- El BCE pide de forma oficial competencias para poder vetar a algunas stablecoins
- Tercero-Lucas: "Podrían limitar la capacidad de respuesta de la autoridad monetaria"
- La futura stablecoin de Facebook (Diem) es, por ahora, la gran amenaza para el BCE
Los bancos centrales en los países desarrollados tienen el control y el monopolio de la emisión de dinero (el activo predominante en todos los medios de pago), lo que a su vez les permite imponer la política monetaria que consideran adecuada, estableciendo el precio (tipo de interés) de ese dinero. ¿Qué pasaría si otro activo empieza recortar terreno al dinero (oficial) como medio de pago? El 'poder' de los bancos centrales podría verse amenazado, mientras que el sistema financiero se enfrentaría a importantes cambios y riesgos.
Esto que antes era algo casi impensable, ahora es cada vez una amenaza más real. El drástico descenso de los pagos en efectivo durante la pandemia del covid, el auge de otras formas de pago y la posible irrupción de nuevos activos que podrían competir con el dinero están llevando a los bancos centrales a buscar vías para mantener la estabilidad financiera (el control de la misma) en un entorno nuevo.
Aunque es lo primero que se viene a la cabeza, no es el bitcoin ni otras criptodivisas las que pueden amenazar a corto plazo el control monetario de bancos centrales consolidados como el BCE. Estos activos digitales aún están muy lejos de haber adquirido las propiedades del dinero (unidad de cuenta, medio de pago y depósito de valor), aunque es cierto que han hecho grandes progresos, sobre todo el bitcoin. La verdadera amenaza son las stablecoins que podrían llegar en el futuro, como es el caso de el Diem, la stablecoin impulsada por Facebook, anteriormente conocida como Libra.
"Debido a la gran base de clientes de Facebook en la UE, Diem, podría ser un medio de pago de amplia y de rápida adopción. Si las autoridades de UE permiten que Facebook emita Diem, los riesgos asociados, tanto para los usuarios como para la economía de la Eurozona, cambiarían", sostiene David Tercero-Lucas, investigador de Economía Aplicada de la Universitat Autónoma de Barcelona, en un trabajo que analiza el impacto de Diem en la zona euro.
El BCE pide capacidad de veto
Por ello, el pasado 19 de febrero, el BCE reclamó formalmente a los legisladores europeos la capacidad de veto sobre estos activos digitales. El banco central pide a los políticos europeos que le doten de las competencias necesarias para "poder denegar la autorización a un emisor de tokens, entre otras cosas, cuando el modelo de negocio del emisor pueda representar una amenaza grave para la estabilidad financiera, la transmisión de la política monetaria o la soberanía monetaria". Durante todo el texto se hacer referencia a las satablecoins y sus posibles riesgos para las funciones que desempeña el banco central y la estabilidad financiera.
Aunque la petición del BCE es de hace unos días, los discursos de los banqueros centrales sobre el futuro del dinero llevan tiempo mencionando a las stablecoins como una de las grandes amenazas para la política monetaria. Estas monedas digitales se caracterizan por estar respaldadas por divisas fuertes, como el dólar en el caso de el Diem. Su competencia puede suponer una amenaza para el funcionamiento del sistema financiero y de la política monetaria.
¿Qué son las stablecoins y por qué pueden ser una amenaza para la política monetaria?
David Tercero-Lucas explica en su trabajo que ahora mismo el marco regulador de la UE resume los medios de pago en tres categorías principales:
-La primera categoría son los fondos (o dinero de toda la vida): efectivo, depósitos bancarios y dinero electrónico. Estos medios de pago son emitidos o garantizados por una autoridad pública (bancos centrales y gobiernos) y, por lo tanto, tienen un valor fiduciario soberano, es decir, están denominados en unidades de cuenta soberanas (euros, dólares, libras...).
-La segunda categoría son las monedas virtuales (criptodivisas), que no están emitidas ni garantizadas por las autoridades públicas y, por lo tanto, tienen su propio valor fiduciario, es decir, están denominadas en su unidad de cuenta propio-privada (bitcoin, ether, cardano...) y no están respaldadas ni indexadas a una moneda legalmente establecida.
