Almacenar datos en la nube sin copia en discos duros no es una buena idea. (Just_Super / Getty)
El servicio de almacenamiento de fotos Flickr ha puesto algunas trabas para descargar nuestras fotos, un ejemplo de lo que sucede al confiar en exceso en internet para almacenar datos
Hace unos meses la que fue la mayor red social de fotografía en su momento, Flickr, fue comprada por Smug, un servicio profesional para almacenamiento de fotos. Los que como este periodista usábamos desde hace años Flickr quedamos a la espera de ver que planes tenía la nueva dirección para la vetusta red social.
Desgraciadamente no hemos recibido muy buenas noticias últimamente. De hecho, abandonar Flickr recuperando las fotos que están almacenadas en este servicio se ha convertido para algunos usuarios intensivos en un auténtico infierno.
El caso de Flickr nos alerta sobre lo arriesgado que puede ser no tener una copia de los datos que guardamos en la nube
Este caso nos alerta sobre lo arriesgado que puede ser no tener una copia de los datos que guardamos en la nube. Pensemos que siempre se habla de amenazas de seguridad informática para tener la precaución de guardar nuestros datos más valiosos fuera de internet, pero lo cierto es que no tendemos a reparar en algo que es incluso más peligroso.
Al almacenar nuestros datos, incluso pagando por ello, en servidores de una empresa sus propietarios en cualquier momento pueden cambiar el servicio que ofrecen. Y eso puede tener consecuencias siniestras para el usuario. Veamos los detalles del caso Flickr y qué precauciones podemos tomar con nuestra información.
Los propietarios de una empresa de almacenamiento en la nube en cualquier momento pueden cambiar el servicio que ofrecen, algo muy arriesgado para el usuario
Abrí mi actual cuenta de Flickr hace 12 años. Cuando Facebook era prácticamente desconocido y Twitter no existía. Tampoco Dropbox, Google Drive o One Drive. Los tres principales servicios de almacenamiento de datos en la nube. Desde entonces he almacenado muchas de mis fotos en Flickr para tener una copia de seguridad de ellas.
Una medida de precaución por si los discos duros fallan y también para poder acceder a ellas desde cualquier sitio. En algunos momentos he pagado por tener una cuenta profesional en Flickr y en otros no, como ahora.
Flickr daba un tera de datos para almacenar fotos, pero eso se ha acabado y sus actuales propietarios ponen trabas para descargar grandes cantidades de fotos
Cuando Marissa Meyer dirigía Yahoo decidió proporcionar un tera de almacenamiento a cualquier usuario para subir fotos y vídeos a Flickr. A cambio, eso sí, de visualizar publicidad al navegar por nuestras fotos. Muchos picamos en el anzuelo y comenzamos a hacer copias de seguridad de nuestras fotos con su resolución original gracias a esa generosa capacidad para guardar imágenes.
Flickr además lanzó una herramienta de copia de seguridad de fotos. Esta funcionaba desde un móvil o desde un ordenador y copiaba al conectarnos a una red wifi automáticamente las fotos de las carpetas que escogieramos. Yo conecté mis discos duros y comencé poco a poco a hacer un volcado en Flickr de todas mis fotos desde mi ordenador. Pero algo empezó a ir mal poco después.
Flickr fue vendido a Smug, que ha entrado con mal pie en la comunidad al no proporcionar confianza a los usuarios intensivos de la vestusta plataforma
No sabremos probablemente nunca si se trataba de un plan preconcebido, pero hubo un momento en el que los responsables de Flickr, antes de ser comprado por Smug, decidieron que sólo los usuarios Pro, que pagaban por sus cuentas, podrían usar esta herramienta para hacer copias de seguridad de fotos desde un ordenador. Yo decidí pagar.
Al fin y al cabo era un servicio en ciertos aspectos mejor que Google Fotos, que hoy ha sustituido a Flickr como principal espacio para hacer copias de seguridad de fotos en internet. Pero el tiempo ha demostrado que cometí un enorme error, aunque por fortuna la inmensa mayoría de mis fotos siguen a buen recaudo en discos duros. Otros quizá no hayan tenido tanta suerte.
Nada nos asegura que lo que ha pasado con Flickr no pueda repetirse con Google Drive, One Drive o Dropbox por poner algunos ejemplos
Una de las cosas que me llevó a confiarme de que podía usar el servicio de Flickr sin problemas era que en cualquier momento podía seleccionar todas mis fotos y descargarlas. Pero desde que Smug se hizo con Flickr no es tan sencillo realizar esa operación. Veamos las trampas, es difícil usar otro adjetivo, que se han puesto para que los usuarios intensivos de Flickr opten por pagar si quieren mantener sus fotos en la nube.
