- En esta red social todos tratamos de mostrar nuestra mejor imagen. El problema es que muchos adolescentes interpretan esos retratos idealizados como realidad
Mensajes positivos e imágenes sublimes. Instagram nos aporta inspiración para comer más sano, vestir mejor y viajar a lugares increíbles. Seguimos a esa foodie que nos propone nutritivas ensaladas cada día, a ese crossfitter que comparte sus ejercicios animando a la superación personal o a esa influencer que nos muestra su outfit en algún recóndito rincón de Islandia.
Pese a la omnipresente invitación a llevar una vida sana y a sacar lo mejor de nosotros mismos, un uso irresponsable de esta red social también plantea algunos retos para los jóvenes y adolescentes. Así lo mostraba una encuesta realizada en 2017 por la organización sin ánimo de lucro con sede en Londres RSPH/YHM (Royal Society for Public Health/Young Health Movement). En ella, Instagram se consideró la red social que mayor impacto tenía en el bienestar emocional de los jóvenes.
Según el estudio, algunos de los riesgos de Instagrampueden ser una disminución de la autoestima al comparar la propia imagen con la de los que aparecen en la red o una mayor sensación de soledad. Incluso, un aumento de la ansiedad por no cumplir con los modelos de belleza y estatus que pueblan la red social o por el llamado ‘FOMO’(Fear Of Missing Out o sensación de perderse la diversión o los eventos importantes).
Para combatirlos, la iniciativa ‘Por un uso Love de la tecnología’ de Orange pretende sensibilizar y concienciar a padres e hijos de la importancia de un uso responsable de Internet y las redes sociales.
Un uso irresponsable de Instagram se asocia a mayores índices de ansiedad, baja autoestima e incluso insomnio
Los efectos negativos pueden entenderse fácilmente si pensamos que la pubertad y adolescencia son épocas de cambios físicos y emocionales. Se abandona la niñez y se abraza el mundo adulto, donde el deseo de gustar y ser aceptado por el grupo cobra una importancia crucial que, nos guste o no, supera a otros aspectos más valorados por los adultos.
De acuerdo con el mencionado estudio, el uso de esta red social provoca que los jóvenes se sientan más tensos en cualquier situación y estén más preocupados de la opinión ajena. Esto es contraproducente, puesto que acuden a las redes sociales buscando validación. Y en caso de no conseguirla, la frustración aumenta.
El crecimiento de la “adicción” a las redes sociales puede crear problemas de insomnio en los adolescentes, una época en que los cambios físicos y neurológicos que tienen lugar exigen horas extra de sueño para que el organismo pueda llevarlos a cabo de forma adecuada. Por si fuera poco, debemos añadir que la exposición a la luz de la pantalla del ordenador, tablet o smartphone, dificulta aun más la conciliación del sueño.
9 de cada 10 chicas se mostraron descontentas con su aspecto físico
Las chicas salen peor paradas cuando se estudia el uso que éstas hacen de Instagram. De nuevo según el estudio británico, 9 de cada 10 adolescentes están descontentas con su aspecto físico. Esta falta de autoestima se intensifica tras pasar tiempo en redes sociales donde los usuarios editan y escogen aquellas imágenes donde salen más guapos y más delgados.
Además de ser más guapos en Instagram, pareciera que todos llevamos vidas más interesantes, con más amigos. Visitando los lugares de moda y las fiestas más divertidas. En momentos de inseguridad, los adolescentes no son capaces de imaginar que esas mismas personas llevan vidas con momentos igual de anodinos que el resto, momentos de aburrimiento o de dar cuenta de las obligaciones de la vida diaria sin ningún tipo de glamour.
Uso responsable de redes sociales
Los problemas citados anteriormente están asociados a un mal uso de las redes sociales pero estas también pueden abrir las puertas a ejemplos saludables. Por ejemplo, pueden ayudar en momentos bajos, puesto que permiten conectar con personas con problemas similares. De la misma forma, el apoyo emocional y sentido de comunidad que, por ejemplo, experimentan los y las adolescentes LGBT está cambiando (a mejor) la experiencia de “salir del armario” para las nuevas generaciones.
Instagram puede crear un sentido de comunidad entre los adolescentes que, por cualquier razón, se sienten marginados o incomprendidos
La educación emocional por parte de la familia -hacer entender que todos somos distintos y que la decepción y la tristeza, por ejemplo, forman parte de la vida- así como la educación en social media por parte de educadores y progenitores puede ser crucial para sacar el mejor partido a estas plataformas y no caer en las trampas que unas vidas excesivamente “editadas” pueden acarrear.
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