuvo como el lugar del planeta donde más ferraris se compraron, pero seguido ya muy cerca de lo que los comerciales de la marca denominan 'la Gran China': China, Hong Kong y Taiwan, que desbancó a los países árabes.
 

¿Dónde están?

Y, en efecto, según el informe World Wealth Report 2012, que todos los años elaboran la consultora Capgemini y la gestora RBC Wealth Management y que pasa por ser el principal inventario de millonarios (entendidos como aquellos que poseen más de un millón de dólares) que se hace en el mundo, Estados Unidos es el país del mundo donde vive un mayor número de millonarios: más de tres millones.
 
Le siguen Japón (1,822 millones) y Alemania (951.000). Entre los tres países concentran más de la mitad de los millonarios que hay en el mundo.
Completan el top 10 de la concentración de la riqueza China (562.000), Reino Unido (441.000), Francia (404.000), Canadá (208.000), Suiza (252.000), Australia (180.000) e Italia (168.000).
Según el estudio, en España habría 144.600 personas con más de un millón de dólares en sus cuentas, un 5,4% respecto a 2010.
 
En los últimos años Asia-Pacífico se ha convertido la región económica del planeta con mayor número de personas que pueden presumir de su condición de millonarios (3,37 millones de personas), superando por primera vez a Norte América, dónde hay 3,35 millones; y de Europa (3,17 millones).
Desde que se desencadenara la crisis financiera en 2008, nada menos que un millón de personas del sudeste asiático, la zona que se ha convertido en los últimos años en el polo de actividad económica más poderoso del mundo, han alcanzado la condición de millonarios.
 
Una prosperidad que contrasta con el estancamiento que el informe refleja en áreas más maduras y consolidadas como Norte América y Europa, que han pasado en menos de un lustro de poseer a dos de cada tres millonarios del planeta a acoger únicamente a la mitad.
 
La crisis de las áreas económicas más tradicionales no ha impedido que el número de millonarios que hay en el mundo crezca. De hecho, en medio de la crisis financiera más radical que ha vivido el mundo desde los años 30 del siglo pasado el número de millonarios no sólo no se ha reducido, sino que ha aumentado en 2,4 millones. Se han incrementado en un 28% más desde 2008.
 

Más dinero en manos de millonarios

Lo que también ha aumentado es el dinero en manos de los millonarios. En 2007 los recursos que manejaban los diez millones de ciudadanos que podían por aquel entonces presumir de tener más de un millón de dólares ascendía a 40,7 billones de dólares (algo así como 30 veces el PIB de España).
Según el informe de Capgemini, en 2011, último ejercicio para el que hay información disponible, once millones de millonarios manejaban nada menos que 42 billones de dólares.
 
Las áreas dónde más ha crecido la concentración de recursos en manos de millonarios son la zona Asia Pacífico y Latinoamérica. Brasil, de hecho, es el lugar del mundo donde más aumentó el número de millonarios en 2011.
 

Más arte, menos equipos de fútbol

¿Dónde meten su dinero los millonarios? La mayoría utilizan sociedades de gestión ad hoc muy especializadas, que ofrecen sofisticados paquetes de inversión con un perfil de riesgo más o menos alto en función de las peticiones de sus clientes.
Éstos operan en mercados de renta fija y variable de todo el mundo y constituyen, en muchos casos, actores muy relevantes del mercado...
 
Pero vamos a poner el foco en lo que el informe de Capgemini denomina investment of passion esas inversiones tras las que afloran los gustos y hobbies de los millonarios: joyas, vinos, deportivos, arte; y que también están sujetas a las modas.
Los nuevos millonarios chinos, por ejemplo, se pirran por el arte. China se ha convertido en el principal pujador de arte del mundo y controla ya el 30% del mercado, superando por primera vez la importancia de los inversores estadounidenses.
 
