martes, 22 de noviembre de 2011

La falta de jabón significa enfermedad y muerte para millones de niños


Foto from CNN.com

Un ONG recolecta barras de jabón usadas en diferentes hoteles para ayudar a erradicar enfermedades en países en desarrollo.
 Fatoma Dia se sigue sorprendiendo cuando, al realizar la limpieza de una habitación en el hotel Hilton, ve en la repisa del baño una barra de jabón que apenas se utilizó.
“De donde yo vengo, esto es muy valioso”, dice, mientras recoge la pieza con una mano enguantada y la coloca en un bote.
Dia, de 35 años, creció en una región montañosa del sur de Sudán, en donde el jabón puede costar más que un día de salario. Y debido a que algunas personas en esta región no pueden comprarlo, se enferman.
En todo el mundo, 2,400 millones de personas no viven en condiciones salubres, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Se estima que 1.5 millones de niños mueren cada año porque sus sistemas de inmunidad no maduran lo suficiente para poder combatir a las enfermedades diarreicas y respiratorias que se propagan en los ambientes contaminados.
Las enfermedades relacionadas con el suministro de agua contaminada y la mala higiene tienden a plagar a las regiones más pobres de África subsahariana, Centro y Sudamérica, Asia oriental y el Caribe. Enfermedades como el cólera pueden afectar repentinamente a los países, particularmente después de un desastre natural, cuando existe poca infraestructura de higiene para manejar la limpieza y la recuperación sustentable.
Haití es un ejemplo reciente. Un terremoto golpeó al país en enero de 2009, desde entonces muchos haitianos tuvieron que vivir en casas de campaña y usar agua contaminada. Los casos de cólera asolaron a la nación,y es un problema que aún continúa presente.
Las naciones políticamente vulnerables o los países que están en guerra también son un caldo de cultivo de enfermedades causadas por la mala salubridad. Las enfermedades tienden a propagarse más rápidamente cuando las personas se ven obligadas a vivir en campos para refugiados apretados y sobrepoblados en donde hay pocos o ningún inodoro.
Dia, quien dice que fue víctima de la persecución religiosa en Sudán, llegó a Estados Unidos hace varios años. Su enlace de inmigración le consiguió el trabajo que realiza ahora y que consiste en limpiar habitaciones de hotel. En su país natal, tuvo acceso al jabón. Pero llegar de un país con pocas condiciones de higiene a un hotel pulcro fue algo extraño.
“Para las personas que viven aquí puede ser difícil de entender porque es muy fácil lavarse, tienes todo a tu disposición, no tienes que pensar en eso. Ten en cuenta que aquellas cosas que haces todos los días pueden ser la tarea más importante del día para alguien más”.
Cada día que trabaja, Dia ocupa un tiempo extra durante su turno para recolectar de las habitaciones todas las barras de jabón que se han usado poco. Ella y el personal de limpieza en este hotel normalmente reúnen varios cientos de kilos de jabón cada mes.
Global Soap Project, una organización sin fines de lucro que trabaja con más de 300 hoteles en todo el país, depende de su duro trabajo y del de muchos voluntarios más para recoger estas grandes cantidades de jabón que entregan en un centro de procesamiento cerca de Atlanta, en donde el jabón se selecciona, se limpia, se reprocesa y después se prueba para asegurarse de que no exista un solo rastro de bacterias. Después las barras se cortan en pedazos más pequeños y se envían a naciones como Haití, Kenia, Suazilandia y Uganda.
El fundador de Global Soap Project, Derreck Kayongo, es un refugiado de guerra de Uganda y es uno de los diez finalistas de Héroes de CNN de 2011.
“Me sorprendí con sólo conocer la cantidad (de jabón) que se tira al final del día. Cada año, cientos de millones de barras de jabón se desechan tan sólo en Norteamérica. ¿Realmente tiramos tanto jabón a expensas de otras personas que no tienen nada? No suena nada bien”, dice Kayongo.
