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Interior de los baños de Barcelona
El barrio de Tribeca acogerá una réplica del Aire de Barcelona a partir de enero. El negocio propone zonas de agua y relajación en edificios emblemáticos.
El siglo XXI conlleva una sobredosis de estrés urbano de la que Barcelona no se escapa, y una consiguiente dosis de supuestos remedios en forma -entre otros- de momentos de relax y presunta paz interior por la vía acuática. Los brindan, sobre todos, los emergentes spas y balnearios urbanos. Y entre el alud, los llamados baños árabes Aire de Barcelona han generado una fiebre que está a punto de dar el salto a la gran manzana. El próximo enero el negocio barcelonés tendrá clon en el barrio de Tribeca neoyorquino, siguiendo los mismos preceptos: un edificio con solera recuperado y rendido al sosegante reino de las aguas sin excesivos desmanes arquitectónicos.
Lo garantiza el equipo de Alonso y Balaguer Arquitectos Asociados, padres de las sedes de Barcelona, Sevilla y Almería, tan convencidos de la fórmula que ahora son también parte accionarial del nuevo balneario americano que en breve podría extenderse a Chicago y Los Ángeles. ¿Qué tiene Aire de Barcelona para propiciar la expansión a ultramar? El creador de espacios Luis Alonso cree que es su espíritu zen, la paz que sugiere, en medio de un marco arquitectónico apenas modificado. En Barcelona se trataba de un almacén cárnico de finales del siglo XIX en el barrio del Born, en los Porxos Fontserè, donde se mantuvo la estructura original de este «frigorífico natural». Tan solo se intervino para ubicar los vasos de agua, sin olvidar que en el subsuelo ya había pozos. «El elemento estrella tenía que ser el agua, con el edificio histórico como contenedor», resume Alonso.
Tan pronto abrió, el Aire de Barcelona, en el 2008, con el lema de baños árabes (por su estilo) se convirtió en un bombazo que generó listas de espera. A día de hoy, basta con un par de semanas para reservar para el fin de semana y, más fácilmente, entre semana, sus servicios de baños de agua salada, de mil chorros, calientes, de agua fría, de vapor, terapéutico, de vinoterapia, con masajes y muchos más. Todo un repertorio que ahora se exporta a EEUU.
Bloque industrial
Conscientes de que en Nueva York no existía este concepto, el grupo Aire y los arquitectos catalanes (con amplia experiencia en materia de spas) se lanzaron a la búsqueda del inmueble idóneo en Nueva York, hasta dar con él en el 88 de la calle de Franklin, donde ocupa planta baja, altillo y dos sótanos, explica Armando Prados, desde la dirección general.
El edificio neoyorquino data de 1935, con fachada de hierro forjado y pasado industrial, afín a sus hermanos españoles. Conserva medianeras con ladrillo cerámico y forjados en materia de pino. Según Alonso, la intervención ha sido respetuosa, con un presupuesto de siete millones de euros para sus 1.500 metros cuadrados.
En Estados Unidos, huelga decir que el concepto de baños árabes no procede, por lo que la firma se popularizará como Aire Ancient Baths, recordando a BCN como otra de sus sedes, y rememorando el encanto de los baños en la antigua Grecia y Roma, explica Prados.
Aquí y allá, el objetivo de la marca es que la concurrencia «se relaje física y mentalmente», no solo a base de baños, sino con un servicio atento en un marco con pasado, enfatizan, como fórmula anticrisis. Alonso subraya que la clave es acceder con entrada y sin necesidad de ser socio, cuando el cuerpo lo reclame.
Por PATRICIA CASTÁN from elperiodico.com 24/10/2011
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