Dentro de poco las cuentas gratuitas de Flickr sólo mostrarán mil fotos. Pagando por un plan profesional se puede exceder esa capacidad y tener almacenamiento ilimitado gratuito desde 5 dólares al mes. Un precio bastante competitivo, pero el problema es que tras las maniobras que ha realizado Smug con Flickr ya no confío en este servicio y quiero abandonarlo.
Una de las medidas que han tomado los propietarios actuales de Flicker ha sido revocar permisos de acceso a aplicaciones de terceros para entorpercer la descarga masiva de fotos
Smug ha limitado en Flickr a 500 las fotos que se pueden descargar a la vez. Pueden parecer muchas, pero si tienes decenas de miles de fotos, como le sucede a muchos usuarios intensivos, y a eso le sumas una interfaz que no ayuda. La tarea puede ser bastante complicada. Pensé que podría utilizar una herramienta de terceros para descargar las fotos.
Pero el nuevo Flickr ha cortado las alas a muchas herramientas de software y ha revocado los permisos para seguir usándolas. Como es el caso de algunas tan populares como Adobe Photoshop Lightroom. He probado tres aplicaciones para Mac, dos de ellas de pago, que permitían en su momento descargar fotos de Flickr y ahora no funcionan. En definitiva, Smug está forzando a sus usuarios intensivos a que paguen. La única conclusión positiva que saco de todo esto es que he aprendido la lección: nunca más confiaré tanto en un servicio en la nube. Por muy fiables que hoy puedan parecernos Google Drive, One Drive o Dropbox nadie nos asegura que el día de mañana no pueden acabar como Flickr.
¿Qué podemos hacer para no depender sólo de los servicios online?
Hacer copias de seguridad de nuestros datos en un disco duro es una tarea sumamente recomendable. Aunque también te valgas de la nube. Si tienes un teléfono lleno de fotos y datos valiosos tómate de vez en cuando el tiempo necesario para hacer una copia de seguridad de los datos en un disco duro. Incluso merece la pena invertir en dos discos duros.
De esa forma uno puede funcionar como espejo del otro. Si uno deja de funcionar, se calcula que la vida útil de muchos discos duros no supera los 10 años, el otro mantendrá la información a salvo. Estamos hablando de una inversión de unos pocos cientos de euros. Inferior a muchos otros productos mucho más caros, como teléfonos móviles u ordenadores, con los que procesamos datos. Unos datos que, paradójicamente, pueden acabar perdidos si no invertimos un poco de dinero en tenerlos a buen recaudo.
Existe la opción de crear nuestra propia nube
También existe la opción de crear nuestra propia nube. En estos últimos meses he usado el producto My cloud de Western Digital para hacer esto. Sin ser perfecto no está nada mal. He podido acceder desde cualquier dispositivo fuera de casa a los datos que almaceno en ese aparato.
En esencia se trata de un disco duro conectado a internet sin necesidad de conectarlo a un ordenador una vez que se configura. Después basta con conectarlo a un router mediante un cable Ethernet y funcionará, aunque nuestro ordenador estará apagado.
Gracias al software de Western Digital, que eso sí podría mejorarse, podemos hacer copias de respaldo de todos nuestros datos a través de la conexión a internet de nuestro domicilio. Incluso es posible conectar una memoria de almacenamiento USB y automáticamente los datos pasan a nuestra nube particular. También podemos transferir archivos desde un teléfono o tableta.
Este producto ofrece la posibilidad de hacer copias de los datos que almacenamos en los principales servicios de almacenamiento en la nube y de algunas redes sociales. Flickr, por cierto, no está entre ellas. Gracias a esta función podemos traspasar nuestros datos desde esos servicios a nuestra propia nube si queremos abandonarlos. El precio de My Cloud arranca en los 138 euros para la versión de dos teras y llega hasta los 300 euros en la de ocho teras. Poco dinero si tenemos en cuenta el valor de nuestros datos.
A la hora de crear nuestra nube personal el software es tan importante como el dispositivo que compremos
Western Digital no es la única empresa que proporciona soluciones de este tipo. Para crear una nube personal conviene mucho fijarse en la versatilidad del software incluido. De él dependerá en gran medida las posibilidades que tengamos de cara a acceder a nuestros datos desde cualquier lugar.
En cualquier caso los servicios de almacenamiento online son útiles para acceder a datos fuera de casa sin usar un ordenador o un teléfono concretos. Pero no debemos pensar que son la panacea, pues la realidad el día menos pensado nos acabará poniendo en nuestro sitio.
A propósito, existen estudios científicos que indican que la mejor forma de saber que nuestros datos seguirán existiendo a largo plazo es imprimirlos en papel o en cualquier soporte físico. Ahí están las pinturas de Altamira o los daguerrotipos de mediados del siglo XIX para atestiguarlo.
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