martes, 18 de enero de 2022

El gran reto de China o cómo mantener en marcha una economía gigante sin la gasolina del ladrillo

Edificio en construcción en China


  • La venta sobre plano de vivienda en China podría tener los días contados
  • Los gigantes sistémicos podrían recibir cierto apoyo de Pekín para evitar un contagio
  • Pekín intentará que los nuevos motores sean la innovación y las energías verdes



Pekín no muestra signos de cansancio en su 'persecución' y represión contra los desequilibrios del sector inmobiliario. Unos desequilibrios mastodónticos que, sin embargo, han sido la gasolina que ha mantenido en movimiento al gigante asiático en los últimos años. Ahora, China quiere acabar con la especulación, el 'pelotazo' y el endeudamiento masivo: una explosión controlada llena de riesgos e incertidumbres, pero que a su vez pretender evitar la mayor de las catástrofes: una crisis financiera al estilo de la que vivió EEUU o España en 2007.

Este experimento que busca una 'demolición' de los excesos a cámara lenta genera varios interrogantes. Desde la agencia financiera Bloomberg se preguntan cómo quedará la panorámica del mercado inmobiliario más grande del mundo al final de este proceso, y si el Partido Comunista podrá evitar un aterrizaje forzoso de la economía. La economía de China es como un avión gigante que busca tocar suelo sin uno de sus motores y aún así evitar un aterrizaje brusco. Este es el gran reto de Pekín.

Los economistas especializados en China aseguran que los días en que los precios de las viviendas se disparaban y las juergas del sector de la construcción, bien 'regadas' y alimentadas por la deuda, organizadas por los magnates inmobiliarios multimillonarios, tienen sus días contados. Todo lo anterior será reemplazado por un mercado mucho más serio donde las autoridades se apresuran a tomar medidas drásticas contra los frenesíes especulativos y la batuta la empiezan a tomar empresas estatales que obtienen rendimientos similares a los de los servicios públicos.

Eswar Prasad, antiguo jefe del FMI para China y ahora profesor de economía en la Universidad de Cornell, cree que los gobernantes del país restringirán la actividad especulativa en el sector inmobiliario imponiendo restricciones financieras y regulatorias a los promotores indisciplinados y altamente apalancados, así como a los hogares que adquieran múltiples propiedades únicamente como vehículos de inversión.

Un posible 'terremoto'

Esto podría provocar una sacudida en el sector inmobiliario, con consecuencias potencialmente adversas para el crecimiento económico y la estabilidad financiera. Pekín parece haber aceptado que estos son unos costes transitorios que ya no se pueden evitar con el fin de limitar los futuros giros del mercado financiero e incluso más desequilibrios en los mercados inmobiliarios.

Logan Wright, director de investigación de mercados de China en Rhodium Group, cree que "el ritmo de construcción de China ha superado con creces la demanda fundamental de los propietarios-ocupantes durante los últimos cinco años, y la resolución más probable de ese desequilibrio es una desaceleración de varios años en la actividad de construcción".

La política fiscal y monetaria pueden ayudar a moderar este lastre o extenderlo en el tiempo, pero probablemente no sea suficiente para cambiar el hecho de que un motor clave de la economía de China en las últimas dos décadas representará un lastre significativo para el crecimiento durante los próximos años, al menos.

Ting Lu, economista jefe para China de Nomura, reconoce que "una desaceleración es inevitable. Lo mejor que podemos esperar es un aterrizaje relativamente suave en los próximos trimestres. No creo que haya una crisis financiera. China todavía tiene muchas herramientas para gestionar estos riesgos. Los bancos desempeñan el papel principal, directa o indirectamente, en la financiación del sector inmobiliario y el gobierno todavía tiene un muy buen control del sistema bancario, por lo que la posibilidad de que China tenga un caos en los mercados financieros es bastante pequeña".

Adiós a la venta sobre plano

Es probable que las ventas sobre plano, por ejemplo, sean sustancialmente más bajas en el futuro, tanto porque es probable que Pekín endurezca las regulaciones sobre esta práctica como porque más compradores de viviendas perderán la confianza en las condiciones financieras de los promotores y demandarán viviendas terminadas antes de comprarlas.

Bruce Pang, director de investigación macroeconómica y estratégica de China Renaissance Securities Hong Kong, comenta que "para algunos gigantes inmobiliarios en problemas con importancia sistémica y riesgos potenciales de contagio, creemos que el gobierno probablemente participará en su proceso de reestructuración, para evitar un fuerte deterioro del mercado inmobiliario y lograr la estabilidad social y financiera".

Este experto espera que se creen plataformas de inversión respaldadas por el gobierno y otros promotores más solventes que se involucren en la reestructuración del inmobiliario, al menos de las firmas más grandes y sistémicas. Por el contrario, para las promotoras más pequeñas, quizá la mejor opción sea dejarlas caer o buscar reestructuraciones con acuerdos entre los implicados, pero sin la participación de Pekín.

"Creemos que la política fiscal y regulatoria podría guiar al sector hacia un aterrizaje suave, manejable y alcanzable en China. Una campaña exitosa de desapalancamiento, si cuenta con una mayor transparencia, podría sentar las bases para una economía más sana y fuerte con cimientos menos inestables en el futuro", sostiene Pang.

El nuevo motor de la economía

Iris Pang, economista jefe para para China en ING Wholesale Banking, comenta a Bloomberg que la enorme influencia del inmobiliario en la economía debería desaparecer en 10 años y será reemplazada por inversiones verdes y de alta tecnología.

Aún así, Hao Hong, estratega jefe de Bocom International, advierte de que "la transición será larga y dolorosa, y no estamos del todo seguros de si la cúpula del Partido tiene la determinación suficiente para superar el arduo proceso. Los promotores con respaldo estatal implícito ganarán y ya están ganando".

Craig Botham, economista jefe para China de Pantheon Macroeconomics, explica a Bloomberg que "actualmente hay una falta de candidatos obvios para reemplazar al inmobiliario y los múltiples propósitos a los que sirve dentro de China. El mercado inmobiliario experimentará una consolidación espectacular y estará más dominado por las empresas estatales", sentencia este experto.


17/01/2022 - 10:46

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