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El alemanes faltan al trabajo.
(EFE/EPA/Hannibal Hanschke)
Una sensación recorre toda Europa: el absentismo laboral se ha disparado y no tiene visos de que vaya a cambiar, así que se están tomando medidas para hacer frente al problema
El absentismo laboral aumenta en toda Europa, lo que ha provocado una reacción de patronal y aseguradoras. Esto es así incluso en la recta Alemania, donde recientemente, Oliver Bäte, CEO de Allianz Seguros, daba la voz de alarma en una entrevista con Handelsblatt: el país germano es el "campeón del mundo en días de enfermedad", alertaba. The Economist ilustraba la noticia de manera elocuente, con un águila imperial enferma y encamada.
Una declaración que puede sorprender teniendo en cuenta otros titulares que señalan que España (o el país que toque) es líder en absentismo laboral en Europa. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, reconocía a finales del año pasado que los datos de absentismo laboral en nuestro país "no son positivos", haciendo referencia a las cifras que señalan que nuestro nivel es muy superior (un 4,1%) a la media de la Unión Europea (2,5%). Cuando la marea sube, todos los países tienen la sensación de que van a ser los primeros en ahogarse.
Lo interesante en el caso alemán son las posibles consecuencias legislativas que pueda tener este discurso. Bäte apostaba por revertir una de las medidas en las que Alemania fue pionera e introducir un primer día de baja no remunerada para el trabajador, lo que, según sus cálculos, permitiría ahorrar 40 mil millones de euros al año. En Alemania, todos los días de ausencia están remunerados, y solo es a partir del tercero cuando los trabajadores deben enviar un certificado médico que demuestre su incapacidad y una fecha aproximada de retorno. Hasta ahora.
España, como recuerda Daniel Pérez del Prado, profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad Carlos III, es un país mucho menos generoso. Por lo general, si se trata de baja por enfermedad común o accidente no laboral y salvo que el convenio colectivo establezca otra cosa, los tres primeros días de baja no se cubren. Es a partir del cuarto cuando el empresario empieza a pagar el coste de la baja (un 60% de la base reguladora, que se eleva al 75% a partir del 21). Una medida implantada para evitar "los pactos entre empresas y trabajadores que generen un gasto adicional al sistema", como recuerda Jesús Lahera, catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid.
En Alemania, por el contrario, se percibe el 100% del sueldo. A partir del día 16, la responsabilidad pasa a ser de la Seguridad Social o de la mutua y a partir del 21, se cobra el 70%. Ahora se propone acabar con ese pago durante el primer día, que tenía como objetivo evitar, por ejemplo, los contagios de enfermedades comunes, facilitando que el trabajador se quedase en casa. Esta propuesta puede ser el primer paso en un efecto dominó en el que, a medida que las cifras de absentismo aumenten, la presión para tomar medidas legislativas vaya en aumento en toda Europa.
Porque lo más probable es que el absentismo laboral solo vaya en aumento durante los próximos años. Hay muchos factores en juego. Por una parte, el envejecimiento demográfico de la población y el retraso de la edad de jubilación, que provoca que haya más enfermedades crónicas. También el cambio de las características del trabajo, como explica Pérez. "Se debería tener más en cuenta el contexto en el que nos encontramos, muy especialmente el de la digitalización y el tecnoestrés, que no está en el debate del absentismo", añade. "La preocupación sobre las enfermedades mentales ha calado, pero no se introduce en el debate sobre el absentismo".
"No es raro que los datos se incrementen, porque crece en las épocas de bonanza"
Otra de las razones, señala Pérez, es que el absentismo está relacionado con el ciclo económico. "Crece en las épocas de bonanza y decrece en las épocas de crisis económica, así que el que se incrementen los datos no es extraño, particularmente en España", recuerda. Por otra parte, recuerda, que haya tanta divergencia se debe a que la calidad de los datos es mala y es difícil conocer qué porcentaje puede achacarse al fraude. En lo que suelen ponerse de acuerdo patronal y sindicatos es que no hay un fraude masivo, sino que hay causas de toda índole.
La cuestión del PIB
Según los datos de Eurostat, España es uno de los países donde la tasa de absentismo es más elevada, junto a Portugal y solo por detrás de Francia. En toda la Unión se ha producido un incremento del 0,6% (un crecimiento del 30% en ocho años). La mayor parte de países empeoran sus datos (Portugal, Eslovenia, Chipre, Letonia, Estonia y España, con su incremento de 2,1 puntos). Sin embargo, hay cuatro países cuyos datos descienden: Bulgaria, Luxemburgo, Países Bajos y… Alemania.
¿Cómo es posible que el país que se ha convertido en el "campeón del mundo en días de enfermedad" tenga menos absentismo que años atrás? Los alemanes se ausentan de media 15,1 días al año y los españoles, 16. Para entender la controversia hay que fijarse en el porcentaje del PIB que se destina a esta cuestión, donde el país germano se sitúa entre los primeros puestos. Alemania gasta el 2% de su PIB en el apoyo a los empleados enfermos, solo superada por Países Bajos (2,1%) y seguida por Suecia (1,7%), España (1,5%) y Luxemburgo (1,4%).
