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El freno de Europa y Estados Unidos a la expansión del gigante de las telecomunicaciones chino ha hecho que Ericsson, el campeón europeo, gane peso en territorio enemigo
La guerra de Washington contra Huawei parece finalmente estar pensada para ayudar a su rival, el gigante y líder occidental Ericsson. Pero todavía no lo ha hecho, provocando que la compañía sueca dependa de China, de entre todos los sitios posibles, para las ventas de equipos 5G.
Las acciones de Ericsson subieron un 11% la mañana del lunes tras la publicación de los resultados del segundo semestre, pero esto tuvo más que ver con unas expectativas modestas que con un crecimiento estelar. Las ventas a tipo de cambio constante se mantuvieron, aunque el margen bruto de dichas ventas —un indicador del poder de fijación de precios en un mercado dominado por la competencia china— creció ligeramente desde el año anterior.
Gracias a su inversión en tecnología, la red de negocio principal de Ericsson, que vende equipos para torres móviles, se ha ido recuperando constantemente de la crisis de 2016, cuando la empresa despidió a su consejero delegado y tuvo que emitir un 'profit warning' sobre sus resultados. Pero la esperada inversión en 5G todavía se tiene que hacer realidad. Lo mismo ocurre con el esperado beneficio geopolítico de revertir el avance de Huawei.
Uno de los sitios donde las inversiones en 5G están en marcha es China. Esta primavera, Ericsson consiguió grandes acuerdos para su implantación de la mano de China Telecom, China Mobile y China Unicom —las tres grandes operadoras estatales del país—, que impulsaron sus ventas del segundo trimestre, pero pasaron factura a los beneficios. Los contratos solían incluir un margen anticipado impactante y las operadoras chinas podían conseguir un acuerdo especialmente bueno dada su magnitud y la temprana adopción del 5G. Ericsson denomina al mercado chino "estratégico".
Esta semana, Reino Unido ha decidido eliminar a Huawei por completo de su red, revocando un compromiso anterior de permitir sus equipos en zonas consideradas menos vulnerables. Pero la apuesta de Ericsson por China en un momento en que su región está echando a Huawei no es tan descabellada como parece. China tiene interés en mantener vigilada la tecnología 5G occidental, y los contratos logrados por Ericsson solo le abren la puerta a una porción del mercado, que de otra manera está dominado por Huawei y ZTE.
El aspecto más destacable de la licitación de contratos chinos de este año fue el fracaso del rival europeo de Ericsson, Nokia, a la hora de hacerse con un pedazo del pastel. La empresa finlandesa, que cambió de directores generales a principios de año, parece haberse quedado atrás tecnológicamente hablando. Este ha sido un motor mucho más importante para la recuperación de Ericsson durante los últimos tres años que las advertencias de Washington sobre Huawei.
Hasta el momento, la dinastía Huawei ha frenado principalmente la inversión en redes, porque las operadoras han esperado a tener normas claras antes de derrochar grandes sumas en equipos nuevos. Por ahora, Reino Unido ha ofrecido mayor claridad esta semana, y puede que otros aliados de EEUU lo sigan. La Unión Europea habla mucho hoy en día de "digitalización" y "autonomía estratégica", sectores que podrían favorecer a Ericsson en una implantación del 5G europeo más rápida. La unidad de servicios digitales de la firma sueca, que desarrolla el 'software' para operar las redes, podría beneficiarse incluso más que el negocio de redes en sí.
Los inversores parecen reacios a otorgar mucho reconocimiento a Ericsson por esos posibles beneficios antes de que lleguen de verdad a las cuentas, quizá por la deficiente actuación a la hora de ofrecer beneficios a los accionistas durante la última década. Incluso tras el repunte del viernes, el valor de Ericsson es 12 veces menor que los beneficios de explotación previstos, comparados con el valor de 22 veces dichos beneficios del sector tecnológico europeo, el cual ha resurgido durante la crisis del covid.
Puede que el 5G sea rápido, pero construir redes móviles no lo es. La implantación de la nueva tecnología red tardará años en desarrollarse, pero para los inversores pacientes, Ericsson es todavía un posible ganador que, además, cotiza muy bajo.
Por
The Wall Street Journal
20/07/2020 - 19:17 Actualizado: 20/07/2020 - 21:38
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