miércoles, 31 de agosto de 2011

Nóminas a la carta; cómo hacer que cada empleado elija qué quiere cobrar


Foto from elEconomita.es

Coche de empresa, tickets de comida para canjear en restaurantes, servicios de guardería, tarjetas de carburante, flexibilidad a la hora de escoger los días de vacaciones...
Éstas son algunas de las medidas que las grandes compañías llevan tiempo ofreciendo como parte de su política de flexibilidad retributiva, y que poco a poco también están llegando a las pymes, especialmente a aquéllas que han encontrado en estas fórmulas una vía de poder retribuir mejor a sus empleados, sin por ello tener que gastar más dinero en nóminas .
"Hace años había dinero y, por tanto, no hacía falta ser imaginativo para dar una mejor retribución a los empleados. Hoy, en cambio, los incrementos salariales son bajos y eso obliga a las empresas a abordar otras formas retributivas que representen pocos costes para la compañía", comenta Carlos Delgado, presidente de Compensa Capital Humano, una consultora especializada en planes de retribución flexible.
Sin embargo, en el ámbito de las empresas de reducido tamaño, ¿cómo se comporta este fenómeno? ¿Puede una pyme apostar por retribuir parte del salario en especie a sus empleados sin ver afectada su tesorería? En opinión de Delgado, "la pyme tiene una ventaja respecto a la gran empresa, y es que la comunicación es más directa con los empleados, y el 80 por ciento del éxito de estas políticas retributivas depende de ella".
La nómina 'vending'
Existen dos maneras de abordar la retribución flexible en una pequeña y mediana empresa. Una es la vía clásica, esto es, llegar a un acuerdo con un proveedor de un determinado servicio (flotas de vehículos en renting, guarderías, emisor de cheques restaurante, etc.) y ofrecérselo a todos los empleados. "Los seguros médicos, planes de jubilación, planes de formación, comida, guardería, transporte y entrega de acciones no tributan hasta los 1.500 euros anuales", indica Delgado entre las ventajas de estos paquetes.
Desde Top Employers España, el sello que desde 1991 identifica a las compañías que desarrollan las mejores prácticas de Recursos Humanos, defienden una novedosa solución: el modelo cafetería. ¿En qué consiste?
"Ofrecer una amplia gama de beneficios puede llegar a ser extremadamente costoso, pero ofertar a su vez un paquete estándar de beneficios también puede significar insatisfacción para los trabajadores", señalan. Es decir, que hasta ahora las empresas que apostaban por la retribución flexible ofrecían un mismo paquete para la totalidad de sus empleados, o un conjunto de beneficios en función de las escalas laborales.
Sin embargo, tal y como defiende este nuevo modelo, no todos los empleados tienen las mismas necesidades. Puede que un directivo no necesite coche de empresa si vive cerca del trabajo, o quizás los tickets de comida le sobren a final de mes y le venga mejor un servicio de guardería. En esto consiste el modelo cafetería, en ofrecer un menú de beneficios, y que cada empleado elija aquellos que mejor se adaptan a sus necesidades, como una máquina de vending de las que expenden bollería y café o un servicio de bufé libre.
Ventajas prácticas
"La retribución flexible es una conquista persona por persona", defiende Carlos Delgado, para quien a la hora de aplicar esta fórmula de subir el sueldo a los empleados sin necesidad de dedicar más recursos económicos a ello, "hay que mirar cómo se refleja en la nómina y en el contrato de trabajo, y comunicar al empleado estas opciones y los beneficios que tiene".
Otra ventaja que tiene este modelo es que el coste de aplicación por empleado no se incrementa, ya que la empresa sólo paga por aquellos beneficios que éste realmente necesite.
"Pagas mejor", prosigue Delgado, "y desde el punto de vista económico, como tiene deducciones, consigues pagarle más al empleado con los mismos costes brutos". Desde Compensa tienen medida esta relación por escalas. Así, por ejemplo, un empleado con un salario anual bruto de 35.000 euros que destine el 10 por ciento de su retribución dineraria a un plan de compensación flexible de productos exentos en el IRPF, conseguirá un ahorro fiscal de 980 euros y un incremento salarial equivalente de 1.361 euros.
En el caso de un directivo con un salario de 100.000 euros, el ahorro fiscal se eleva a los 4.300 euros y el incremento salarial equivalente asciende a 7.544 euros. Una manera de subir el sueldo con servicios a la carta en especie, y sin necesidad de pagar más.

Por I. Labrador  from elEconomista.es  30/08/2011

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