jueves, 23 de junio de 2011

Un impago griego cogería a Australia fuera de juego


Foto from elEconomista.es

Un impago de Grecia podría dificultar el crédito incluso en el otro hemisferio. Esto se debe a que las operaciones fuera de balance han aumentado de forma significativa en Australia en los últimos años, pese a que todos los bancos del país, tanto grandes como pequeños, han hecho un valioso trabajo al reducir su dependencia de los mercados de financiación mayoristas aumentando los depósitos.
A finales de marzo, las firmas financieras australianas tenían 16,8 billones de dólares australianos (12,4 billones de euros) en operaciones fuera de balance, frente a los 2,68 billones de dólares australianos en activos del sistema financiero australiano, según los datos proporcionados por la Autoridad de Regulación Prudencial de Australia al banco central del país. Esta cifra supone un incremento del 23% en los dos últimos años, mientras que los activos sólo han aumentado un 1,5%.
El alto volumen de negocio fuera de balance de los bancos australianos refleja su condición de prestatarios de fondos extranjeros y prestamistas habituales a tipos variables, lo que les convierte en usuarios asiduos de contratos de cobertura (swap) para proteger esas operaciones. El crecimiento de las operaciones fuera de balance se debe en mayor medida a un aumento del uso de contratos de swap de tipos de interés con otros bancos, consecuencia en parte de sus amplias carteras de préstamos inmobiliarios.
Cuando Moody's rebajó el ráting de todos los grandes bancos hace un mes, los analistas y los banqueros australianos restaron importancia en parte a las conclusiones de la agencia de calificaciones, señalando que, en realidad, los bancos han reducido su dependencia de los mercados de financiación mayorista y otras formas de riesgo. Los cuatro grandes bancos australianos siguen formando parte del pequeño grupo de entidades crediticias de todo el mundo que aún conservan rátings AA.
Pero al reducir una forma de riesgo a través de las coberturas, el crecimiento del negocio fuera de balance también ha aumentado su exposición a otro riesgo –las operaciones de otros bancos–. Debido a ello, los bancos australianos están ahora cada vez más conectados a los propios balances de sus rivales, tanto locales como extranjeros –un problema estructural sobre el que pocos necesitan una clase de historia–.
En el caso de producirse un impago soberano en Europa y una posterior crisis bancaria, estas firmas podrían suscribir menos contratos de cobertura, una decisión que comprometería la capacidad de los bancos australianos para proteger y para dar préstamos.
Pese a que estos no son los mismos instrumentos financieros que paralizaron el sistema financiero global cuando quebró Lehman Brothers en 2008, el riesgo derivado de que gran parte de la industria bancaria australiana esté vinculada al sentimiento general de los inversores a causa de contratos como estos podría ser alto si las cosas van mal en Europa. Y si el crédito pierde parte de su reciente ímpetu, se podría asfixiar a algunos segmentos de la economía del país.

Por Geoffrey Rogow / Wall Street Journal  from Expansion.com  21/06/2011

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