miércoles, 16 de marzo de 2022

La venta masiva de acciones chinas evoca a 2008 y deja temblando a las tecnológicas

Foto: Reuters


  • Las bolsas de China están pagando la ambigüedad con la invasión rusa
  • China se enfrenta a un 'nuevo caso Huawei' por las sanciones de EEUU
  • La Regla de Producto Directo Extranjero requiere permisos para vender



Otra mala jornada para la renta variable china. Ni los buenos datos de consumo e inversión que confirman que la economía de China ha empezado el año mejor de lo previsto han conseguido reanimar a las bolsas del gigante asiático, que han sumado una nueva sesión de fuertes descensos. Tras las caídas está el nuevo brote de covid que ha llevado a confinar de nuevo varias ciudades y a paralizar la actividad a muchas empresas, con millones de ciudadanos afectados, pero la pandemia no es la única explicación. Los lazos de Pekín con Moscú y la ausencia de condena del país oriental a la invasión rusa a Ucrania ponen en gran riesgo su mercado, especialmente el tecnológico.

La incertidumbre sobre el efecto de las sanciones a Rusia han llevado al Hang Seng tecnológico de Hong Kong a cotizar en su nivel más bajo desde 2016. En lo que va de año, la bolsa pierde un 16,5% en el selectivo de Hong Kong y un 15% en el del indicador continental en comparación en el 13% que cede la bolsa europea o el 12,5% del S&P 500. Solo corrige más que ella en el año el Nasdaq 100, que pierde el 19,5% desde enero.

A medida que avanza la guerra en Ucrania, la situación de China es cada vez más comprometida. La ausencia de una condena al ataque de Rusia y noticias como la petición de Rusia de ayuda militar al gobierno de Xi Jinping, incluyendo drones o sistemas de espionaje, pone al gigante asiático en cuestión ante la mirada internacional. 

En su análisis de esta cuestión para Bloomberg, el inversor Mark Mobius apuntó a que la decisión de Washington de extender las sanciones a empresas chinas que hacen negocios con Rusia es la mayor preocupación para los inversores: "Debemos recordar cuánto dinero han perdido ya los inversores que tenían importantes cantidades de acciones en Rusia y luego los que perdieron dinero en las acciones chinas afectadas por la represión del gobierno chino".

"Podría ser peor que la crisis financiera de 2008"

No puede quedar al margen de la explicación de la venta masiva de acciones chinas, especialmente en el sector de la tecnología, la presión regulatoria que no descarta una posible exclusión de las bolsas de EEUU. Si ya a mediados del año pasado, la persecución de Pekín a las acciones chinas en EEUU preocupaba a los expertos, el escenario actual eleva el riesgo.

A esta guerra fría tecnológica se suman la guerra iniciada por la vecina Rusia y las sanciones a la acción de Vladimir Putin, que, de no ser respetadas por China, afectarán también al gigante asiático. Aún resuenan los ecos de las sanciones que EEUU aplicó en 2020 para prohibir que las empresas estadounidenses no pudieran trabajar con Huawei sin una licencia especial.

China, ante la encrucijada de las exportaciones de  tecnología made in USA

Ahora, en respuesta a la invasión y para impedir el acceso a Rusia de alta tecnología, EEUU ha activado para todo el país la Regla de Producto Directo Extranjero (FDPR), la misma que se usó con Huawei, que requiere de un permiso específico para exportar a Rusia cualquier producto tecnológico que incluya componentes estadounidenses. Es decir, para comercializar con el Gobierno de Rusia (no incluye el comercio si es para civiles) productos que contengan, por ejemplo, software o semiconductores fabricados en EEUU, los países deberían solicitar permiso.

Países aliados de EEUU, entre los que están todos los que componen la UE o Japón han mostrado su compromiso público con las sanciones, no así China, que vuelve a significarse ante Occidente al no abrirse a romper su relación bilateral con Rusia; esta encrucijada pone en juego su desarrollo estratégico en el campo de la alta tecnología.

Aunque el gigante asiático es el mayor proveedor de semiconductores y productos electrónicos de consumo de Rusia, China no tiene la capacidad para desarrollar semiconductores de alta gama para seguir nutriendo a Rusia sin utilizar componentes de EEUU y cualquier intento de ayuda en este sentido sería considerado un incumplimiento de la sanción.

La 'burocracia' puede ser una vía de escape. No solo se necesita número de clasificación de control de exportaciones (ECCN) para comprobar si el producto está bajo la FDPR sino que controlar las exportaciones no es sencillo porque no todos los fabricantes realizan una clasificación de sus productos, recoge Nikkei Asia, por lo que el cruce se vuelve complicado.

A principios de marzo, EEUU ya avisó de que intentar evadir estos controles podría acarrear fuertes sanciones, pero China no mueve ficha para contentar a Occidente y la negativa está repercutiendo sobre las empresas de su territorio, como demuestran las últimas sesiones bursátiles.

"El sector de la tecnología seguirá sufriendo los desafíos de la regulación, además del riesgo de exclusión de la bolsa de EEUU y la penalización de las acciones de crecimiento a medida que las tasas continúan normalizándose", indica a ese mismo medio César Pérez Ruiz, director de inversiones de Pictet Wealth Management.