La irrupción de estos actores emergentes ha modificado también la tendencia en el mercado del arte. Cada vez se subastan más obras de arte chino o latinoamericano y su valor en el mercado está incrementándose a un ritmo de dos dígitos.
En 2011, el dinero de los millonarios se dirigió más hacia las colecciones de joyas, los vehículos deportivos, las monedas y las piedras preciosas, y se inclinó menos hacia otras inversiones como los vinos de alta gama o las inversiones deportivas, en equipos o eventos, cuya rentabilidad se desplomó hasta un 30%.
 
El Índice Hagerty, que se vincula a la cotización de mercado de los Ferrari, ha crecido un 22% al calor de la demanda; al igual que lo ha hecho el precio de los diamantes aumentó un 30%.


Bruno Pérez   lunes, 24/06/13 - 06:00

 

Cinco pistas para descubrir que han 'hackeado' tu 'smartphone'

 
 
El pasado 2012 se detectaron más de 3.000 nuevos programas maliciosos al mes, de los cuales casi el 99% estuvieron dirigidos a la plataforma Android. De los 6.000 virus que se conocían en enero para el sistema operativo de Google, a final de año se superó de largo la asombrosa cantidad de 40.000. Sin embargo, a pesar de la creciente amenaza, según un informe de SpamFighter, más de la mitad de los usuarios de smartphones y tabletas no ha instalado nunca un antivirus en sus dispositivos.

Actualmente, la mayoría de malware procede de SMS, programas publicitarios y, sobre todo, de la descarga de aplicaciones. La tienda de Google Play ostenta el título de ser la que más alberga. El último trimestre del año pasado terminó con 20.000 apps diseñadas para infectar a sus usuarios. 10.000 fueron creadas durante el último mes y 17 de ellas lograron llegar al cliente final, siendo descargadas aproximadamente 700.000 veces en total. Los de Cupertino tampoco se libran, y han anunciado en alguna ocasión que se han colado algunas aplicaciones "defectuosas" en su tienda virtual.

Las consecuencias de que a un usuario le pirateen su teléfono van desde que puedan espiarlo, robarle información o acceder a su agenda de contactos, por poner sólo algunos ejemplos. Sin ir más lejos, en Google se pueden encontrar herramientas como Mobile Spy, Spyera Gold o Flexispy para espiar a alguien. Esta última, sin ir más lejos, se vende como la herramienta definitiva para las personas que sospechan de sus parejas.

En Teknautas hemos hablado con algunos expertos en seguridad, que nos han enunciado una serie de síntomas que podrían significar que nuestro smartphone ha sido hackeado. Para saberlo con certeza, lo mejor es acudir a un profesional o descargarse alguna aplicación antivirus. En internet hay algunas gratuitas o de prueba muy útiles para analizar nuestro terminal. Eset, Avira y Kaspersky tienen aplicaciones de prueba gratuitas con las que pueden comprobar el estado de sus teléfonos, pero hay muchas más.
 

Factura más abultada de lo habitual

Uno de los indicios más claros de que el teléfono ha podido ser hackeado. Si el usuario descubre que su factura se dispara por los aires y no reconoce muchos de los números o sospecha que no se corresponden con ninguno de los contactos de su agenda, podría significar que algún troyano estuviese enviando SMS o haciendo llamadas a teléfonos monitorizados.

Según Vicente Díaz, analista senior de malware de Kaspersky Lab, "en la mayoría de ocasiones estos ataques proceden de las aplicaciones compradas en las tiendas online. Los ataques van evolucionando y no tienen un comportamiento constante, por lo que es difícil identificarlos".
 

Incremento del uso de datos

Sorin Mustaca, experto en seguridad IT de Avira, ha explicado a Teknautas que "el malware normalmente envía información a los cibercriminales, lo que implica un aumento en el uso de datos. Si su proveedor le ha rebajado la velocidad de transmisión es porque está consumiendo mucho. Y esto puede ser a causa de un virus que esté realizando comunicaciones sin su conocimiento".
 
