Marilyn Monroe leyendo en casa enfundada en unos vaqueros (Agencias)
Estos pantalones han pasado del cielo al infierno desde que se inició la cuarentena
Cuando te levantabas por la mañana con el tiempo justo para ducharte en dos minutos, limpiarte los dientes en uno y peinarte en 20 segundos, el pantalón vaquero era el comodín perfecto para salir del paso sin esforzarte demasiado. Cómodo, informal y queda bien con todo, nos decíamos todos hacia nuestros adentros. Nadie te diría nada por llevar un tejano, a diferencia de un chándal, un pantalón de vestir o de uno de pana.
Esta teoría centenaria se ha dado con un canto en los dientes en esta cuarentena. Instagram se ha llenado de memes que dicen algo así como: “Personas que estáis pasando estos días en vaqueros: ¿qué intentáis demostrar?”. A lo que algunos contestan “me hacen sentir claustrofóbica” o “qué vivan los leggings”. Si preguntáis a vuestros más allegados podréis comprobar de primera mano cuántos de ellos han sacado a pasear -por casa, por supuesto- a sus pantalones vaqueros.
Solo las ‘influencers’ lo han llevado a la práctica, aunque ponemos en duda que haya durado lo mismo que uno o dos flashes. En resumidas cuentas, aquel que se pone un vaquero para estar cómodamente en casa es, por lo menos, de intencionalidad sospechosa. Será verdad eso que dicen de que “¿lo bien que sienta un vaquero es inversamente proporcional a su comodidad?”. ¿Ha hecho falta quedarnos un mes encerrados en casa para darnos cuenta?
Recapitulemos en la historia para situarnos en el punto de partida. Un tal Levi Strauss, que comenzó abriendo una pequeña mercería en San Francisco antes de construir su gran imperio, fue su gran propulsor -aunque hay muchas teorías abiertas sobre el verdadero origen de la prenda-.
Este gran visionario alemán confeccionaba pantalones para los mineros, pero estos se quejaban de que los bolsillos se descosían rápidamente. Por esta razón comenzó a confeccionarlos con tela de tienda de campaña y a remachar los bolsillos. La historia de la moda dice que su primer modelo data de 1873, el mismo año en el que se fundó su compañía Levi Strauss & Co.
Se popularizaron en los años 50 y se convirtieron en un ídolo de masas. Lo llevaban estrellas como Elvis, Marlon Brando y James Dean. Así que todos los trabajadores querían enfundarse un par de vaqueros. Pronto se convertirían también en un emblema del movimiento revolucionario en los campus, del rechazo a la guerra de Vietnam, de la lucha de los negros por sus derechos civiles y del resurgimiento del feminismo. En resumidas palabras, una oda a la libertad.
Las mujeres también escribieron un capítulo en la historia de esta prenda, pues se trataba de un vestuario dirigido exclusivamente a los hombres. No fue hasta finales de los sesenta principios de los setenta cuando ellas comenzaron a llevarlos en público. De hecho, se convirtieron en la primera prenda mixta de la historia. Marilyn Monroe, Jane Birkin o Rita Hayworth fueron algunas de las celebridades que los utilizaban asiduamente.
Han estado presentes en todas las décadas adaptándose con éxito a cada una de ellas. En los sesenta con la pata de elefante. En los setenta se elevaron hasta la cintura. En los ochenta nacieron los “mom jeans”, que duraron en el tiempo hasta bien entrada la época de los noventa. El cambio de milenio supuso una reinvención de este tejido que se volvió elástico y ceñido dando paso al famoso corte pitillo. Hoy podríamos decir que se lleva un mix de todas las décadas. Quizás un mejor calificativo sería el de “ayer”, dado que hoy prácticamente nadie los está llevando. ¿Qué les deparará el futuro post-cuarentena?
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