Es posible tener demasiado de algo bueno? Mientras muchos gobiernos occidentales
pasan las noches en vela preocupados por sus déficits, China tiene el problema
contrario.
Gracias a su éxito con las exportaciones, China es el país con más reservas
en moneda extranjera, que constantemente están en aumento y actualmente alcanzan
los US$3,44 billones.
Eso es US$3.440.000.000.000, con todos los ceros, o básicamente el valor de
toda la economía alemana.
La composición de las reservas de divisas es un secreto de Estado, pero un
informe del diario China Securities Journal reveló hace unos años que 65% eran
dólares estadounideneses, 26% euros, 5% libras esterlinas y 3% yenes.
China es el mayor acreedor de deuda pública estadounidense después del banco
central de ese país, la Reserva Federal.
El gigante asiático también tiene deuda soberana europea, pero quizás no
tantos bonos de los países periféricos en problemas como a los gobiernos de la
eurozona les gustaría.
En el momento más duro de las crisis del euro, la moneda única subía en su
valor respecto al dólar con cualquier señal, declaración o rumor de que China
estaba planeando comprar bonos de la zona euro.
La otra cara de la moneda
Probablemente puede pensarse que un superávit como el chino es algo positivo.
Pero, según autoridades del Banco Popular de China, como el vicegobernador Yi
Gang, es algo que está planteando un problema debido a la tasa de cambio
fija.
Mantener las reservas es una forma de proteger la moneda de un país de
posibles ataques, pues venderlas puede ayudar a mantener el valor de la moneda.
Esa fue la lección que los bancos centrales aprendieron de la crisis financiera
asiática.
Para China, el yuan fluctúa en una estrecha franja del 1%, por lo que las
reservas son muy útiles. Pero no está claro cuántas necesita exactamente el
país.
La preocupación no es sólo que el dólar estadounidense o el euro se deprecie,
sino que las reservas aporten demasiado dinero en efectivo a la economía. Y eso
lleva a un incremento de los precios, incluyendo al de la vivienda.
Cuando un banco central acumula reservas, emite dinero en efectivo (en este
caso yuanes) para comprar dólares, euros, libras y yenes que añade a sus
reservas.
Para evitar que ese dinero genere inflación, el banco central "esteriliza"
sus acciones retirando la cantidad equivalente de su economía. Para ello, paga
intereses en dinero que los bancos comerciales vuelven a depositar en el banco
central, de forma que les incentivan a dejar su efectivo allí.
La técnica de la "esterilización" suele ser incompleta ya que los bancos
optan por conseguir mejores beneficios en cualquier lugar antes que dejar el
dinero en el banco central.
China lo hace mejor que otros países ya que tiene un sistema bancario estatal
de gran tamaño que tiende a hacer lo que se le pide. Sin embargo, las reservas
todavía son una fuente de exceso de dinero o liquidez.
Lo que quiere China
Más aún, el problema chino se ve agravado por la preocupación de que el banco
central puede no estar teniendo beneficios suficientes por esas reservas, ya que
los réditos (o tasas de interes) sobre los bonos estadounidenses o europeos son
bajos.
A cambio, China está usando sus reservas para financiar la inversión
extranjera. El país quiere comprar activos reales como puertos, servicios
públicos, recursos naturales, tecnología y compañías financieras.
Y esto tiene dos beneficios para China.
Por una parte, se tiene la esperanza de que las compañías del sector real
tengan mejores beneficios que los instrumentos financieros, pero también ayuda a
conseguir un objetivo económico más amplio: la construcción de las
multinacionales chinas.
Inversiones extranjeras
Las compañías globalmente competitivas podrían ayudarle a China a incrementar
su capacidad tecnológica y productividad. Esa es la clave del crecimiento
económico sostenido.
A China le gustaría seguir el ejemplo del enriquecimiento de otros países,
como Corea del Sur o Taiwán, y desarrollar marcas exitosas a nivel global, como
Samsung o HTC.
Ese fue el objetivo de China en 2000 cuando lanzó una política para la
globalización de sus empresas. La primera inversión en el extranjero tuvo lugar
en el curso 2003-04 en Europa, cuando la compañía china TLC compró a la francesa
Thomson. Desde entonces, la inversión directa china en el exterior ha crecido
exponencialmente alcanzando niveles récord.
El pasado mes de diciembre, por primera vez la inversión china mensual en el
exterior superó a la inversión extranjera en China. Este cambio es un indicador
típico de que un país ha alcanzado un cierto nivel de desarrollo económico.
Las empresas estatales han invertido en el exterior durante más de tres
décadas y continuarán haciéndolo. La mayor compañía de servicios públicos del
mundo, la estatal china State Grid, acaba de anunciar una segunda incursión en
el mercado energético australiano.
Pero la inversión en el exterior es variada. No se trata sólo de recursos y
energía. Las principales regiones para la inversión son otras partes de Asia,
seguido por América Latina y Europa.
Linda Yueh BBC Última actualización: Domingo, 26 de mayo de 2013
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