lunes, 16 de julio de 2018

La ciudad Google ya es una realidad, se llama Quayside



Bajo la premisa “la información es poder” el proyecto la ciudad inteligente de google echa mano de redes de conectividad de alta velocidad y de largo alcance para instalar sensores por toda la ciudad que recojan todo tipo de datos de forma centralizada y ordenada.


Hace días que se habla del tema, pero parece que la ciudad del futuro ya es una realidad. Se llama Quayside y es un proyecto que la empresa de soluciones urbanas de Alphabet, Sidewalk Labs pone en práctica en la ciudad de Toronto. Después de dos años buscando y analizando más de 50 lugares repartidos por todo el mundo, la empresa matriz de Google ha dado con el sitio, justo en el momento que las autoridades canadienses buscaban soluciones para dar vida a las 300 hectáreas que quedan situadas a orillas del lago Ontario. “Queremos construir la primera ciudad verdaderamente del siglo XXI”, han sido las palabras de Dan Doctoroff, CEO de Sidewalk Labs. Todo un ambicioso proyecto que solo en papel ya ha costado 50 millones de dólares, es decir, unos 40 millones de euros, y cuyo objetivo principal consiste en conseguir, a través de la tecnología, una ciudad más asequible, habitable y ecológica.


Aquí es donde se contruirá la ciudad.


De la Smart City a la Ciudad Sensible


Al hablar de Smart City es evidente que hablamos de internet 100% integrado en el territorio y en la automatización de algún que otro servicio. Pero el proyecto de Google va mucho más lejos. Consiste en rediseñar un barrio urbano desde cero para reconstruirlo de nuevo, alrededor de las últimas tecnologías digitales. Vehículos autónomos, edificios low cost construidos con materiales sostenibles, una central térmica que no empleará combustibles fósiles, robots que se encargan del trabajo sucio… De esta manera, la ambiciosa iniciativa renueva el concepto de ciudad inteligente con la intención de conseguir por fin que la planificación urbana y la vida en la ciudad se corresponda con las necesidades de sus ciudadanos.

Pero ¿cómo funcionará Quayside? Bajo la premisa “la información es poder” el proyecto echa mano de redes de conectividad de alta velocidad y de largo alcance para instalar sensores por toda la ciudad que recojan todo tipo de datos de forma centralizada y ordenada. Gracias a esta captación masiva de información, la ciudad podrá medir, analizar y tomar decisiones por sí misma en beneficio de todos sus habitantes. En opina de Daniel Batlle, CMO de la empresa de Smart Systems Alfred “propuestas como la monitorización de las calles de la ciudad para la seguridad de los transeúntes agilizará potencialmente muchas de las incidencias que suceden diariamente e incluso proporcionará una seguridad que hasta ahora ha sido muy difícil de gestionar”.





La privacidad en cuestión


Pero si bien la eficiencia y la sostenibilidad son puntos a favor en la ciudad del futuro, muchos son los detractores que ven en esta monitorización un control excesivo sobre la población. Y es que hay que tener en cuenta que, al llevar un tratamiento masivo de datos, no siempre se sabe bien cómo afrontarlo. Sobre el control de información y la privacidad, los partidarios de las ciudades sensibles opinan que es vital trabajar con políticas urbanas que convivan con la sociedad del conocimiento. Para ello, se deben respetar el derecho a la protección de la privacidad y asegurar una gestión responsable de las nuevas tecnologías. Igualmente, en ciudades cada vez más digitalizadas los habitantes deben tomar conciencia del valor que tiene la información y como puede cambiar el mundo.



La ciudad del futuro, una realidad


Lo que es evidente es que la era digital actualmente ya está revolucionando las ciudades. Toda una serie de transformaciones que, tanto a mediano como a largo plazo, está llevando a cabo movimientos sociales y espaciales. Si es verdad que todavía no existen urbanizaciones aéreas, ni viajamos en los coches voladores que aparecían en la película “Regreso al futuro”, lo que es una realidad es que la ciudad está cambiando por momentos la manera de usar el espacio y el tiempo. En palabras de Daniel Batlle “la ciudad se está convirtiendo en digital a medida que van apareciendo servicios e información sobre todo lo que sucede alrededor de ella. Los ciudadanos pueden acceder a esta información en tiempo real, al instante, desde cualquier lugar y con un dispositivo digital.” Ejemplo de esta digitalización ya instaurada en nuestra sociedad la encontramos a diario en servicios como poder conocer el estado de las carreteras para ir de un lugar a otro de la ciudad, pedir comida a través del Smartphone o compartir coche para ir a un lugar concreto.

Como explica el CEO de Alfred “una Smart city no es una decisión unilateral de los gobernantes de las ciudades. Es una elección de sus habitantes ya que mucho de los servicios digitales que se están implantando actualmente en la ciudad no tienen que estar aprobados por un gobierno.” Si tomamos como ejemplo una empresa de comida a domicilio que contratamos a través del dispositivo, que esté en una u otra ciudad depende únicamente de la política de la empresa. “En el futuro valoraremos las ciudades por las facilidades que nos propone en nuestro día a día, y al final las ciudades compiten entre ellas para aportar una mejor vida a los suyos.”




Un concepto globalizador

A la velocidad que avanza el conocimiento, muchas de las tecnologías que se aplicarán en el futuro todavía ni existen. De lo que ahora entendemos como Smart City a lo que acabará siendo, queda todavía mucho recorrido. Y es que, en realidad, está en desarrollo constante. La ciudad es responsable de proveer de los recursos suficientes para poder desarrollarse positivamente. Eso sí, de forma global y centralizada ya que si cada empresa desarrolla las soluciones sobre su propia plataforma, esto provocará un sinfín de solucionas fragmentadas y no integradas entre ellas que afectarán a la buena gestión de las políticas urbanas. En palabras de Batlle “los gobernantes deben ponerse de acuerdo para proveer las herramientas y los recursos suficientes para que la ciudad pueda disponer de los beneficios de la Smart City sin tener que depender de las empresas. Es la propia ciudad la que ha de proponer el marco global donde innovar.”


Por Nuria Escofet
miércoles 11 de julio de 2018
https://www.yaencontre.com/noticias/sostenibilidad/sera-la-ciudad-del-futuro?pr=104

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