Ilustración de una base espacial lunar china.
(Inteligencia artificial/Novaceno)
Los retrasos se acumulan en EEUU gracias a la falta de inversión y visión política mientras el programa espacial chino avanza a una velocidad nunca vista con los ojos puestos en todo el sistema solar
¿Hablará inglés o mandarín el próximo ser humano que camine sobre la Luna? En total, 12 estadounidenses aterrizaron en la superficie lunar entre 1969 y 1972. Ahora, tanto Estados Unidos como China se están preparando para enviar de nuevo seres humanos allí en esta década.
Sin embargo, el programa lunar estadounidense está retrasado, en parte porque los trajes espaciales y el módulo lunar aún no están listos. Mientras tanto, China ha prometido que llevará astronautas a la Luna en 2030, y tiende a cumplir con sus plazos.
Hace solo unos años, un escenario así habría parecido improbable. Pero ahora parece haber una posibilidad realista de que China supere a Estados Unidos en una carrera que, podría decirse, Estados Unidos ha definido. Entonces, ¿quién alunizará primero y, de verdad importa quién lo consiga antes?
El programa lunar de la NASA se llama Artemisa. Estados Unidos ha involucrado a socios internacionales y comerciales para repartir los costes. La NASA diseñó un plan para que unas botas estadounidenses volvieran a pisar el suelo lunar a lo largo de tres misiones. En noviembre de 2022, la NASA lanzó la nave Orión en un recorrido alrededor de la Luna sin tripulación a bordo. Esta fue la misión Artemisa I.
La misión Artemisa II, programada para finales de 2025, será similar a Artemisa I, pero esta vez Orion llevará a cuatro astronautas. No aterrizarán; eso se dejará para la misión Artemisa III. Para esta tercera misión, la NASA enviará a un hombre y a la primera mujer a la superficie lunar. Aunque aún no se han revelado sus nombres, uno de ellos será la primera persona de color en la Luna.
Artemisa III estaba originalmente programada para lanzarse este año, pero el calendario ha sufrido varios retrasos. Un informe de diciembre de 2023 declaró que hay una probabilidad entre tres de que Artemisa III no lanzara hasta pasado febrero de 2028. Actualmente, la misión está prevista para no antes de septiembre de 2026.
Mientras tanto, el programa espacial chino parece avanzar a buen ritmo, sin errores ni retrasos significativos. En abril de 2024, los responsables del programa espacial chino anunciaron que el país estaba en camino de llevar a sus astronautas a la Luna en 2030.
Es un progreso notable para un país que lanzó a su primer astronauta en 2003. China ha estado operando estaciones espaciales desde 2011 y ha ido superando importantes y desafiantes hitos a través de su programa de exploración lunar Chang'e.
Estas misiones robóticas han devuelto muestras de la superficie, incluso de la cara oculta de la Luna. Han probado tecnología que podría ser crucial para llevar humanos a la Luna. La próxima misión aterrizará en el polo sur lunar, una región que atrae un gran interés debido a la presencia de hielo de agua en cráteres sombríos.
Este agua podría usarse para el soporte vital de una base lunar y convertirse en combustible de cohetes. Producir combustible en la Luna sería más barato que llevarlo desde la Tierra, haciendo la exploración lunar más asequible. Es por estas razones que Artemisa III aterrizará en el polo sur. También es la ubicación planeada para las bases lideradas por Estados Unidos y China.
El 28 de septiembre de 2024, China mostró el traje espaciañ que llevarán sus takionautas en sus paseos lunares. El traje está diseñado para proteger al usuario contra las variaciones extremas de temperatura y la radiación solar sin filtrar. Es ligero y flexible. ¿Es un indicio de que China ya está superando a Estados Unidos en un aspecto de la carrera lunar? La empresa encargada de fabricar el traje lunar de Artemisa, Axiom Space, está teniendo que modificar varios aspectos del diseño de referencia que les proporcionó la NASA.
El módulo de alunizaje que llevará a los astronautas estadounidenses desde la órbita lunar hasta la superficie también está retrasado. En 2021, SpaceX de Elon Musk ganó el contrato para construir este vehículo. Está basado en el Starship de SpaceX, que consta de una nave de 50 metros de largo que se lanza con el cohete más potente jamás construido.
El 13 de octubre de 2024, Starship logró un exitoso quinto vuelo de prueba. Pero aún se requieren varios pasos desafiantes antes de que el Sistema de Aterrizaje Humano Starship pueda llevar astronautas a la superficie lunar. La Starship no puede volar directamente a la Luna. Primero debe repostar en la órbita terrestre (utilizando otras Starship que actúan como "cisternas" de combustible). SpaceX necesita demostrar el repostaje y llevar a cabo un aterrizaje de prueba en la Luna sin tripulación antes de que Artemisa III pueda proceder.
Además, durante Artemisa I, el escudo térmico de Orion sufrió daños considerables al regresar a gran velocidad a través de la atmósfera terrestre. Los ingenieros de la NASA han estado trabajando en encontrar una solución antes de la misión Artemisa II.
¿Demasiado complicado?
Algunos críticos argumentan que Artemisa es demasiado complejo, refiriéndose a la manera intrincada en la que se juntan los astronautas y el módulo lunar en la órbita lunar, al gran número de socios comerciales que operan de manera independiente y al número de lanzamientos de Starship necesarios. Dependiendo de a quién se pregunte, se necesitarán entre cuatro y quince vuelos de Starship para completar el repostaje para Artemisa III.
El exadministrador de la NASA Michael Griffin ha defendido una estrategia más sencilla, en términos generales, similar a la forma en que China espera lograr su alunizaje. Su visión contempla que la NASA dependa de socios comerciales tradicionales como Boeing, en lugar de "recién llegados" como SpaceX.
Sin embargo, lo sencillo no es necesariamente mejor ni más barato. El programa Apolo fue más sencillo, pero casi tres veces más costoso que Artemisa. SpaceX ha tenido más éxito, y ha sido más económico, que Boeing al enviar tripulaciones a la Estación Espacial Internacional.
Orion y la Luna. La misión Artemisa I fue, en términos generales, exitosa, pero el escudo térmico de Orion sufrió daños. NASA. La nueva tecnología no se desarrolla con enfoques simples y probados, sino en audaces esfuerzos que rompen barreras. El telescopio espacial James Webb es altamente complejo, con su espejo plegable y su posición lejana en el espacio, pero permite a los astrónomos observar las profundidades del universo como ningún otro telescopio puede hacerlo. La innovación es especialmente crucial teniendo en cuenta futuras ambiciones como la minería de asteroides y el establecimiento de una colonia en Marte.
¿Importa si los primeros selenonautas del siglo XXI son chinos o estadounidenses? Esta es en gran medida una cuestión sobre la relación entre los gobiernos y sus ciudadanos, y entre naciones.
Los gobiernos democráticos dependen del apoyo público para asegurar la financiación de proyectos caros y a largo plazo, y el prestigio es un punto de venta importante. Pero el prestigio en una carrera lunar del siglo XXI se ganará haciendo las cosas bien, no antes. Correr de nuevo hacia la Luna podría ser costoso, tanto económicamente como en términos de riesgo para la vida humana.
Los gobiernos deben dar ejemplo y actuar con responsabilidad. La paz, la inclusividad y la sostenibilidad deberían ser principios rectores. Regresar a la Luna no debe tratarse de dominio o superioridad. Debe ser una oportunidad para demostrar que podemos mejorar respecto a cómo nos hemos comportado en la Tierra hasta ahora.