Algo con lo que se muestra de acuerdo Fernando de la Cuadra, director de Educación de Eset España, aunque sólo en parte: "Actualmente, lo que buscan la mayoría de códigos maliciosos es el robo de una contraseña o algún dato en particular. Es cierto que consumen datos, pero en cuanto han conseguido esa información y la mandan, dejan de hacerlo. No es un síntoma tan fácilmente observable".
 

Las llamadas se cortan o los SMS no llegan

Aunque parezca que hay máxima cobertura, a veces las funciones más básicas del teléfono no funcionan con fiabilidad. Esto se debe a que el malware intenta interceptar llamadas e, incluso, derivarlas hacia otros números de alta tarificación o a través de proxies.

"Hay códigos maliciosos que roban SMS como, por ejemplo, los recibidos de confirmación por un banco. En el caso de las llamadas es menos habitual, pero también es una pista más que puede alertar al usuario de un posible virus. Se puede dar si el usuario tiene un programa espía o cualquier otro que intenta realizar llamadas y coincida con el momento en el que también las haga", ha explicado Vicente Díaz.

El malware no sólo puede provocar cortes de llamadas o intercepción de SMS, también puede originar un peor rendimiento del smartphone o que las aplicaciones tarden mucho en funcionar.
 

La batería se agota de forma inexplicable

También puede ser un indicio que la batería se acabe antes de lo normal sin apenas utilizar el móvil. En este caso, también es posible que haya algún programa que esté alojado en la memoria activa y que esté ejecutando varias aplicaciones al mismo tiempo.

Según ha explicado Fernando de la Cuadra: "Para poder ejecutar cualquier tipo de programa tienes que alimentar el procesador. Si lo dejas en reposo, cae a niveles ínfimos y la batería aguanta más. Si tienes un programa constantemente funcionando como un GPS o un troyano que necesite alimentarse constantemente de la batería, obviamente la consumirá".
 

Las apps se mueren de forma inesperada

Si una aplicación que siempre ha funcionado sin problemas y que no se ha actualizado se cierra con frecuencia, puede ser un síntoma de que hay algo que está interfiriendo su funcionalidad. Cuando esto sucede, el usuario tiene que comprobar que no sea a causa de que su terminal no disponga de más recursos (como por ejemplo, algunas versiones viejas de Android), o que sea por culpa de la propia aplicación.

"Los troyanos o código malicioso van a intentar apoderarse de determinadas aplicaciones del teléfono. Si alguna app intenta hacerse con esa misma función, se la va a quitar de en medio. Por ejemplo, si el código malicioso utiliza el servicio de mensajería cerrará otras similares que le perturben", ha concluido Fernando de la Cuadra.
 
 
Alberto G. Luna  26/04/2013                                                

jueves, 27 de junio de 2013

¿Cuándo se puede viajar legalmente sin un pasaporte?

 
 
El fugitivo Edward Snowden espera llegar a Ecuador, pese a no tener un pasaporte válido. ¿Pero cuándo es posible realizar un viaje legalmente sin tener ese documento básico?
 
El Departamento de Estado de Estados Unidos revocó el pasaporte de Snowden y pidió a otros países que le impidan viajar.
 
Buscado por acusaciones de espionaje, el ciudadano estadounidense voló de Hong Kong a Moscú el 23 de junio -usando su pasaporte estadounidense, según uno de sus abogados- y ha solicitado asilo político a Ecuador.
Este lunes, fue reservado un asiento a su nombre en un vuelo a Cuba, pero nadie lo vio a bordo.
Por lo general un pasaporte es una condición para una travesía internacional, así que la pregunta es ¿bajo qué circunstancias uno puede viajar sin él?
De acuerdo con el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, Snowden tiene un "documento especial de viaje para refugiados" emitido por Ecuador.
Millones de refugiados cruzan fronteras sin pasaportes cuando huyen de la persecución o la guerra.
 

