domingo, 6 de octubre de 2024

Este país de Europa no sabe qué hacer para frenar el turismo: tiene tres veces más turistas que habitantes


Una calle de Viena | EFE



El número de visitantes que recibe cada año ya supera al de personas que habitan el país. Las opiniones al respecto son muy dispares y ya ha habido protestas




Austria, un destino famoso por sus paisajes alpinos y sus ciudades llenas de historia, enfrenta un desafío inesperado: su éxito turístico. Con una población de alrededor de 8,9 millones de habitantes, este país recibe anualmente a 32 millones de turistas, lo que significa que por cada residente hay más de tres turistas, un desequilibrio que está generando problemas en algunas de sus regiones más visitadas.

Ciudades como Viena o Salzburgo atraen a millones de personas cada año gracias a sus monumentos, como el Palacio de Schönbrunn o la Ópera de Viena, mientras que las estaciones de esquí de los Alpes hacen de Austria un destino de interés en cualquier época del año. Sin embargo, esta masiva afluencia de visitantes ha comenzado a desgastar la infraestructura de algunas áreas, y los efectos se notan sobre todo en los pequeños pueblos, como Hallstatt, que se ha convertido en un ejemplo del problema del "sobreturismo".

Hallstatt, con apenas 700 habitantes, es conocido por su belleza de cuento de hadas y por haber sido una de las inspiraciones para la película de Disney Frozen. Cada día, miles de turistas invaden sus estrechas calles y miradores, saturando el lugar. Los residentes, agobiados por la gran cantidad de visitantes, han tomado medidas drásticas, como la instalación de vallas en los miradores más populares para evitar que los turistas permanezcan demasiado tiempo en las áreas más congestionadas.



El exceso de turistas no solo afecta a Hallstatt, sino también a otros destinos austriacos. Aunque el turismo es una de las principales fuentes de ingresos del país, con el incremento de visitantes han surgido tensiones. El pequeño pueblo vio un aumento de hasta 10.000 visitantes por día antes de la pandemia, lo que llevó a las autoridades locales a implementar un límite en el número de autobuses turísticos que pueden acceder al área.


Los habitantes piden que se regule

A pesar de los intentos por controlar la situación, las redes sociales y la fama que lugares como Hallstatt han adquirido, continúan impulsando el turismo a niveles insostenibles. En respuesta, los residentes han realizado manifestaciones pidiendo un control más estricto sobre el número de turistas permitidos.

Viena, por otro lado, parece más preparada para manejar estas grandes cantidades de visitantes. Con una infraestructura de transporte público eficiente y amplias áreas turísticas, la capital puede absorber mejor el flujo turístico. Sin embargo, en las áreas rurales y en las pequeñas localidades, el turismo masivo está afectando la vida cotidiana de los residentes, lo que ha llevado a una creciente demanda de regulación.

Austria, con su rica oferta cultural y natural, seguirá siendo un imán para los turistas, pero el reto ahora es encontrar un equilibrio que permita mantener su atractivo turístico sin comprometer la calidad de vida de sus ciudadanos.