Foto from teleshownoticia.blogspot.com
Hace poco menos de dos años era Stefani Germanotta, una completa desconocida que vivía a duras penas de lo que sacaba trabajando de go-go y cantante en los clubes de la zona baja de Nueva York. En tan sólo unos meses, Lady Gaga ha conseguido hacerse con un nombre que ha llegado a todos los rincones del planeta y una fortuna de dimensiones extraordinarias.
Sus claves del éxito son llamar la atención, reinventarse cada día y generar controversia. Atrás quedan imágenes de su particular estilo irreverente como la máscara del carnaval veneciano con la que saludó a la reina Isabel de Inglaterra, o su ropa interior con ametralladoras en los pechos o el curioso traje de burbujas que llevó de atuendo en una entrega de premios.
Sin embargo, el motor que da vida a toda su marca es la capacidad de penetración en las redes sociales. Y es que Lady Gaga ha sido el primer fenómeno de masas que se ha hecho grande gracias a Internet. En un tiempo récord ha conseguido tener a siete millones de seguidores en Twitter –más que Barak Obama- y 24 millones de fans en Facebook. Su videoclip Bad romance ha sido el vídeo más visto de la corta historia de Youtube con 316 millones de impactos, superando en apenas unos meses a la todopoderosa Madonna. AdAge, la publicación especializada en mercadotecnia y publicidad, ya ha mostrado su estupor por cómo se está desarrollado el fenómeno. Y su imperio parece no tener freno.
En un momento en el que la industria discográfica se tambalea, la artista ha vendido 20 millones de discos y más de 50 millones de canciones en Internet, y ha resucitado el formato del videoclip con más de 1.000 millones de impactos con sus vídeos. “No es la nueva Madonna, es un nuevo modelo de la industria musical”, asegura Forbes.
Este cóctel viral ha hecho que la artista de tan sólo 24 años se haya convertido en la cuarta celebridad más poderosa de la lista de Forbes con un valor estimado en los 62 millones de dólares, una cifra que va en aumento tras el interés de numerosas marcas de asociar la imagen de la diva de las pelucas a sus productos. Las firmas de maquillaje MAC y Estée Lauder, o las tecnológicas HP o Polaroid, ya han comprobado la efectividad de este icono social en sus cuentas.
Tras su exitoso paso por Barcelona, ahora el fenómeno llega a Madrid para seguir incrementando su negocio. Su show multimedia Monster Ball Tour pretende sacar una recaudación cercana a los 200 millones de dólares a nivel mundial, una cifra desorbitada para una gira musical. Que siga el show.
Por A. Laso from cotizalia.com 11/12/2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.