Documentos válidos

En 2012, más de siete millones de personas se convirtieron en refugiados, según Naciones Unidas.
Sin un pasaporte, se espera que una persona presente alguna otra forma de identificación, dice Larry Yungk, funcionario de reasentamiento del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Algunos refugiados pueden ser registrados en una frontera sin ninguna identificación.
"Realmente depende del país receptor si desea aceptar a alguien sin contar con un pasaporte", afirma Lavinia Limón, presidenta y directora ejecutiva del Comité para los Refugiados e Inmigrantes de EE.UU.
Ese país admite anualmente a unos 60.000 refugiados de todo el mundo, señala, y sólo unos cuantos tienen pasaportes.
Cada uno es entrevistado cara a cara en el exterior por funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional, con la finalidad de establecer si son refugiados genuinos y cumplen con los criterios de admisión.
Un documento llamado I-94 es emitido en lugar de un pasaporte y se organiza el viaje a EE.UU. para cada uno.
"Digamos que estamos trayendo gente de Malasia y tienen que hacer escala en Hong Kong antes de llegar a Los Ángeles", explica Limón. "Hong Kong los reconoce como documentos de viaje estadounidenses y los deja pasar".
Otros países como Reino Unido y Canadá emiten documentos similares, así como la Cruz Roja Internacional.
Si un país en particular desea permitir a alguien que viaje en una aerolínea de propiedad estatal, tiene derecho a hacerlo sin siquiera emitir documentos, indica el abogado experto en extradiciones Douglas McNabb, si el país receptor acepta el arreglo.
También se puede viajar sin pasaporte si a uno se le pierde o se lo roban mientras está en otro país.
"Puedes quedarte esperando durante días para un nuevo pasaporte", dice Simon Calder, editor de viajes del periódico británico The Independent. "O te puedes subir a un avión con algo de tu consulado que diga que 'esta persona está bien, déjela proceder a este viaje de una sola vía hasta su destino'".
"Pero es poco usual y cualquier clase de documento como ese equivale a la tarjeta del juego de Monopolio que dice "salga de la cárcel gratis, vaya directo a su destino y compórtese".
 

Convenios entre países

También hay relaciones especiales entre países, que otorgan a sus ciudadanos el derecho a viajar entre ellos sin pasaporte.
Un caso es el de las tarjetas o cédulas de identidad nacionales, que son aceptadas en lugar del pasaporte para los países miembros de algunas alianzas regionales.
Entre ellos se incluyen en Sudamérica el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y ahora Venezuela) y la Comunidad Andina de Naciones (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú).
También la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, la Unión Europea y algunos países vecinos y el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo.
En el caso de los ciudadanos de EE.UU., ellos pueden viajar a territorios como el estado libre asociado de Puerto Rico y el territorio no incorporado de Guam simplemente con un documento de identificación con fotografía aprobado; como no existe cédula de identidad estadounidense, suele ser la licencia de conducir.
Pero más allá de eso, los estadounidenses siempre necesitan un pasaporte para viajar por aire, aunque los ciudadanos de EE.UU. y Canadá pueden visitarse mutuamente con unas tarjetas Nexus previamente aprobadas.
Hay algunas excepciones a la regla del pasaporte obligatorio si los ciudadanos estadounidenses están de visita en otros países de la región por tierra o por mar, según el sitio web del Departamento de Estado.
De modo que si van a viajar al Caribe o a las Bermudas, por ejemplo, les aceptarán un pasaporte tipo credencial, en lugar del pasaporte tradicional. Una licencia de conducir ampliada o una identificación militar sería también suficiente.
Reino Unido y la República de Irlanda han formado la Common Travel Area, en la que basta un documento de identificación con foto para ciudadanos de ambos países. Los funcionarios de inmigración pueden pedir prueba de nacionalidad, así que el consejo del gobierno es llevarla consigo.
En 1995, 26 países europeos formaron el Espacio Schengen para viajar libremente si controles fronterizos. Pero los transportistas de pasajeros como las aerolíneas todavía pueden imponer controles de identidad que incluyan un pasaporte.
Una persona que no debe preocuparse nunca de tener pasaporte es la reina Isabel II de Inglaterra. Ya que ella es la persona que los emite oficialmente, es la única británica exenta de portar uno.