Los niños son la clave
En los últimos años, organizaciones internacionales de salud, incluida la OMS y el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) lograron proporcionar una mejor higiene en regiones necesitadas y enseñaron a las personas la importancia de lavarse las manos. Desde julio de 2010, más de 40 países y regiones iniciaron campañas para la higiene de las manos, de acuerdo con la OMS.
“Parece tan simple, agua y jabón. Pero imagina que nunca te enseñaron a usarlos. Para nosotros, lavarte las manos es algo que haces sin pensar. Pero en algún momento de la historia estadounidense, en la primera parte del siglo, tuvimos que construir y mejorar nuestra infraestructura de agua”, dice el doctor Eric Mintz, quien dirige al equipo de Global Water, Sanitation, and Hygiene Epidemiology (Agua Global, Sanidad e Higiene Epidemiológica) del CDC.
Mintz ha trabajado en el campo de enfermedades transmitidas por el agua durante 22 años, se especializó en el tratamiento del cólera, la disentería y la fiebre tifoidea. También ha participado en proyectos de difusión del tema en niños.
“Los niños a menudo son más receptivos que sus padres o que otros adultos porque no nos sienten como extraños que los juzgan y les dicen que viven mal. Los adultos se sienten menos amenazados cuando sus hijos, inocentemente en casa, les enseñan lo que aprendieron. El cambio en los hábitos de la comunidad empieza con los niños”, dice Mintz.
Mensajes llenos de color sobre la limpieza
Mintz y otros expertos en el cuidado de la salud también destacan la efectividad de publicar pósteres con colores brillantes en lugares públicos para promover el lavado de manos frecuente. Muchos señalan que el reciente éxito del Día mundial para lavarse las manos se produjó principalmente porque se dirigió a los niños en escuelas de países en desarrollo. La campaña fue brillante, alegre y con un logotipo fácilmente reconocible, y su página web ofrece herramientas para usar en los salones de clase y en centros comunitarios.
En Ghana, en donde los niños sufren hasta 35 episodios de diarrea e infecciones respiratorias cada año, los menores celebraron el Día mundial para lavarse las manos y actuaron en obras de teatro sobre ello.
En Somalia, las instalaciones para lavarse las manos se ubicaron en clínicas de cuidado de salud y en escuelas. Un enorme avance en una región devastada por la guerra, que sufre por la falta de agua potable y por la sobrepoblación en campos y asentamientos de desplazados.
Los anuncios de radio alentaban a las buena higiene y disiparon mitos sobre las enfermedades que surgen por las malas condiciones sanitarias. Una niña somalí de 9 años escribió en un ensayo donde explicó que pensaba que la diarrea era un “castigo de Dios” hasta que escuchó otra cosa en la radio.
En Pakistán, un nuevo personaje de dibujos animados que se llama Sabu ayudó a enseñarle a los niños la importancia de lavarse las manos con jabón.
Este año la campaña se centró en Haití. Más de 400,000 personas se enfermaron de cólera desde que apareció la enfermedad en octubre de 2010.
En una escuela de Puerto Príncipe que reconstruyó la UNICEF, los niños aprendieron la pegajosa frase: “¡Buenos días, agua! ¡Buenos días, jabón! ¡Adiós, microbios!”. Después cantaron sobre porqué es importante lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño. También practicaron el lavado de manos, un hábito que Global Soap Project espera que mantengan después de haber mandado una gran cantidad de jabón al país.
Fatoma Dia recuerda a su propia hija de 15 años cuando piensa en los niños cuyas vidas se pueden salvar con su simple tarea de recoger jabón todos los días.
“Sé que hay pequeños a quienes cuidar y que necesitan esto. Estoy orgullosa de esto. Estar tan lejos, pero saber que estoy con mi gente de esta manera, me hace feliz”.

Por Ashley Fantz   from CNN.com  19 de noviembre de 2011

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