sábado, 27 de marzo de 2021

Que un mal 2021 no empañe la historia: ¿Por qué el oro ha sido el activo refugio más importante durante siglos?

 



  • El metal está siendo cuestionado como cobertura para la renta variable
  • El horizonte de recuperación tras el covid-19 lo está empujando a la baja
  • Durante siglos el metal amarillo se ha erigido en el depósito de valor favorito


El oro ha empezado 2021 con mal pie. Tras un espectacular 2020 en el que el lingote alcanzó un máximo histórico por encima de los 2.000 dólares en medio de la incertidumbre por la pandemia, este año cae más de un 8% y son varios los vientos en contra que el metal precioso enfrenta.

No es solo que el horizonte de recuperación lo empuje a la baja, como dicta la teoría, sino que se viene gestando en ciertos ámbitos un cierto cambio de opinión sobre el hasta la fecha activo refugio por excelencia. Si unos han otorgado ese cetro a activos como las criptomonedas, otros se han dado cuenta ahora de que el oro no es la mejor cobertura contra la inflación ni para la renta variable mientras que no pocos se encargan de recordar que no devenga intereses ni reporta dividendos y que, si se compra físicamente, requiere un cuidado. ¿Por qué ha sido entonces tan importante durante siglos?

Por si la escalada de su precio en 2020 con las bolsas y el petróleo desplomándose tras el estallido de la pandemia en Occidente no es suficiente, basta con echar un vistazo a las últimas décadas para tener perspectiva de la importancia del oro.

Si el año pasado se tocaban los 2.000 dólares, en 1971 la onza estaba en 35 dólares (de los de entonces) y en 2009 rompía la barrera de los 1.000. Esto demuestra que en un mundo avanzado, digitalizado y muy diverso financieramente el oro ha seguido siendo clave frente a quienes lo consideran una suerte de reliquia propia de épocas pretéritas.

'Subidón' del precio del oro (en dólares, no ajustado a la inflación) desde los 70. Fuente: Macrotrends)


Precisamente en esas épocas, el aspecto reluciente del metal frente a otros y características añadidas como su resistencia a la oxidación lo convirtieron en valiosa pieza de intercambio. Las monedas de oro acuñadas surgieron alrededor del año 800 a.C. Poco a poco se fueron descubriendo nuevas ventajas del metal precioso a la vez que se tomaba consciencia de la dificultad de su extracción y de que era un recurso limitado. Si la rareza y la resistencia al paso del tiempo le dieron la fama y lo convirtieron en una de las joyas por excelencia, el ser maleable, un gran conductor de electricidad y tener posteriores aplicaciones en campos como la medicina, la electrónica o la ingeniería aeroespacial lo consolidaron.

Ante algo con tal valor intrínseco, era obvio que la idea de emplearlo de protección ante los vaivenes de la economía no tardaría en llegar. Así sucedió con dos fenómenos económicos como la deflación y la inflación. En el caso de la primera, la bajada generalizada de los precios no tenía por qué afectar a un oro al que la gente recurría en un escenario de incertidumbre. Y si acababa afectando, mantendría o ganaría poder adquisitivo al no bajar tanto como los precios. En el caso de la segunda, el precio del oro se disparaba al caer el de la moneda y mantener el metal su valor. El hecho de que una subida de los precios erosione a activos como las acciones o los bonos es lo que acabó convirtiendo al oro en una cobertura muy utilizada.

El 'ir por libre' del oro también lo convirtió en un activo con el que contar a la hora de diversificar cartera y hacer caso al dicho de 'no poner todos los huevos en la misma cesta'. El tener una correlación negativa con otros activos financieros, principalmente las acciones, le hizo coger protagonismo en las carteras de inversión. Como constatan desde ForexLive, si los 70 fueron buenos para el metal amarillo, las acciones en EEUU tuvieron un mal desempeño. Por contra, el salto entre los años 80 y 90 fue excelente para las acciones y terrible para el oro. En 2008, con la gran crisis, muchos operadores se pasaron al oro y el mercado de valores sufrió una fuerte caída.

Otra correlación inversa que ha espoleado al oro es la que mantiene con el dólar. Entre 1998 y 2008, el valor del billete verde disminuyó frente a otras monedas, y en ese momento, el valor del oro se disparó, haciendo ganar a las personas que lo poseían el triple de beneficios.

Otro elemento a destacar del oro es que ha mantenido su valor en momentos de incertidumbre geopolítica, y es que los operadores e inversores han huido hacia su relativa seguridad cuando han aumentado las tensiones mundiales. De hecho, tradicionalmente ha presentado mejores resultados durante estas situaciones frente a otras inversiones.

Además, existen economías estrechamente vinculadas al precio del oro. El aumento del precio puede ser fundamental para las economías productoras del metal como Sudáfrica, Australia y Canadá. Atisbar una pronta subida del oro puede ser un aliciente para invertir en las monedas de estos países, ya que presumiblemente irán al alza junto al metal amarillo.