 
Tom Geoghegan   BBC   26/06/2013
 
 

El agridulce legado de Michael Jackson

 
 
Cuatro años después de su muerte, no hay duda de que Michael Jackson ocupa un lugar destacado en el panteón de los grandes de la música. Lo que no está tan claro es cómo su familia está lidiando con su legado.
 
Al juicio contra Conrad Murray, el médico personal de Jackson -quien está cumpliendo una condena de cuatro años de cárcel por homicidio involuntario- se sumó el proceso iniciado por los Jackson contra AEG Live, la empresa promotora de la última gira que el cantante debía realizar y a la que también consideran responsable de su muerte.
 
Además, en los últimos tiempos han salido a la luz las disputas internas de los hermanos Jackson y se ha puesto en duda que la matriarca del clan, Katherine, deba ostentar la custodia compartida de los tres hijos del fallecido artista -Prince Michael, de 16 años; Paris, de 15, y Prince Michael II, de 11- quienes desde la muerte de su padre no han dejado de ser objeto del escrutinio constante de la prensa.
El último episodio de la saga Jackson ocurrió a principios de junio, cuando trascendió que la hija del rey del pop había intentado suicidarse. La noticia no fue confirmada por la familia, aunque lo cierto es que la joven ha pasado las últimas semanas en un centro hospitalario de Los Ángeles.
 

Ganancias millonarias

Además de las disputas en los tribunales y los problemas familiares, también está la cuestión del dinero.
En el momento de su fallecimiento el 25 de junio de 2009, se calcula que las deudas de Michael Jackson ascendían a cerca de US$500 millones, en buena parte debido a su extravagante estilo de vida -que incluía lujosas mansiones y autos de colección- y a los costosos procesos judiciales a los que debió hacer frente en los últimos años de su vida por los casos de abuso de menores en los que se vio involucrado.
Pero un año después, Jackson ya ocupaba el primer puesto de la lista de los artistas fallecidos más rentables. En 2010, la película sobre los preparativos de su última gira fue un éxito en todo el mundo, sus discos se vendían por millones y sus herederos firmaron suculentos contratos para explotar su música y su imagen.
De acuerdo con datos de la revista Forbes, tan sólo en 2012, los ingresos asociados a Michael Jackson ascendieron a US$145 millones. A las ganancias provenientes de los catálogos que poseía de artistas como los Beatles o Elvis Presley, se sumaron las de la venta de sus propias canciones, así como los ingresos de la gira del espectáculo que la compañía Cirque du Soleil ha producido con música de Jackson y que el año pasado fue la más exitosa en EE.UU.
 
"Es habitual que las ventas de discos de las estrellas que fallecen aumenten, pero en el caso de Michael Jackson ha sido espectacular", señaló en conversación con BBC Mundo Shirley Halperin, editora de música de la revista The Hollywood Reporter.
Andrew Barker, periodista de la revista Variety, apunta que, incluso, "parece que los casos de abusos de menores en los que se vio involucrado en vida" -de los que fue exonerado pero que dañaron significativamente su imagen pública- "no han afectado su estatus de leyenda del pop".
Pero si bien es cierto que el negocio en torno a la figura de Michael Jackson marcha viento en popa, las desavenencias públicas y los procesos judiciales están mostrando una imagen del cantante y su familia que está lejos de ser idílica.
 