-En tercer lugar aparecen las stablecoins. Finalmente, el último medio de pago son las stablecoins, que tampoco están emitidas ni garantizadas por las autoridades públicas y, por lo tanto, tienen su propio valor fiduciario, es decir, están denominadas en su propia unidad de cuenta (Diem, TUSD, etc.), pero están vinculadas a una moneda legalmente establecida, que suele ser el dólar.
El proyecto de Facebook
Hasta la fecha, la stablecoin que podría en la que probablemente piensa el BCE es Diem, el proyecto en el que Facebook sigue trabajando junto a otras grandes compañías. Esta stablecoin estaría 100% respaldada por dólares, lo que le otorgará desde el primer momento buena parte de las propiedades que tiene el dinero. Además, la amplia base datos y de clientes de las empresas que están detrás de Diem pueden convertirlo en un medio de pago muy utilizado de forma rápida.
Según explican los propios creadores en la web del proyecto, el respaldo total significa que se mantendrá en efectivo o equivalentes de efectivo o bonos del Tesoro a muy corto plazo, una cantidad al menos igual al valor nominal de cada Moneda Diem en circulación. "Esto es diferente a lo que hacen los bancos, que solo mantienen una reserva fraccionaria en efectivo y otros activos líquidos (por ejemplo el 10%) para respaldar sus pasivos, y el resto de sus activos consisten en préstamos y otros activos ilíquidos".
"El respaldo total con dólares es importante para evitar pánicos y estabilizar el sistema de pagos. Combinado con un compromiso con la transparencia y las auditorias, creemos que el respaldo total de cada Diem ayudará a garantizar que las personas y las empresas tengan confianza en que sus 'monedas' se pueden convertir a la moneda local", sentencia el documento. Estos dos párrafos dejan entrever que la banca se juega mucho en juego también si Diem termina convirtiéndose en un activo popular.
Tercero-Lucas aclara en declaraciones a elEconomista que "las criptomonedas privadas (como puede ser bitcoin) no se utilizan como medio de pago. Su adopción, en cambio, es cada vez mayor, aunque el motivo principal es la especulación. Sin embargo, la adopción significativa de una moneda no emitida por el banco central (como el Diem de Facebook u otra stablecoin), algo que podríamos definir como 'dolarización digital', podría limitar la capacidad de respuesta de la autoridad en asuntos de política monetaria y estabilidad financiera".
Este experto asegura que "en la Eurozona (una stablecoin como la de Facebook) no sólo puede provocar que la política monetaria sea menos efectiva sino que también se puede dar lugar a otros riesgos como el de desintermediación financiera o el riesgo de quiebras bancarias".
"Desde una perspectiva macroeconómica, una migración de los depósitos bancarios hacia el Diem desencadenaría dos riesgos principales para la infraestructura monetaria-financiera actual de la zona euro: un riesgo de desintermediación bancaria estructural y un riesgo de pánicos bancarios sistémicos", asegura Tercero-Lucas. Contar con un activo seguro y líquido al que acudir en momentos de crisis, aunque parezca contradictorio, puede acabar agravando el propio pánico y la crisis financiera posterior. Este es uno de los riesgos que también se encuentra detrás de las divisas digitales que estudian emitir los bancos centrales.
"Si las autoridades de UE otorgan a Facebook una licencia para emitir el Diem, podría materializarse el riesgo de sustitución de moneda y la soberanía monetaria de la zona euro podría verse comprometida", asegura Tercero-Lucas. Dada la composición de Diem (el dólar), al adquirir Diem se está comprando de forma velada dólares, por lo que se incrementaría indirectamente la demanda de activos denominados en dólares estadounidenses, asegura el experto en política monetaria.
El BCE busca contrarrestar estos riesgos a través de dos fórmulas: una es pidiendo a los políticos europeos más competencias para impedir que las stablecoins puedan amenazar su soberanía monetaria. La segunda puede ser el lanzamiento del euro digital, que competiría en calidad, privacidad, eficiencia y velocidad en los pagos con las stablecoins. El BCE está acelerando las pruebas con el euro digital ante el rápido cambio que están experimentando los métodos de pago, sobre todo a raíz de la crisis del covid-19.