Un exitoso documental de Netflix vincula las plataformas 2.0 a las adicciones o la desinformación y Facebook saca las uñas y se defiende
Desde que el 9 de septiembre Netflix empezó a emitir El dilema de las redes ( The social dilemma es el título original en inglés), miles de usuarios de los medios 2.0 se comportan de un modo distinto en internet. O, al menos, se formulan más preguntas antes de subir una fotografía en Instagram, recomendar un vídeo en YouTube, escribir una respuesta en Twitter o, simplemente, activar el botón me gusta en Facebook.
El objetivo del director de este docudrama, Jeff Orlowski, es claro: alertar a la población de los graves riesgos que entrañan estas plataformas. En la película, convertida en pocas semanas en fenómeno audiovisual, las entrevistas y el análisis de tendencias se combinan con las animaciones y las recreaciones llevadas a cabo por actores para mostrar los efectos de la adicción digital en los adolescentes.
Sin concesiones a las voces favorables a las redes, el filme revela la supuesta sumisión de los internautas
El catálogo de perjuicios asociados a los gigantes tecnológicos que se presenta en poco más de una hora y media va de los suicidios a la desinformación, pasando por una manipulación sin freno ni pausa, en la que los ciudadanos quedan relegados a la subcategoría de proveedores de material para que las grandes corporaciones de Silicon Valley aumenten su poder y su volumen de negocio. Algo así como el dominio aterrador de la inteligencia artificial sobre la humana.
La producción, estrenada en la edición del 2020 del Festival de Sundance, ofrece demoledoras declaraciones de expertos, académicos y profesionales del sector, la mayoría, arrepentidos por su pasado laboral. Entre ellos, destacan la directora de política de investigación del instituto AI Now, Rashida Richardson; la doctora Anna Lembke, de la Universidad de Stanford (Estados Unidos); el exdiseñador ético de Google, Tristan Harris; o Justin Rosenstein, uno de los técnicos de Facebook que, antes de abandonar la compañía, diseñó la función del like .
Este largometraje norteamericano sin concesiones a las voces favorables a las redes revela la supuesta sumisión, ignorante y acrítica, de internautas de todo el mundo. Pero, en especial, el guión se esmera en vincular la gestión de estas páginas al capitalismo de vigilancia –o la mercantilización de los datos personales–, las teorías de la conspiración y la emergencia de colectivos como los supremacistas y racistas blancos o los terraplanistas.
Espacios como Twitter o Facebook paradójicamente han acogido valoraciones muy positivas por parte de espectadores que han confesado su estupor ante lo que se cuenta en El dilema de las redes . Lo que explica Orlowski abunda en lo que previamente se expuso en libros como Behind the screen , de Sarah T. Roberts; Black software , de Charlton D. McIlwain; Reset , de Ellen K. Pao; Antisocial media , de Siva Vaidhyanathan; o Algorithms of opression , de Safiya Umoja Noble.
La popularidad del documental ha alcanzado tal magnitud que los responsables de Facebook han emitido un comunicado para corregir los errores en los que presumiblemente incurre el filme. En su nota, aclaran que la empresa “trabaja con algoritmos para mejorar la experiencia de las personas que emplean nuestras aplicaciones, como cualquier app de citas, Amazon, Uber y muchas otras orientadas al consumidor, con las que la gente interactúa todos los días”. Y añaden: “Eso incluye Netflix, que utiliza un algoritmo para determinar quién cree que debería ver El dilema de las redes y luego se la recomienda”.
Lo cierto es que Facebook eliminó más de 22 millones de discursos de incitación al odio solo en el segundo trimestre del 2020, y el 94% de estos mensajes fueron detectados antes de que alguien ajeno a la compañía se lo comunicase. Mientras los portavoces del imperio de Mark Zuckerberg insisten en que los contenidos falsos “que tienen el potencial de contribuir a la violencia inminente, el daño físico y la supresión de votantes se borran por completo, también los referidos a la Covid-19”, la película sigue acumulando reproducciones.