sábado, 8 de junio de 2013

Sí, ahora las Barbies se pueden imprimir


 
 
Empresas como General Electric Co., Ford Motor Co.y Mattel Inc. están masificando la impresión en 3-D mucho más de lo que la gente se imagina.
También conocida como fabricación aditiva, ya que los objetos hechos de esta forma son producidos con capas sucesivas de materiales que se van sumando de una en una, la tecnología les está permitiendo a los fabricantes entregar los productos a sus clientes con más rapidez.
A diferencia de las técnicas tradicionales, donde los objetos son cortados a partir de moldes, con lo que desperdicia mucho material, la impresión en 3-D permite moldear un objeto en una computadora e imprimirlo en plástico, metal o materiales compuestos.
"Nos permite ser mucho más productivos, eficientes e innovadores en los diseños", afirmó
Scott Goodman, subdirector sénior de desarrollo global de productos de Mattel Inc.
Aunque los precios han estado bajando, los materiales para imprimir en 3-D —metales, plásticos y compuestos— son más costosos que los que se usan en la manufactura tradicional. Pete Basiliere, analista de Gartner Inc., indicó que prevé que los costos de esos materiales caigan a medida que aumente la demanda de impresión tridimensional.
La firma de investigación Wohlers Associates Inc. afirmó que el mercado experimentó una tasa compuesta de crecimiento anual de 29,4% en 2011. Los ingresos globales de impresoras 3-D alcanzarían los US$3.700 millones en 2015, frente a los US$2.200 millones del año pasado.
A continuación, un vistazo a la forma en que tres compañías usan la impresión en 3-D de maneras que podrían impactar significativamente sus negocios.
 
Ford
La automotriz divisa un futuro en que los clientes imprimirían sus propios repuestos. En teoría, un cliente podría conectarse a la web, escanear un código de barras o imprimir un pedido, llevarlo a una impresora tridimensional local, y tener la autoparte en cuestión de horas o minutos.
 
Por ahora, Ford está usando la impresión en 3-D para hacer prototipos de autopartes para vehículos de prueba, algo que lleva haciendo desde los años 80. En el Centro Técnico Beech Daly, en el estado de Michigan, ingenieros de Ford usan máquinas industriales que cuestan hasta US$1 millón para producir prototipos de culatas de motor, rotores de frenos y ejes traseros en menos tiempo que con los métodos tradicionales de fabricación, aseguró Paul Susalla, supervisor de sección de manufactura rápida en Ford.
Con la impresión en 3-D, Ford se ahorra un promedio de un mes del tiempo de producción para crear un molde para un prototipo de una culata para su línea de motores EcoBoost, diseñados para mejorar la eficiencia de combustible.
Susalla afirmó que el método tradicional puede llevar entre cuatro y cinco meses.
 
General Electric
En los próximos años, los aviones podrían venir con algunas partes impresas.
La filial de aviación de GE imprime inyectores de combustible y otros componentes dentro del sistema de combustión de un motor de reacción que está siendo producido por CFM International, una empresa conjunta de GE y la francesa Snecma SA. Para 2016, se prevé que el motor de reacción LEAP sea adaptado para aviones comerciales como el Boeing BA +2.74%737 MAX y el Airbus A320neo, que aún están en desarrollo.
Mark Little, vicepresidente sénior y director del grupo de investigación global de GE, indicó que construir moldes de flujo aéreo para los motores a reacción fundiendo polvos de metal capa por capa puede ser más preciso que fabricar y cortar partes de un molde cerámico. La compañía prefirió no especular sobre potenciales ahorros en costos.
GE también experimenta con impresión en 3-D para producir una sonda de ultrasonido. El aparato se coloca en el cuerpo del paciente durante exámenes médicos y transmite y recibe señales que generan imágenes de ultrasonido. Métodos tradicionales requieren horas de recortes y repeticiones para lograr patrones complicados cerca de la superficie de la sonda que ayudan a producir imágenes de ultrasonido.
 
Mattel
El fabricante de juguetes solía esculpir prototipos de productos con cera y arcilla antes de crear modelos de plástico. Hoy, ingenieros de Mattel usan una de las 30 impresoras 3-D a su disposición para crear partes de prácticamente todos los tipos de juguetes que fabrica la empresa, incluidas marcas populares como los héroes de acción Max Steel, autos Hot Wheels y muñecas Barbie.
Pero el fabricante de juguetes impone límites. Por ejemplo, no venderá software a los consumidores para que impriman sus propios juguetes en impresoras 3-D de bajo costo.
Un vocero indicó que la empresa no podía garantizar que juguetes que los consumidores impriman por su cuenta sean seguros para los niños, un "tema que toda la industria deberá abordar y adoptar" a medida que el uso de impresoras 3-D se vuelva más popular en los hogares.
 
 
Por CLINT BOULTON Updated June 6, 2013, 7:06 p.m. ET by Wall Street Journal

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