Un vendedor con réplicas de las acciones de Bre-X, en el corazón financiero de Toronto en 1997. Reuters
- Llegó a valer 6.000 millones sin encontrar un solo gramo de oro
- Un geólogo falsificó las muestras rascando su alianza de boda
- Insider trading, suicidios y huidas a las Bahamas en el cóctel
Bre-X y Michael de Guzmán. Dos nombres que recordarán los más veteranos y que son la clave de quizá el mayor fraude en las materias primas que se conozca. De cómo unas fotos de un simple anillo de boda acabaron por construir un 'imperio' de papel con un valor de 6.000 millones de dólares. Una historia que conjuga fraude, oro, muerte y, como secundario de lujo, a Lehman Brothers.
Bre-X fue una compañía canadiense, fundada por David Walsh en 1989, sin actividad ni beneficios conocidos. Era una de esas compañías denominadas penny stocks por valer menos de 1 dólar, muy pequeñas y especulativas. Su fortuna pareció cambiar en 1993, cuando fueron aconsejados por el geólogo John Felderhof, famoso por haber descubierto una mina de oro en Papúa Nueva Guinea, compra unas tierras en plena jungla de Borneo, Indonesia, cerca del río Busang.
Felderhof, un buscador de oro de la vieja escuela nacido en Holanda pero criado en Canadá, que llegaría a ser vicepresidente de Bre-X, aseguraba haber encontrado el preciado metal en esas tierras, a pesar de que otras grandes mineras lo habían buscado infructuosamente. Sus afirmaciones se basaban en las muestras obtenidas por Michael de Guzmán, también geólogo y buscador de oro.
El mayor depósito de oro del mundo
Las primeras estimaciones hablaban de 136.000 libras de oro en la mina, una cifra que para 1995 era de 2 millones y 1997 era de 5 millones de libras. El descubrimiento atrajo el interés de Wall Street, y en una conferencia con inversores de JP Morgan (principal asesor financiero de la compañía), Felderhof sugirió que podría haber hasta 13 millones de libras bajo las tierras compradas en Borneo por Bre-X, con un valor estimado en el mercado 70.000 millones de dólares. Era el mayor depósito de oro del mundo.
La reacción en bolsa fue la esperada: la compañía pasó de cotizar a 30 centavos por acción antes de comprar las tierras de Borneo a rondar los 250 dólares, dándole un valor de mercado que se acercaba a los 6.000 millones de dólares. El hoy desaparecido Lehman Brothers no dudó en calificar la mina indonesia "el descubrimiento de oro del siglo" en diciembre de 1996, aunque el valor ya comenzaba a caer. La compañía había saltado de la pequeña bolsa de Alberta a la bolsa de Toronto, y de ahí al lugar donde todo el mundo quería estar: el Nasdaq estadounidense, donde apareció en agosto de 1996.
Parte de la fiebre venía por el boom por entonces con las compañías mineras canadienses, que obtenían fondos rápidamente para financiar exploraciones desde la URSS hasta Perú, como recordaba la revista Business Week a finales de los 90. Pero Bre-X era otra cosa, todas las cotizadas querían ser "el próximo Bre-X".
Indonesia quiere su parte
Como era de esperar, tamaño descubrimiento no podía pasar desapercibido para las autoridades. En 1996, el presidente indonesio Suharto, poco antes de su caída y en su día calificado como el hombre más corrupto del mundo por Transparencia Internacional, quiso su parte del pastel.
El gobierno paralizó los permisos alegando que Bre-X era demasiado pequeño y finalmente llegó a un acuerdo para repartirse los beneficios con la empresa y una tercera compañía, la minera Freeport, que se encargaría de verificar que realmente existía el oro prometido. La fiebre aumentaba, y Freemont ganó la batalla a otras grandes mineras como Barrick Gold.
Imagen de la 'mina' en la isla de Borneo. Reuters
El problema es que no había prácticamente nada de oro, como descubrió Freemont en cuanto realizó sus primeras exploraciones en marzo de 1997. De Guzmán había estado falsificando las muestras desde el principio, primero con virutas de oro de su propio anillo de boda, después con materiales obtenido mediante el bateo en la propia zona.
Otros geólogos y expertos dudaron de sus muestras, ya que las formas no eran las naturales y las muestras demasiado pequeñas. No había forma de verificarlas ya que las rocas siempre se pulverizaban, no se partían por la mitad como se suele hacer para que otros comprobaran el descubrimiento.
Suicidio y crash
Pero Wall Street 'compró' el descubrimiento. Y no solo ellos, grandes inversores institucionales, como el fondo de pensiones de los profesores de Ontario o cajas de ahorro nacionales entraron. Bre-X era el orgullo de Canadá.
El escándalo estalló rápidamente. En febrero de 1997, el gobierno de Indonesia había cerrado el acuerdo: se creaba una joint-venture en la que Bre-X tendría el 45%, Indonesia un 40% y Freeport un 15%. Enseguida se vio que el oro no existía.
Poco después, de Guzmán se tiraba de un helicóptero de camino precisamente a una reunión con Freeport, en unas condiciones nunca aclaradas. La policía dictaminó que se trató de un suicidio, pero desde entonces se han sucedido todo tipo de rumores sobre el suceso, desde el asesinato hasta el montaje. Los pequeños mercados de valores de Vancouver y Alberta vivieron sus peores jornadas desde el crash de 1987.
Lo que no ha quedado nunca claro es quién fue el responsable verdadero del fraude. Muchos acusan a de Guzmán, pero Felderhof también es sospechoso: vendió acciones de Bre-X por valor de 80 millones de dólares poco tiempo antes de destaparse el escándalo. Fue el único acusado por información privilegiada, pero finalmente fue absuelto. ¿Sabían algo de la trama Bre-X y su fundador, David Walsh? Él y su esposa vendieron acciones por valor de cerca de 30 millones de dólares entre abril y septiembre de 1996. Poco después se trasladó a las Bahamas, aunque murió dos años después por un aneurisma.
Muchas preguntas, pocas respuestas. Lo único claro es que el gran fraude se sustentó en unas virutas rascadas de un anillo de boda, y que la fiebre del oro, con la inestimable colaboración de Wall Street, hizo el resto. Bre-X despareció en 2002.
25/09/2015
http://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/7027832/09/15/BreX-el-gran-fraude-del-oro-que-comenzo-con-las-virutas-de-un-anillo-de-boda-.html
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