Problemas familiares

Los primeros detalles íntimos de la vida de los Jackson -incluyendo el deteriorado estado de salud del rey del pop en sus últimos meses de vida y su consumo de sustancias adictivas- surgieron a raíz del juicio contra el doctor Conrad Murray.
El jurado consideró probado que el médico personal de Jackson había actuado con negligencia y mala fe al suministrarle un potente anestésico intravenoso que acabó matándolo.
Después llegaron las acusaciones de mala gestión contra los administradores del patrimonio de Jackson -quien dejó todos sus bienes a sus tres hijos- y la extraña desaparición temporal el pasado agosto de la matriarca del clan, Katherine Jackson.
En abril de este año, se inició un segundo juicio, esta vez contra los responsables de la promotora AEG Live, a quienes Katherine Jackson acusa de tener responsabilidad en la muerte de su hijo por haber contratado y supervisado al doctor Murray, algo que la compañía niega.
En medio del circo mediático que rodea este proceso, los hijos de Michael Jackson no han podido evitar convertirse en el centro de atención.
El supuesto intento de suicidio de Paris Jackson a principios de junio -que algunos han atribuido a la presión del juicio y a la cercanía del aniversario de la muerte de su padre- ha abierto un debate sobre en bienestar de los menores, que viven bajo la custodia de su abuela y de su primo TJ Jackson.
 

Legado

Según Ian Drew, editor de entretenimiento de la revista US Weekly, la muerte de Michael Jackson "afectó mucho" a sus hijos.
"Tuvieron que mudarse a una casa nueva, con gente a la que no conocían demasiado. Eso es algo muy duro para cualquier adolescente. Es una situación difícil", aseguró Drew en conversación con BBC Mundo.
"Nunca lo van a tener fácil. Nunca va a ser perfecto. Los medios intentan respetarlos pero cuando se conoció la noticia del intento de suicidio de Paris la prensa se volvió un poco loca. Querían saber qué había pasado".
Sherley Halperin, de The Hollywood Reporter, cree que "pese a que los Jackson han intentado que los hijos de Michael tengan una vida lo más normal posible, es difícil que lo consigan".
"Quizás no están en la mejor situación para recibir los consejos y el apoyo que se necesitan a esta edad", opina la periodista.
Pero pese a los escándalos que están protagonizando los miembros de la familia Jackson, Ian Drew cree que, cuatro años después de su muerte, el legado y la imagen del rey del pop "están mejor que nunca".
"Tiene un imperio millonario, su música no deja de sonar y la gente lo recuerda como un ícono del pop. Su imagen y sus finanzas están mucho mejor ahora que cuando estaba vivo", concluye Drew.

 
Jaime González  BBC Mundo, Los Ángeles   Última actualización: Martes, 25 de junio de 2013

Ocho razones por las que ser pesimista y tener mala leche te ayudan en la vida

 
 
El mal humor puede reportarnos muchos beneficios
 
 
De un tiempo a esta parte, debido al auge de la psicología positiva, hemos interiorizado la idea de que ver la vida en positivo es la única manera de alcanzar la felicidad y desenvolvernos en nuestros quehaceres diarios con éxito. El pesimismo y el mal humor se ven siempre como sentimientos negativos que debemos erradicar, y que no traen nada bueno. Pero es una idea que podría estar equivocada.
 
Recientes investigaciones han puesto en evidencia la idea de que los sentimientos negativos no traen nada bueno a nuestro comportamiento. El profesor Joseph P. Forgas, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, ha realizado una revisión de estudios, publicada este mes en la revista Psychological Science, en la que hace un recorrido por las actividades y funciones que realizamos mejor estando tristes o de mal humor. Sus ideas son claras: “El ser humano es una especie temperamental, y nuestros constantes cambios de humor son un instrumento que sirve para dar forma a nuestras estrategias cognitivas y emocionales”.  La tristeza o la ira, siempre que no se conviertan en algo patológico, cumplen su función, y son positivas para realizar determinado tipo de tareas.
 
