Foto from tribunalatina.com
La oleada de suicidios que se registra entre los guaraníes de Brasil es la más dramática consecuencia de la desesperación de un pueblo que ha visto como su mundo se destruía a su alrededor. Expoliados de sus tierras, asesinados a tiros, malviviendo en chabolas, los guaraníes son un claro ejemplo de cómo la destrucción de la naturaleza ha llevado pareja el genocidio de un grupo indígena.
Así lo denuncian la ONG Survival Internacional, con motivo de la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos, en dos nuevos cortos documentales que recogen testimonios estremecedores de algunos de sus líderes e imágenes en las que la cámara recorre las tierras arrasadas por los cultivos de soja y caña de azúcar y la ganadería, en las que vivieron hasta hace unas décadas.
En el corto 'Hay que ser valiente' se pone de manifiesto la determinación de los guaraníes por recuperar sus tierras.
El segundo vídeo, 'Los pistoleros', expresan su ira y su miedo ante los asesinos a sueldo que contratan los terratenientes que se han apoderado de sus tierras y que les disparan. Una de las mujeres lo dice con claridad: "Imagina las balas de los pistoleros volando por todas partes por la noche podrían alcanzar a un niño, a una mujer, a cualquiera. Y mientras, los terratenientes son felices con sus familias en sus casas".
Entre los que ya han muerto tiroteados figura su líder Marcos Veron, reconocido a nivel internacional, que fue asesinado en 2003 después de regresar a sus tierras ancestrales. Los culpables aún no han sido detenidos.
Condiciones miserables
Ahora, miles de guaraníes viven ahora en condiciones miserables en campamentos improvisados en la cuneta de carreteras o en reservas superpobladas. El pasado mes de noviembre, Deborah Duprat, la Fiscal General Adjunta de Brasil, describió la reserva de Dourados, como "posiblemente la mayor tragedia que afecta a un pueblo indígena en todo el mundo".
También el ganador del Premio Nobel Alternativo, el obispo Erwin Kräutler, se ha referido a su situación como "un genocidio cruel que el Gobierno está ignorando a pesar de que está sucediendo ante sus ojos".
"Nos han robado nuestras tierras, han destruido la naturaleza, han contaminado nuestros ríos, han manchado nuestra tierra con la sangre de mi pueblo. Pero no han conseguido destruir nuestra lengua, nuestras plegarias, nuestra cultura, nuestra historia ni nuestra resistencia", asegura el portavoz guaraní Anastácio Peralta, que se encuentra en Europa para reclamar apoyo para su pueblo.
Fuentes de Survival recordaban, con motivo del Día de los Derechos Humanos, que "hay guaraníes que viven sin acceso a agua potable en chozas de lona al borde de autopistas y otros están atrapados con poca comida en medio de miles y miles de kilómetros de campos de caña de azúcar. Las autoridades brasileñas deben asegurar el futuro de los guaraníes garantizando su derecho fundamental a vivir en sus territorios ancestrales.
Por Rosa M. Tristán from elmundo.es 11/12/2010
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