Todo el ambiente que definió una época en la escena que protagoniza Ursula Andress durante el rodaje de ‘La décima víctima’ (1965), de Elio Petri.
LA VERDADERA HISTORIA DEL FOTÓGRAFO QUE DIO NOMBRE AL NUEVO OFICIO
La Dolce Vita italiana fue inmortalizada por una raza de periodistas precursores de un género que aún hoy ocupa las portadas de la prensa internacional
La noche del 15 de agosto de 1958, dos amigos fotógrafos recorren las animadas calles romanas. Secchiaroli y Guidotti vagan sin rumbo fijo por Via Venetto, la Piazza di Spagna y otros enclaves tomados por una efervescencia que anuncia una época dorada de la capital italiana. Sentado en una mesa del Café de París, el ex-rey Faruk de Egipto distrae las horas con dos acompañantes de reputación dudosa.
Secchiaroli cruza la calle y dispara dos veces el flash de su cámara. Indignado, Faruk se abalanza sobre él, mientras Guidotti tiene tiempo de tomar una tercera fotografía del ex-rey disoluto en actitud agresiva. Una hora después, en el local nocturno Brik Top, Ava Gardner y Tony Franciosa conversan sentados en la misma mesa. Secchiaroli entra con una estratagema en el local, prohibidísimo a los fotógrafos, y con un pequeño flash disimulado consigue captar a la pareja. Franciosa amenaza con el puño al fotógrafo, y el gesto es recogido por Guidotti, que también ha conseguido burlar la vigilancia del local.
La persecución prosigue a la carrera por Via Venetto, y queda convenientemente inmortalizada en celuloide. En su regreso a casa, Secchiaroli y Guidotti se topan con otra célebre pareja: Anita Ekberg arrastra a su borracho marido Anthony Steel fuera del local Vecchia Roma. Molesto por los flashes de los fotógrafos, Steel los persigue y acaba rodando por los suelos, de donde la Ekberg lo rescata para introducirlo en el hotel.
Al día siguiente, los tres episodios aparecen en las primeras páginas de la prensa. Aquella noche la Dolce Vita queda consagrada y nace un nuevo género periodístico: el de la 'fotografía de asalto', definida por los ataques que los sorprendidos lanzan a los fotógrafos que osan robarles imágenes de su intimidad.
Tazio Secchiaroli había nacido en Roma en 1925. Ya desde muy joven se interesó por la fotografía, y tras la II Guerra Mundial pasaba las tardes recorriendo las calles de la capital romana buscando militares y turistas a los que retratar. A esos fotógrafos ambulantes se les llamó 'scatini', y Secchiaroli adoptó ese primer apodo de un oficio que pocos años después contribuiría a transformar dando nombre a una condición que llega hasta hoy mismo.
En efecto, Tazio Secchiaroli fue el primer paparazzo, una cualidad profesional que Federico Fellini aquilató en 'La Dolce Vita', película que designó una época y un modo de vivir y reflejar la realidad que alcanzó su máximo esplendor en los años sesenta del pasado siglo. Mientras trabaja en esa primera colaboración con Fellini, éste le llama a veces 'paparazzo', con el nombre de un compañero de colegio del director decididamente metomentodo.
Secchiaroli aparecía en la obra maestra del maestro Fellini, en la que los fotógrafos adoptaban un papel fundamental, y desde entonces pasó a ser una especie de amuleto del director italiano, ocupándose de la foto fija y de los reportajes sobre los rodajes posteriores. De hecho, Fellini incorporó al guión numerosas anécdotas que el proprio fotógrafo le había relatado, y desde entonces Secchiaroli pasó a encarnar el arquetipo definido por Fellini.
Tras una breve experiencia como fotógrafo en un estudio de radiología, entró a formar parte de la agencia fotoperiodística Roma International, que más tarde se convertiría en la prestigiosa agencia V.E.D.O. Muy pronto se distinguiría como fotógrafo de crónica urbana, política y social. En 1955 fundó su propia agencia, la Roma Press Photo.
A finales de los años cincuenta comienza, junto a otros compañeros de profesión, a reflejar las noches convulsas de la 'jet set' romana y de las grandes estrellas norteamericanas que habían adoptado Via Venetto como centro de operaciones. El encuentro con Fellini marcó un hito en la carrera y en la vida de Secchiaroli, que, fascinado por el mundo del cine y ya amigo personal del director, abandona la fotografía de acción para dedicarse de lleno al cine.
Fellini le invitó a fotografiar el rodaje de 'Ocho y medio. Secchiaroli será su fotógrafo de confianza. A partir de entonces, numerosos directores y actores italianos y extranjeros (De Sica, Antonioni, Stanley Donen, Mankiewicz, Monicelli, Petri, Pasolini, Leone y muchos otros) le reclamarán como fotógrafo personal. En 1963 conoce a Sofia Loren durante el rodaje de 'Matrimonio a la italiana', dirigida por Vittorio De Sica, y se convierte en el fotógrafo, también personal, de la gran actriz italiana. Tazio Secchiaroli murió en Roma en 1998, y desde entonces no han dejado de organizarse exposiciones y de publicarse libros que reflejan la gran calidad de su trabajo y dan testimonio de una 'dolce vita' que ya no podrá drá repetirse.
https://www.gentleman.elconfidencial.com/reportajes/2019-04-18/paparazzi-dolce-vita-italiana-prensa-corazon_1551178/
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