Empresas como General Electric Co., Ford Motor Co.y Mattel Inc. están
masificando la impresión en 3-D mucho más de lo que la gente se imagina.
También conocida como fabricación aditiva, ya que los
objetos hechos de esta forma son producidos con capas sucesivas de materiales
que se van sumando de una en una, la tecnología les está permitiendo a los
fabricantes entregar los productos a sus clientes con más rapidez.
A diferencia de las técnicas tradicionales, donde los
objetos son cortados a partir de moldes, con lo que desperdicia mucho material,
la impresión en 3-D permite moldear un objeto en una computadora e imprimirlo en
plástico, metal o materiales compuestos.
"Nos permite ser mucho más productivos, eficientes e
innovadores en los diseños", afirmó
Scott Goodman, subdirector sénior de desarrollo global
de productos de Mattel Inc.
Aunque los precios han estado bajando, los materiales
para imprimir en 3-D —metales, plásticos y compuestos— son más costosos que los
que se usan en la manufactura tradicional. Pete Basiliere, analista de Gartner Inc., indicó que
prevé que los costos de esos materiales caigan a medida que aumente la demanda
de impresión tridimensional.
La firma de investigación Wohlers Associates Inc. afirmó
que el mercado experimentó una tasa compuesta de crecimiento anual de 29,4% en
2011. Los ingresos globales de impresoras 3-D alcanzarían los US$3.700 millones
en 2015, frente a los US$2.200 millones del año pasado.
A continuación, un vistazo a la forma en que tres
compañías usan la impresión en 3-D de maneras que podrían impactar
significativamente sus negocios.
Ford
La automotriz divisa un futuro en que los clientes
imprimirían sus propios repuestos. En teoría, un cliente podría conectarse a la
web, escanear un código de barras o imprimir un pedido, llevarlo a una impresora
tridimensional local, y tener la autoparte en cuestión de horas o minutos.
Por ahora, Ford está usando la impresión en 3-D para
hacer prototipos de autopartes para vehículos de prueba, algo que lleva haciendo
desde los años 80. En el Centro Técnico Beech Daly, en el estado de Michigan,
ingenieros de Ford usan máquinas industriales que cuestan hasta US$1 millón para
producir prototipos de culatas de motor, rotores de frenos y ejes traseros en
menos tiempo que con los métodos tradicionales de fabricación, aseguró Paul
Susalla, supervisor de sección de manufactura rápida en Ford.
Con la impresión en 3-D, Ford se ahorra un promedio de
un mes del tiempo de producción para crear un molde para un prototipo de una
culata para su línea de motores EcoBoost, diseñados para mejorar la eficiencia
de combustible.
Susalla afirmó que el método tradicional puede llevar
entre cuatro y cinco meses.
General Electric
En los próximos años, los aviones podrían venir con
algunas partes impresas.
La filial de aviación de GE imprime inyectores de
combustible y otros componentes dentro del sistema de combustión de un motor de
reacción que está siendo producido por CFM International, una empresa conjunta
de GE y la francesa Snecma SA. Para 2016, se prevé que el motor de reacción LEAP
sea adaptado para aviones comerciales como el Boeing BA +2.74%737 MAX y
el Airbus A320neo, que aún están en desarrollo.
Mark Little, vicepresidente sénior y director del grupo
de investigación global de GE, indicó que construir moldes de flujo aéreo para
los motores a reacción fundiendo polvos de metal capa por capa puede ser más
preciso que fabricar y cortar partes de un molde cerámico. La compañía prefirió
no especular sobre potenciales ahorros en costos.
GE también experimenta con impresión en 3-D para
producir una sonda de ultrasonido. El aparato se coloca en el cuerpo del
paciente durante exámenes médicos y transmite y recibe señales que generan
imágenes de ultrasonido. Métodos tradicionales requieren horas de recortes y
repeticiones para lograr patrones complicados cerca de la superficie de la sonda
que ayudan a producir imágenes de ultrasonido.
Mattel
El fabricante de juguetes solía esculpir prototipos de
productos con cera y arcilla antes de crear modelos de plástico. Hoy, ingenieros
de Mattel usan una de las 30 impresoras 3-D a su disposición para crear partes
de prácticamente todos los tipos de juguetes que fabrica la empresa, incluidas
marcas populares como los héroes de acción Max Steel, autos Hot Wheels y muñecas
Barbie.
Pero el fabricante de juguetes impone límites. Por
ejemplo, no venderá software a los consumidores para que impriman sus propios
juguetes en impresoras 3-D de bajo costo.
Un vocero indicó que la empresa no podía garantizar que
juguetes que los consumidores impriman por su cuenta sean seguros para los
niños, un "tema que toda la industria deberá abordar y adoptar" a medida que el
uso de impresoras 3-D se vuelva más popular en los hogares.
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