lunes, 1 de julio de 2019

Los desastres climáticos, un peligro para Internet

Los desastres climáticos, un peligro para Internet
Los apagones eléctricos provocados por el cambio climático ponen en riesgo a Internet. (iStockphoto)


El crecimiento del nivel del mar o los apagones de electricidad provocados por motivos medioambientales amenazan a la infraestructura de la red


En el reciente apagón eléctrico de Argentina las líneas de teléfono móvil continuaron funcionando y se pudo usar Internet en el móvil. Esto se debe a que las antenas de telefonía cuentan con generadores y baterías que les permiten seguir funcionando. Aunque, claro, no indefinidamente, pero los argentinos tuvieron suerte de que la energía durase el suficiente tiempo hasta que se restableció la electricidad.
En Venezuela no tuvieron tanta suerte. El 27 de marzo de este año tras un apagón eléctrico a las 40 horas de producirse el 91 por ciento del país no tenía acceso a Internet. Aunque existe controversia sobre las causas que provocaron este enorme apagón, es posible que la sequía que azota a algunas centrales hidroeléctricas pudo contribuir a interrumpir el suministro de energía. Una buena prueba de cómo los apagones, cada vez más frecuentes en ciertas zonas del mundo, ponen en riesgo el funcionamiento de Internet.
Mapa mundial de cables submarinos que transportan los datos de Internet en 2017
Mapa mundial de cables submarinos que transportan los datos de Internet en 2017 (Telegeography)
Casi sobra decir que una caída prolongada de Internet puede provocar toda clase de consecuencias nefastas: desde políticas hasta económicas. La gran cantidad de servicios que dependen de esta red mundial de comunicaciones va en aumento y no está del todo claro cómo vencer a las amenazas que suponen los apagones eléctricos.
Aunque quizá una pista podemos encontrarla en Australia. Tesla instaló al sur del país la mayor batería eléctrica del mundo para frenar los cortes energéticos. Paradójicamente estos cortes, que suelen afectar a esa zona del país, están provocados por la apuesta del Gobierno local por las energías renovables. Esta enorme batería, que recoge electricidad de los molinos eólicos que abundan en la zona, impide el desabastecimiento energético.
Esta clase de infraestructuras quizá se hagan más frecuentes cuanto más crezca el uso de energías renovables por la carencia de combustibles fósiles, y evidentemente por su menor huella ecológica. En España ya están apareciendo proyectos de este tipo. En Puertollano, una localidad tradicionalmente dedicada a la minería del carbón en la provincia de Ciudad Real, se está construyendo unaplanta fotovoltaica con un potente sistema de baterías en los terrenos de una antigua central térmica. Su apertura se espera para 2021.
Pero estos no son los únicos desafíos a los que se enfrenta Internet debido a los efectos del clima. En julio del pasado año, científicos de las universidades estadounidenses de Wisconsin-Madison y de Oregon, lanzaron una advertencia que deberíamos tener muy en cuenta.

El crecimiento del nivel del mar puede alterar la infraestructura mundial de Internet dentro de tan solo 15 años. Esto se debe fundamentalmente a que gran parte de las conexiones mundiales a la red se producen por cables enterrados que se encuentran cerca de zonas de costa susceptibles de ser inundadas. Estos cables no son impermeables y cuando se construyeron no se tuvo en cuenta el peligro que suponía el cambio climático por el derretimiento de los hielos polares.
Para hacerse a la idea de la enorme complejidad de la red de cables que transportan Internet por todo el mundo basta con ver el mapa mundial de los cables submarinos mundiales que acompaña a estas líneas. Muchos de los cables situados bajo las aguas de los océanosemergen en zonas costeras que también pueden verse afectadas por el crecimiento de las aguas. Como es el caso de la ciudad de Nueva York, una urbe a la que numerosos expertos apuntan como una de las que más puede sufrir los efectos del crecimiento del nivel del mar.

Nuevamente, una empresa de Elon Musk, en este caso Space X, puede dar una solución a este problema. Su programa Starlink para que una nube de satélites permitan el acceso mundial a Internet, haría a las infraestructuras terrestres de la red menos importantes. Esto permitiría evitar apagones locales de la red por daños en infraestructuras. Amazon también dispone de planes para ofrecer conexión a Internet desde el espacio. En este caso a través del proyecto Kuiper.
Estos servicios podrían evitar, o al menos paliar, casos como el que se vivió el año pasado. Un problema con un cable submarino dejó a varios países africanos sin Internet durante dos días. Además, estos cables no están sólo sujetos a los problemas derivados de accidentes naturales. También los sabotajes son una fuente de preocupación. Al fin y al cabo Internet sigue dependiendo de un puñado de hilos.

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