lunes, 12 de agosto de 2019

Una inteligencia artifical comparable al cerebro humano

Es necesario enseñar a los ordenadores nuevos tipos de razonamiento y...
Es necesario enseñar a los ordenadores nuevos tipos de razonamiento y de lógica para acercarse al cerebro humano. 
DREAMSTIME EXPANSION


Con el respaldo financiero de Microsoft, OpenAI pretende crear ordenadores con un nivel cognitivo comparable al de sus creadores. Sus impulsores consideran que en cinco años podría acercarse al cerebro humano.
En la carrera para construir una máquina con una inteligencia similar a la del cerebro humano parece que el tamaño realmente importa. "Pensamos que los mayores beneficios serán para el que posea el ordenador más grande", explicó Greg Brockman, presidente y director tecnológico de OpenAI.
El grupo de investigación sobre inteligencia artificial (IA) de San Francisco, creado hace cuatro años por visionarios de la industria como Elon Musk, Peter Thiel y Reid Hoffman, acaba de lanzar un desafío al resto del mundo de la IA. A finales del mes pasado recaudó 1.000 millones de dólares (unos 895 millones de euros) de Microsoft para acelerar su búsqueda del santo grial de la IA: un ordenador con la denominada inteligencia artificial general (IAG), un nivel de cognición que igualaría al de sus creadores, y que está considerado el paso final antes de la llegada de computadoras con inteligencia superhumana.
Según Brockman, ese dinero -una suma enorme para una organización de investigación- se invertirá "en el plazo de cinco años, y posiblemente mucho más deprisa", con el objetivo de crear un sistema que pueda utilizar "un modelo [de IA] similar al cerebro humano".
OpenAI fue creado hace cuatro años por visionarios como Elon Musk, Peter Thiel y Reid Hoffman
Otra cuestión es que un ordenador con la estructura neuronal de un cerebro humano pueda ser capaz de alcanzar un grado de inteligencia comparable. Brockman evita hacer una previsión precisa de cuándo llegará la IAG, y señaló que también requeriría avances en los algoritmos para hacer uso del enorme aumento de la capacidad de procesamiento.
Pero al referirse a la enorme capacidad de procesamiento que OpenAI y Microsoft esperan poner al servicio de sus ambiciones para la IA en cinco años, añadió: "A ese nivel, pienso que existe una posibilidad de que sea suficiente".

APRENDIZAJE PROFUNDO

La fuerte apuesta de OpenAI apunta a una separación de los caminos en el mundo de la inteligencia artificial tras un periodo de rápido avance. Los sistemas de aprendizaje profundo, que utilizan redes neuronales artificiales basadas en una idea de cómo funciona el cerebro humano, han ofrecido la mayoría de los avances que han devuelto la IA al centro del mundo tecnológico. OpenAI expone que, con suficiente capacidad de procesamiento, hay muchas posibilidades de que estas redes evolucionen más, justo hasta el nivel de la inteligencia humana.
Pero muchos investigadores sobre IA creen que el aprendizaje profundo por sí mismo nunca será mucho más que una forma de reconocimiento sofisticado de patrones, perfecta para el reconocimiento facial y la traducción de idiomas, pero muy lejos de la inteligencia real.
A finales del mes pasado, Microsoft inyectó 1.000 millones de dólares para impulsar OpenAl
Algunos de los grupos de investigación más ambiciosos -entre los que se incluye DeepMind, la compañía británica de investigación sobre IA propiedad de Alphabet- creen que será necesario enseñar a los ordenadores nuevos tipos de razonamiento y de lógica simbólica para complementar las redes neuronales, en lugar de limitarse a construir computadoras más grandes.
"Si destinásemos 100 millones de dólares por ordenador, ¿qué podríamos hacer? Estamos pensando en ello, y es de imaginar que otras personas también estarán reflexionado al respecto", explicó Oren Etzioni, director del Allen Institute for Artificial Intelligence, uno de los grupos de investigación sobre IA mejor financiados de EEUU. Pero añadió: "Para alcanzar el siguiente nivel de la IA, necesitamos apreciar algunos avances. No creo que baste con invertir más dinero".
Otros son más claros. A la pregunta de si bastará con unos ordenadores más grandes para conseguir una IA al nivel del cerebro humano, Stuart Russell, profesor de Ciencia Computacional de la Universidad de California, en Berkeley, apunta que: "Es un completo error centarse en la capacidad de cálculo pura... No sabemos cómo conferir inteligencia real a una máquina, aunque tuviese el tamaño del universo".