Otros países como EEUU, Japón, Canadá o Corea del Sur no tienen protección pública por enfermedad. En Reino Unido, uno de los países donde menos días de baja se cogen al año (seis de media), los trabajadores no reciben ningún dinero durante los tres primeros días y, después, perciben tan solo 117 libras a la semana (140 euros, aunque este año aumentará hasta las 118,75 libras), independientemente de cuál sea su sueldo.
En Austria, donde también se remunera el primer día de baja y los trabajadores están ausentes unos 15,4 días al año, las empresas han presionado para eliminar esa ventaja. El mes pasado, un oficial de la Cámara de Comercio del estado de Carintia sugirió que los empleados que estuviesen enfermos menos de cuatro días deberían tirar de sus días libres. Una vez pasado ese plazo, no sería la empresa, sino la aseguradora la que se ocupase del paciente. La propuesta generó tal polémica que llegó a ser desacreditada por el portavoz de la Cámara de Comercio austriaca aunque, sin embargo, concedía que era necesario un mayor control de las bajas. Las empresas austriacas tienen derecho a poner en marcha una investigación si sospechan que uno de sus empleados pueden estar engañándolas.
El año pasado, Francia amplió el plazo de carencia sin sueldo de uno a tres días entre los funcionarios para igualarlo con el sector privado, con el objetivo de reducir lo que ellos calculan en alrededor de 1.200 millones de euros. El gobierno francés ha planteado la posibilidad de reducir la remuneración durante las bajas de larga duración de un 100% a un 90%: el gobierno de Macron deslizaba que un 20% de su absentismo era fraudulento, una cifra que los sindicatos rechazan.
"La baja flexible puede funcionar bien, hay dolencias compatibles con el teletrabajo"
¿Sería posible que se implantase un sistema más restrictivo en España con el objetivo de reducir el gasto público o a las aseguradoras? Pérez recuerda que tal vez se podría poner sobre la mesa un descenso del porcentaje del sueldo percibido en el largo plazo (por ejemplo, del 75% al 60%). Sin embargo, para el miembro de la AETDSS, lo importante es disfrutar de mejores datos que permitan descubrir, por fin, qué porcentaje del dato es fraude y sobre cuál se puede actuar de otra forma.
Una visión más protectora
Pérez recuerda que las medidas de protección social como más días de asuntos propios pueden reducir el fraude. Es uno de los argumentos esgrimidos para la reducción de la semana laboral aprobada por el gobierno hasta las 37,5 horas. "Si hay una mayor disponibilidad de días de asuntos propios, no hace falta acudir al fraude para cubrir esas otras necesidades de cuidado de los hijos o para realizar determinados trámites burocráticos", recuerda.
Suecia, por ejemplo, ha encontrado otras herramientas para luchar contra el absentismo: la baja parcial, semejante a la propuesta del Gobierno español el pasado año. En este sistema, los trabajadores pueden incorporarse de manera gradual desde la baja médica hasta la recuperación total, utilizando herramientas como el trabajo a tiempo parcial o el teletrabajo. En cambio, Suecia eliminó, como pretende Alemania, el primer día de baja remunerada. La empresa paga el 80% del salario a su trabajador durante las primeras dos semanas. A partir de ese momento, lo hace la aseguradora.
Para Lahera, se trata de un sistema a copiar, pues el actual es muy rígido en España: o alta o baja. "Está funcionando bien, porque puede haber dolencias que sean compatibles con el teletrabajo, y puede haber una baja donde se certifique, siempre supervisando la salud", valora. "En muchas dolencias, el principal problema es el desplazamiento". En otros casos, como en las bajas de larga duración, una reincorporación paulatina puede ser una opción interesante. El catedrático considera que es un modelo que muy probablemente terminará implantándose porque está en el debate y "es un buen sistema para reducir el absentismo protegiendo la salud".
Un modelo semejante se utiliza en otros países escandinavos como Finlandia, Noruega o Dinamarca. En este país, la Autoridad Sanitaria Danesa ha identificado un aumento sustancial (un 8,5% entre 2010 y 2021) del estrés entre los trabajadores. Según los cálculos de la NFA, las horas perdidas por esta cuestión son 16,4 mil millones de coronas danesas, 2.200 millones de euros al cambio. Entre 2019 y 2023, el absentismo laboral ha aumentado 1,3 días por empleado.
Lahera está de acuerdo en que no solo un mayor control del trabajador o una reforma de la baja médica podrían contribuir a reducir estas tasas, sino también una mayor protección social o la posibilidad de teletrabajar. "Se ha avanzado bastante y ahora hay un reconocimiento del derecho del trabajador a no acudir cuando hay una fuerza familiar mayor", concluye. "Los permisos por determinadas situaciones personales, si funcionan bien, pueden ejercer una mejor función para evitar fraudes: cuanta mejor conciliación familiar y laboral, menos fraude".