Las lecciones de moral y compromiso social son aliadas impepinables en los discursos políticos. Unas recomendaciones que podrían tener más calado si, de vez en cuando, los dirigentes que las promulgan se las aplicaran. La Cumbre del Clima de Glasgow, que se celebra entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre en la ciudad escocesa, ha sido un buen ejemplo de ello, ya que el encuentro que pretende poner soluciones al gravísimo problema del cambio climático ha comenzado con un desfile de, nada menos, 400 jets privados.
El domingo, MailOnline observó al menos 52 aviones privados aterrizando en Glasgow, mientras que las estimaciones sitúan el número total de vuelos para la conferencia en 400. El príncipe Carlos de Inglaterra, el príncipe Alberto de Mónaco, Pedro Sánchez, Boris Johnson o Jeff Bezos fueron algunos de los muchos líderes políticos y miembros de la realeza que llegaban a la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (CP26) en aviones privados. Un hecho que, a todas luces, entra en contradicción con el discurso que estos mismos encararon en la CP26.
Fuentes del diario The Times indican que el hijo de Isabel II viajó desde Roma desde un jet Airbus A321, donde asistió al G-20 junto a Boris Johnson. Además, se cree que voló desde la capital italiana hasta RAF Brize Norton, la estación más grande de la Royal Air Force, para recoger 'de camino' a la cumbre a su pareja, Camila de Cornualles.
Para justificar el movimiento de Johnson, cuando el portavoz de Downing Street fue preguntado por los periodistas por qué no podía usar el tren para trasladarse, señaló que se trata de gestionar "significativas limitaciones de tiempo" en la agenda del jefe de Gobierno. El portavoz aseguró que el jet usa una mezcla especial de combustible "sostenible" y es uno de los aviones más eficientes de su tamaño, además de que el Gobierno también compensará las emisiones emitidas, aunque no especificó de qué manera. Sin embargo, según publica MailOnline, las predicciones más optimistas sugieren que la flota de aviones privados que llegan para la COP26 explotará 13.000 toneladas de dióxido de carbono en total, equivalente a la cantidad consumida por más de 1.600 británicos en un año.
la flota de aviones privados que llegan para la COP26 explotará 13.000 toneladas de dióxido de carbono en total, equivalente a la cantidad consumida por más de 1.600 británicos en un año.
El presidente español también voló desde Roma, donde asistió a la reunión del G-20, en su avión presidencial. Y el fundador de Amazon, que ha afirmado repetidamente que el cambio climático es la "mayor amenaza" para el planeta, llegó a Glasgow en su avión privado Gulf Steam valorado en 70 millones de euros. No es la única polémica 'verde' en la que Bezos se ha visto envuelto en las últimas semanas, ya que también recibió muchas críticas tras la celebración del 66 cumpleaños del fundador de Microsoft, Bill Gates, en un superyate de 2 ,3 millones de euros a la semana frente a la costa de Turquía, donde también llegó en helicóptero privado.
Joe Biden también aterrizaba en el aeropuerto de Edimburgo en el Air Force One la mañana del domingo. Según datos de DailyMail, el presidente estadounidense generará aproximadamente 2,2 millones de libras de carbono durante su viaje a Europa.
Boris Johnson encabezó el discurso inaugural de la COP26 en Glasgow, donde urgió a los líderes mundiales a dejar atrás las charlas y los debates y a pasar "a la acción en el mundo real" ante el cambio climático. Durante esta intervención, calificada por la crítica como "cínica" tras la noticia de su medio de transporte, el 'premier' se permitió parafrasear a la propia Greta Thunberg: "Todas las promesas no serán más que bla, bla, bla".
Una frase con la que la mediática activista indica la importancia de dejarse de "politiqueos" y entrar a la acción y con la que, según sus últimas declaraciones, parece estar de acuerdo la reina Isabel II. La soberana británica, que no pudo asistir a la Cumbre escocesa por recomendación médica, pidió a través de un vídeo a los 120 líderes globales que asistieron a la CP26 formar un "frente común" para enfrentar el cambio climático para "resolver los problemas más insuperables". La reina, que subrayaba que "siempre hay espacio para la esperanza" a pesar de los inmensos desafíos de la emergencia climática, pedía también que reconozcan que "el tiempo de las palabras ahora ha pasado a ser tiempo de acción", entonando un mensaje contundente y directo para los mandamases del planeta.
"Ninguno de nosotros vivirá eternamente, pero este combate contra el calentamiento climático no es para nosotros, sino para nuestros hijos, los hijos de nuestros hijos y los que seguirán sus pasos", alegaba la monarca.