miércoles, 26 de junio de 2013

Los promotores compiten por conquistar el cielo de Nueva York con sus rascacielos

 
 
El sueño de rascar el cielo está más cerca de los mortales. Al menos, en Nueva York, donde, al calor de la recuperación inmobiliaria, los promotores han abierto una guerra por construir la torre residencial más elevada y lujosa.


Los expertos sólo recuerdan algo similar en 1930, cuando el Empire State libró una dura pelea con el Chrysler Building para convertirse en la construcción más alta de la ciudad.
 
Ahora, el ritmo de la carrera hacia el cielo es tan frenético, que hasta los 381 metros del Empire se quedarán pequeños. Se producirá cuando se inaugure en 2015 el rascacielos del número 432 de Park Avenue, que, dentro del sector residencial, será el mayor edificio de Nueva York y de todo occidente. Si se incluye el mercado comercial, será la segunda torre más elevada de la Gran Manzana tras el recién estrenado World Trade Center, dedicado a oficinas.
 
 El hito será posible gracias a los 420 metros del 432 Park Avenue, distribuidos en 147 apartamentos que contarán con salas de cine privadas, bodegas climatizadas o instalaciones de golf. Amenidades que se suman a las de los alrededores, pues la torre, que queda a la altura de la calle 56, está a dos minutos de las tiendas más elitistas de la Quinta Avenida o del icónico Hotel Plaza.
 
El One57
 
El 432 de Park Avenue quitará así el récord de altura a una construcción vecina situada sólo dos calles al oeste: al One 57, en el 157 West 57 Street, que ni siquiera está aún totalmente edificado. Lo estará el próximo año, después de haber sufrido retrasos por la ruptura de una grúa tras el huracán Sandy. Tendrá 306 metros y 96 pisos, que, por ahora, también han marcado un hito de precios: 95 millones de dólares (72 millones de euros) por un duplex de 1.000 metros cuadrados.
 
Aunque tampoco el 432 de Park Avenue podrá cantar victoria durante mucho tiempo, pues en 2018 le quitará el récord otra construcción vecina. Se trata del 227 West 57 Street, esta vez sólo cuatro cuadras al oeste, en Broadway con la calle 57. Por ahora, los promotores tan sólo tienen bocetos de este gigante, que promete ser una torre de infarto si aprovecha su permiso para levantar 472 metros.
 
Esa altura ha costado un buen pellizco, pues los dueños ha tenido que comprar los derechos del aire de las propiedades adyacentes, un concepto ideado por las autoridades neoyorquinas para compensar el efecto (sobre todo luminoso) que produce el nuevo rascacielos en sus vecinos. Es parte del peculiar mercado de la ciudad, que permite vender la altura no construida y autorizada a edificios colindantes para sacar beneficios.
 
RENTABILIDAD
 
Por ahora, muchos dudan que 227 West 57 Street renuncie a sus privilegios. Ser la torre residencial más alta no sólo da un codiciado título, prestigio y fabulosas vistas. Además, asegura mayores retornos sobre la inversión, gracias a las cantidades desembolsadas por grandes fortunas de países emergentes y por magnates de Wall Street. Por ejemplo, en el 432 Park Avenue los precios oscilan entre los 20 y los 85 millones, coste de un ático que, con su visión panorámica de 360 grados, situará a su dueño más cerca del cielo.
 
 
Los nuevos invitados al ‘skyline’
 
CUATRO TORRES
 
Hay cuatro grandes torres en construcción. El One57, el 70 Pine St., el 432 Park Ave. y el 227 West 57 St. Estos dos últimos serán más altos que el Empire State.
 
AÑO 2014
 
Acabarán las obras del One 57 (306 metros). Arrebatará el récord de torre residencial más alta al «8 Spruce St».
 
AÑO 2015
 
Retirarán los andamios dos torres: 432 Park Avenue, cuyos 420 metros quitarán al One 57 el título de la torre más elevada. Y el 70 Pine Street, de 290 metros.
 
AÑO 2018
 
Es el año previsto para que finalice la construcción del 227 West 57 St. (472 metros). El plan es aún provisional.
 
 
Un largo proceso
 
PASOS
 
La construcción de los rascacielos implica un largo proceso. Una de las fases más arduas es hacer una profunda excavación en el suelo para edificar los cimientos.
 
AMORTIGUADORES
 
Gran parte de las torres deben usar amortiguadores para compensar el efecto del viento.
 
BUROCRACIA
 
Hay que solicitar múltiples permisos. Destaca el de la Administración de Aviación Civil, que debe certificar que el edificio no supone un peligro para el tráfico aéreo.
 
ASCENSORES
 
Un punto clave es instalar ascensores rápidos con generadores para prevenir los frecuentes apagones.


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