BIEN COMÚN

Pero incluso la mera posibilidad de que OpenAI pueda ir bien encaminado ha bastado para captar una enorme inyección de capital de la compañía más valiosa del mundo, abriendo una carrera para construir sistemas de hardware de IA mucho más avanzados.
Brockman lo define como "un programa Apolo para construir una inteligencia general dirigida al bien común". Esto refleja la misión establecida por los fundadores de OpenAI de construir una inteligencia artificial cuyos beneficios no se limiten a una corporación o un gobierno concretos.
También podría crear una riqueza sin parangón. Señalando al valor en Bolsa de las principales firmas tecnológicas, Brockman apuntó: "Ése es el valor que producimos con ordenadores que no son muy inteligentes. Imaginemos ahora que lográsemos construir el tipo de tecnología de la que hablamos, una inteligencia artificial general -esa compañía va a ser, con una diferencia sin precedentes en la historia, la número uno-".
OpenAI sostiene que, a medida que el hardware informático gane potencia, los algoritmos de aprendizaje utilizados en los sistemas de aprendizaje profundo evolucionarán, desarrollando capacidades que los profesionales actuales nunca podrían soñar programar directamente en ellos.
Los sistemas de inteligencia artificial revolucionarán el mundo de los videojuegos. EXPANSION
Es una postura polémica. Críticos como Russell sostienen que limitándose a proporcionar más capacidad de procesamiento a algoritmos imperfectos lo único que se consigue es "obtener la respuesta equivocada más deprisa". A esto Brockman responde: "Se pueden obtener resultados cualitativamente distintos con más potencia".
Asegura que algunos de los test llevados a cabo por OpenAI en sus cuatro años de historia apuntan a los tipos de avances que podrían conseguirse con enormes incrementos en el hardware.
Hace dos años, por ejemplo, los investigadores comunicaron los resultados de un sistema que leía las opiniones de los clientes en Amazon y luego utilizaba técnicas estadísticas para predecir la siguiente letra. El sistema fue más lejos, según OpenAI, aprendiendo por su propia cuenta a diferenciar entre el tono positivo y el negativo en las opiniones -un grado de comprensión más allá de lo que habría cabido esperar-.
Brockman explica que un sistema de lenguaje mucho mayor lanzado este año, llamado GPT-2, fue un paso más allá, desarrollando cierto grado de comprensión semántica con la aplicación del mismo tipo de análisis estadístico.
Uno de los experimentos más recientes de OpenAI, un sistema de IA que derrotó a un destacado equipo de jugadores humanos en el videojuego Dota 2, también mostró que los sistemas de IA más avanzados actuales pueden comportarse bien en juegos mucho más próximos al mundo real que otros de tablero como el ajedrez.
La inversión abre una carrera para construir sistemas de hardware de IA más avanzados
Este experimento reprodujo el trabajo de DeepMind con el juego Starcraft. Según Brockman, el sistema de OpenAI aprendió a operar con un alto grado de abstracción, fijándose un objetivo global y centrándose a continuación en tareas concretas según se hiciese necesario -el tipo de planificación que se considera una parte clave de la inteligencia humana-.

PRUDENCIA

Hay incluso muchos escépticos, que muestran prudencia sobre la insistencia de OpenAI en que una única técnica de inteligencia artificial bastará para replicar la inteligencia humana, que parecen recelar de descartar por completo esta afirmación. "Es justo decir que el aprendizaje profundo ha supuesto un cambio de paradigma [en la IA]", señaló Etzioni. "¿Pueden volver a conseguir algo así?".
Incorporar a Microsoft para que financie el esfuerzo representa un cambio de rumbo para el grupo de investigación en su intento de acelerar el salto a la IAG. La mayor parte de los 1.000 millones de dólares de inversión regresarán a la compañía de software bajo la forma de pagos por utilizar su plataforma de computación en la nube, y Microsoft trabajará en el desarrollo de nuevas capacidades de supercomputación que sumar al proyecto.
Brockman niega que esto suponga una desviación con respecto al objetivo de OpenAIde mantenerse por encima de las luchas corporativas. Microsoft, según explicó, se limitaría a cumplir las funciones de "inversor y socio estratégico en la construcción de enormes superordenadores juntos".
OpenAI quiere crear una IA que no beneficie sólo a una firma o un Gobierno en concreto
Con su inversión, la compañía de software obtendrá una gran participación minoritaria en la división comercial de OpenAI, además de un asiento en su consejo de administración. Al igual que el resto de inversores en el capital de la organización, se ha establecido un nivel fijo para los rendimientos potenciales que puede extraer que no ha sido revelado.
Si OpenAI llega a producir la enorme riqueza que vaticina Brockman, la mayor parte de ella irá a parar a la división sin ánimo de lucro de la compañía, reflejando así su promesa de utilizar los frutos del avance en la inteligencia artificial en beneficio de toda la humanidad.

Una curva más pronunciada que la Ley de Moore

La industria tecnológica está acostumbrada a seguir la Ley de Moore, que describe el fenómeno por el que la capacidad de procesamiento prácticamente se duplica cada dos años. Pero OpenAI cuenta con una fuerza exponencial mucho más potente para elevar rápidamente la capacidad de sus sistemas de inteligencia artificial hasta un nivel que hoy resulta casi inimaginable.

El grupo de investigación calcula que desde que la industria tecnológica ganó conciencia del potencial del aprendizaje automático hace siete años, la capacidad de procesamiento que se aplica en la programación de los mayores modelos de IA ha aumentado en cinco veces el ritmo de la Ley de Moore.

Esto hace que los sistemas actuales más avanzados sean 300.000 veces más potentes que los empleados en 2012. El avance refleja el volumen de dinero que se está invirtiendo en la actualidad en la IA avanzada, así como la introducción de técnicas de computación paralelas que hacen posible procesar muchos más datos.

Brockman explicó que OpenAI contaba con que esta tendencia exponencial se prolongase durante otros cinco años -lo cual produciría resultados que, según admite, "parecen de locos"-.

La compañía hizo una comparación, afirmando que los avances conseguidos en los últimos siete años equivaldrían a alargar la vida de la batería de un smartphone de un día a 800 años: otros cinco años de la misma curva exponencial elevarían la cifra a 100 millones de años.

Las redes neuronales actuales más avanzadas están prácticamente al nivel de las de las abejas. Con otros cinco años de avances exponenciales, OpenAI cree tener posibilidades de igualar al cerebro humano.






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