1. Mejora nuestra memoria
 
El mal humor hace que nos concentremos más y estemos más atentos respecto a lo que ocurre a nuestro alrededor. Un experimento realizado en 2009, puso de manifiesto, por ejemplo, que los días de lluvia, cuando la gente está de peor humor, las personas que entraban a una tienda recordaban más aspectos de la misma que cuando entraban en un día soleado. Otros experimentos constataron, además, que la gente que está enfadada o triste en una situación concreta tiende a incorporar menos detalles inventados a su narración de la situación que la gente que está feliz. En definitiva, cuando estamos del mal humor nuestros recuerdos se graban en nuestra memoria de forma más precisa.
 
2. Somos más rigurosos en nuestros juicios
 
A la hora de emitir un juicio sobre una situación social, o una persona, caemos en determinados sesgos que influyen sobre nuestra opinión final. La gente de buen humor tiende a ser demasiado entusiasta respecto a sus primeras impresiones, y no pone atención al resto de información que puede obtener. Esto no ocurre cuando alguien está de mal humor, pues examina toda la información concienzudamente.
 
3. Nos hace menos ingenuos
 
Por la misma razón por la que el mal humor nos hace ser más precisos en nuestros juicios, nos vuelve más escépticos respecto a la información que recibimos. Varios estudios han demostrado que las personas de mal humor, o más pesimistas, son menos propensas a creer en rumores o leyendas urbanas. Cuando estamos de mal humor somos más detallistas y estamos más concentrados, algo que aumenta también nuestra capacidad para detectar si una persona nos está engañando.
 
4. Rechazamos los estereotipos
 
Este escepticismo que caracteriza a las personas que están de mal humor, que no siempre es bueno, es positivo en la convivencia con otras culturas, pues elimina en gran parte nuestra tendencia a guiarnos por estereotipos. En un estudio, diversos participantes, con buen o mal humor, tenían que disparar a una serie de objetivos: unos portaban armas, otros no, y algunos llevaban, o no, un turbante. La gente feliz disparó en mayor número a los objetivos que llevaban turbante, pero no armas, un error en el que no cayeron tanto los participantes de mal humor.
 
5. Somos más perseverantes
 
Estar de mal humor tiene determinados beneficios motivacionales. El self-handicapping, el proceso por el cual evitamos esfuerzos con la esperanza de eludir un posible fracaso y el consiguiente daño en la autoestima, es mucho menor en las personas pesimistas. La gente triste o airada es capaz de ser más perseverante en la realización de sus tareas, y obtiene mejores resultados en estas, pues no está dispuesta a abandonar tan fácilmente como la gente que, en ese momento, está de mejor humor.
 
6. Tenemos ciertas ventajas en nuestra relación con los demás
 
Aunque instintivamente podemos pensar que la gente que está de mal humor es más desagradable en su trato con otras personas, lo cierto es que es más cuidadosa, educada y atenta en sus estrategias interpersonales. La gente de buen humor suele ser más directa y asertiva en sus respuestas, algo que puede ser positivo en ocasiones (sobre todo en una negociación) pero tiene sus contrapartidas: en determinadas situaciones su actitud puede resultar demasiado atrevida.  
 
7. Somos más equitativos y más justos
 
Según diversas investigaciones, un estado de ánimo positivo puede aumentar nuestro egoísmo, mientras que los estados de humor negativos hacen que seamos más equitativos en nuestros juicios y, sobre todo, más cuidadosos con las normas externas. Los psicólogos han constatado esto tras someter a los participantes a diversos juegos de roles: por extraño que parezca las personas con peor humor son más respetuosas con las normas morales y tienen mayor propensión a alcanzar un consenso.
 
8. Somos más persuasivos
 
La gente de mal humor es más persuasiva e influyente que la gente feliz. Dado que cuando estamos más tristes prestamos más atención a la información externa, nuestra capacidad para generar empatía crece y, con ella, nuestra capacidad de convencer a las personas para que acepten nuestro punto de vista. 


  25/06/2013   (06:00)