La caída de las ventas de petróleo en los países exportadores alcanzará el 46%
Un agujero negro de proporciones colosales. Los llamados petroestados , los países cuya economía depende en gran parte de las ventas de petróleo y gas, se enfrentan a unas pérdidas ingentes en los próximos veinte años. En concreto, los ingresos en los cuarenta estados que fundamentan su economía en el oro negro caerán en dos décadas un 46%.
Para ellos, esto supone no poder contar con unos ingresos valorados en 7,5 billones de euros (unos nueve billones de dólares). Para que se tenga idea de la magnitud, es una cifra casi cuatro veces superior lo que invertirá Joe Biden para rescatar Estados Unidos de la pandemia. O siete veces la riqueza producida en España durante un año.
Son los datos de un reciente estudio de la consultora Carbon Tracker. De este grupo de estados, la mitad afronta consecuencias económicas de gran magnitud y esto afectaría a la calidad de vida de 400 millones de personas. Por ejemplo, Angola, con una población de 33 millones, podría perder hasta el 40% de sus ingresos. Nigeria podría quedarse sin un tercio de sus recursos financieros.
A escala global, si se incluyen todos los países productores de petróleo y gas, incluidos los que no dependen excesivamente de las materias primas para sus equilibrios fiscales (por ejemplo, el Reino Unido), el agujero es todavía más grande y se eleva a casi 11 billones de euros para el 2040. La transición energética también tiene sus efectos colaterales. Mike Coffin, uno de los autores del informe advierte que “para los países que lo confían todo en los ingresos petroleros ha llegado la hora de reequilibrar sus economías. Esperar a que la demanda caiga puede ser demasiado tarde”.
Es la ocasión para librarse de lo que el economista de la Universidad de Chicago Marvin Zonis llamó “maldición del petróleo”, el hecho de tener unos recursos naturales en el subsuelo que bloquean la innovación en otros sectores y crean una clase de funcionarios y tramas de corrupción.
Algunos estados ya se han puesto manos a la obra para enderezar el rumbo: reducción de subsidios, introducción del impuesto de valor añadido o inversión en renovables. No es algo fácil, teniendo en cuenta de que más de la mitad de la producción mundial de petróleo está en manos de empresas estatales y hay muchos intereses públicos de por medio. Arabia Saudí ha sacado a bolsa Aramco y varios países de Oriente Medio diversifican sus inversiones mediante los fondos soberanos.
Cambio de ciclo
El desarrollo sostenible puede frenar la demanda en los próximos años
También es cierto que en un horizonte temporal tan extenso es difícil hacer previsiones. El estudio de Carbon Tracker considera el escenario de desarrollo sostenible de la Agencia Internacional de la Energía, con un barril de crudo en 40 dólares y unas políticas que limitarían el calentamiento del planeta con una subida de 1,65ºC.
Pero el cartel de los países exportadores de petróleo (OPEP) asegura que la demanda de petróleo seguirá aumentando hasta el 2040, que se necesitará un 25% más de energía y que el barril podría situarse de forma estable en 60 dólares (en la actualidad, las cotizaciones han superado los 70).
En todo caso, hay cada vez más señales de que un cambio de ciclo está empezando y que la era dorada del crudo ya no será la que fue. En los últimos días se produjo un anuncio significativo. Royal Dutch Shell, una de las mayores petroleras del mundo, informó que en el 2019 llegó a su pico de producción de petróleo. Con lo que, a partir de ahora, cada año la cantidad se reducirá entre el 1% y el 2% cada año.
Diversificación
Los países emergentes están obligados a reinventar su modelo
No es que no quede petróleo por extraer, sino que ya no sale a cuenta la inversión y la rentabilidad. Esta multinacional, de forma paulatina, empieza el camino para convertirse en una compañía de emisiones cero para el 2050, después de depreciar en sus balances millones de dólares por sus activos.
De hecho, a pesar de la creciente preocupación por la crisis climática, la mayoría de las grandes petroleras han seguido aprobando inversiones en proyectos que son incompatibles con el acuerdo de París contra el calentamiento, según Carbon Tracker. Hasta el 50% y el 60% de las carteras de firmas como BP o ENI corren el riesgo de convertirse en activos sin explotar o de perder valor si se desarrollaran en este nuevo contexto regulatorio.
Tanto los estados como las empresas, deberán ponerse, literalmente, las pilas.
PIERGIORGIO SANDRI
BARCELONA
15/03/2021 00:52Actualizado a 15/03/2021 11:39
https://www.lavanguardia.com/economia/20210315/6375358/petroestados-perderan-ingresos-dinero-beneficios-2040-petroleo-transicion-energetica.html