Foto por HENRY BORTMAN from publico.es
Imagen del Lago Mono, en California
La vida es como una tortilla española. Si no hay huevos o patatas, no hay tortilla. Y si no hay oxígeno, carbono, hidrógeno, nitrógeno, fósforo y azufre, no hay vida. Al menos, eso se pensaba hasta hoy.
Un grupo de investigadores estadounidenses ha descubierto que se puede hacer tortilla sin huevos o, lo que es lo mismo, vida sin fósforo. Los científicos, liderados por Felisa Wolfe-Simon, han hallado en el lago supersalado Mono, en California, una bacteria capaz de sustituir el fósforo por arsénico, un elemento considerado hasta la fecha como un asesino. Todos los seres vivos conocidos, desde las jirafas a las bacterias que fermentan la leche para formar yogur, presentan mecanismos similares, pero el ser del lago Mono demuestra que hay otras maneras de vivir en la Tierra y, por extensión, en otros planetas.
El hallazgo, uno de los más importantes del año en el mundo de la ciencia, desvela una nueva forma de vida desconocida y obliga a replantearse la búsqueda de seres extraterrestres. “Esta historia no trata del arsénico en el lago Mono. Si algo aquí en la Tierra puede hacer algo tan inesperado, ¿qué más puede estar haciendo la vida y todavía no nos hemos percatado?”, reflexionaba en un comunicado Wolfe-Simon, del Instituto de Astrobiología de la NASA.
El lunes, la agencia espacial de EEUU adelantó que el jueves anunciaría “un hallazgo astrobiológico que cambiará la búsqueda de evidencias de vida extraterrestre”. A lo largo de la semana, Internet se llenó de rumores sobre la aparición de seres vivos en Marte y otras marcianadas. Finalmente, el anuncio no tumba nuestra supuesta soledad en el universo, aunque acerca ese momento.
Lo que sí hace el nuevo estudio, publicado hoy en la revista Science, es desvelar una posible “biosfera en la sombra”, como la llama Paul Davies, coautor de la investigación y colega de Wolfe-Simon en la NASA.
“Muy posiblemente estamos rodeados por formas de vida que no habíamos visto hasta ahora por el dogma brutal”, explica el catedrático de Microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid, Ricardo Amils. Este investigador español, ajeno al estudio, ha trabajado en el lago Mono y ha colaborado en ocasiones con el equipo de Wolfe-Simon.
“Este equipo nos acaba de demostrar que lo de los seis elementos de la vida era una mentira podrida. La vida con arsénico u otros elementos puede ser una propiedad general que no hemos visto porque somos muy obtusos”, lanza Amils, que investiga junto a la NASA los microorganismos de las ácidas aguas de Riotinto, un ecosistema de Huelva considerado un hermano de la superficie de Marte.
Microorganismo capaz de alimentarse con arsénico
El equipo de Wolfe-Simon halló en agosto de 2008 en el lago Mono otro microorganismo capaz de alimentarse con arsénico, un veneno para la mayoría de los seres vivos. A partir de aquel descubrimiento, los científicos se preguntaron si, en un medio tan hostil como el lago Momo, algunos microorganismos podrían haber evolucionado para utilizar arsénico en lugar de fósforo. Y lo han encontrado.
Wolfe-Simon y sus colegas cultivaron bacterias de una cepa de la familia Halomonadaceae en su laboratorio y las alimentaron con arsénico. La investigadora esperaba encontrarse con una masacre al volver a observarlas en el microscopio pero, en lugar de eso, se topó con bacterias paseándose alegremente por la placa de Petri. “Me quedé sin respiración”, admite Wolfe-Simon, que ha mostrado su intención de venir a España a estudiar los microorganismos de Riotinto. El arsénico había sustituido al fósforo en las moléculas básicas de la vida: el ADN, el ARN y el ATP, la batería de la célula.
Por MANUEL ANSEDE from publico.es 02/12/2010
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